Aunque el Covid-19 ha causado hasta ahora la muerte de 111.000 colombianos, de ellos 10.589 en el Valle y 6051 en Cali, todavía existe un amplio sector ciudadano que se resiste a vacunarse en medio de una rebeldía, especialmente entre los jóvenes que ignoran los riesgos a los que se exponen. Se trata de personas que podrían llegar a una Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, para atravesar un proceso doloroso, que a veces termina con su deceso al agotarse todos los esfuerzos médicos.

Mitos, temores y creencias erradas siguen formando parte de un cúmulo de noticias falsas sobre efectos adversos que circulan en las redes sociales para cuestionar el plan de vacunación por el cual han pasado hasta el momento 19,7 millones de colombianos, entre ellos 1,86 millones en nuestro departamento y 1,13 millones en Cali.

Cabe recordar, que la vacuna libra a las personas hasta en un 97% de ser internadas en una UCI y el riesgo de fallecer por el virus. Pero si se abandona el autocuidado y el no uso del tapabocas, existe una probabilidad de contagio (entre el 3% y el 5%) pese a la protección de la vacuna. De allí, que la secretaria de Salud del departamento, Cristina Lesmes, advierta que “la mortalidad entre personas sin vacunarse está en un 80%”, mientras se presentan entre 2000 y 3000 casos diarios.

Lea también: Todas las vacunas sirven contra las variantes del covid-19, dicen expertos

Ante esta situación, dice el inmunólogo, Rodolfo Herrera, deben evitarse las fiestas con grandes aglomeraciones, los conciertos en barrios y parques que son focos de contagio.

Como una forma de convencer a rebeldes y escépticos están en marcha nuevas estrategias para invitar a las personas a inmunizarse en vista de que la meta es cobijar entre el 75% y el 85% de la población. En otras palabras, que, a inicios del año 2022, unos 40 millones de colombianos tengan esquema completo de vacunación, de ellos unos 3,2 millones en el Valle.

Para motivar a sus clientes, la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, Acodrés, capítulo Pacífico, en la que participan 25 reconocidos restaurantes de Cali lanzó una iniciativa que consiste en descuentos entre 5% y 20% en el pago de consumos, más copas de vinos, sangrías, cervezas y platillos de entrada gratuitos, a quienes se hayan vacunado.

El director de la agremiación, Brany Prado, señala que “estos incentivos vienen desde mayo pasado y rigen cuantas veces los clientes vayan al establecimiento, y es una forma de estimular a que la gente se vacune”.
Resalta, sin embargo, que en atención a ese esfuerzo se requieren pilotos masivos de vacunación sin tener barreras por edades ni comorbilidades, para cobijar a 14.000 empleados del sector cuyas edades oscilan entre 18 y 36 años, y que conforman el 90% de esa fuerza laboral.

Otro de los incentivos fue el implementado por la Alcaldía y los Centros Comerciales, al exonerar del pico y cédula a las personas que hayan completado su esquema de vacunación para ingresar a esos sitios sin restricciones.

“Esa fue una buena medida, pero debe haber una vacunación universal que cobije a todos los jóvenes para acelerar la inmunidad colectiva”, dice Octavio Quintero, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, seccional Valle.

En esa carrera por la vacunación el gremio de los establecimientos nocturnos de Cali también está comprometido. “Estamos aplicando descuentos del 5% y del 10% en gastrobares, discotecas, estaderos y otros, ofreciendo, asimismo, promociones para motivar a las personas mayores de 40 años y más, a que se vacunen oportunamente”, afirma Manuel Pineda, presidente de Asobares.

El directivo considera que se deben incluir a todos los jóvenes, lo que permitiría vacunar al personal de 18 a 35 años que atiende a mucho público en el sector. “Tenemos una empleabilidad de unas 21.000 personas en Cali, y de ellas 12.000 o 15.000 podrían estar en el rango de vacunación, pero no ha sido posible. Esperamos con ansías que se eliminen esas barreras, ya que la reactivación del sector ha sido lenta”, anota.

¿Vacunación obligatoria?

Ante las altas tasas de mortalidad y contagio en Colombia y el Valle, algunos analistas han sugerido la aplicación obligatoria de la vacuna como sucede en Francia.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que constitucionalmente a ningún ciudadano se le puede obligar a tomar decisiones sobre su cuerpo, pero no hay mucha claridad si eso es posible o no en el marco de una pandemia como la que hoy enfrenta el país.
Frente a esa polémica propuesta, la epidemióloga y docente de la Universidad del Valle, Lyda Osorio, sostiene que “la obligatoriedad es un tema de ética en salud pública, y uno podría pensar que por tratarse de un problema tan grave de salud pública prima el bien colectivo sobre las preferencias o los derechos individuales”.

De esta misma forma, recalca la especialista, “se aplican normas sobre el uso del tapabocas, las restricciones a la movilidad, entre otras. Pero hemos visto que existen problemas en su cumplimiento y por eso es mejor agotar todos los esfuerzos de información y comunicación para que se tomen las decisiones de vacunarse y adherirse a las medidas de bioseguridad como un asunto de responsabilidad ciudadana”.

Pone de presente la doctora Osorio que “es posible que se pudiera justificar la obligatoriedad de la vacunación cuando se trata de cuidadores de adultos mayores, o en áreas de cuidado de personas a mayor riesgo de complicaciones por Covid-19. También al interior de los grupos familiares podrían acordar vacunarse, lo que puede ser un buen punto de partida”.

Frente a ese tema, el presidente seccional de Fenalco, Octavio Quintero, responde que “me gustan más los incentivos como los que decretó la Alcaldía para que las personas puedan salir todos los días a mercar sin restricciones, por haberse aplicado las vacunas, que obligar a la gente. Si eso no se da, habría que imponer la obligatoriedad como última opción”.

En eso coincide, Alexandra Cañas, gerente seccional de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, quien señala que “soy partidaria de ofrecer incentivos”. En ese sentido dice que varias empresas del sector, como una forma de motivar a sus obreros y operarios, están ofreciendo bonos en dinero para quienes se vacunen. Se estima que en los próximos días estarán inmunizados unos 2000 trabajadores, una tarea que se está llevando a cabo en los mismos sitios de obra.

Eliminar las barreras a los jóvenes

Cada vez más jóvenes están cayendo enfermos a causa del Covid. Sin embargo, el Ministerio de Salud mantiene las barreras para vacunar solo aquellos con comorbilidades, o enfermedades de base.

Para tal efecto, el Gobierno expidió el Decreto 744 que autoriza la inmunización solo para personas entre 12 y 39 años de edad que bajo certificación médica.

El resto de los jóvenes sanos tendrá que esperar. Frente a ello, el epidemiólogo de la Universidad Libre de Cali, Rodolfo Herrera, dice que “se deben desmontar esas barreras para que todo el mundo tenga acceso a la vacunación para acelerar la inmunidad colectiva”.

La gerente de Camacol Valle, Alexandra Cañas, dice que la mayoría de la mano de obra del sector edificador la conforman jóvenes, “pero hay personas de 40 años y más que no se quieren vacunar por creencias erradas. Por eso se darán incentivos a pagar en septiembre.