Ir al Zoológico de Cali nunca fue una experiencia tan surrealista. A quien haya comprado las boletas vía online, no solo deberá dejarse tomar la temperatura y frotar sus pies sobre un tapete antiséptico, sino también dar sus datos por razones de trazabilidad epidemiológica. Cada gesto es un protocolo. Y el niño con la careta de tigre no deja de sonreír, como si no hubiese vuelto a visitar ese lugar desde un tiempo remoto.
El Zoológico ya completa ocho días de reabrir sus puertas. Los más de tres meses que estuvo cerrado a raíz de la cuarentena fueron suficientes para que el lugar experimentara el golpe económico más duro en su historia. Y aún hoy siente sus secuelas: en lo corrido de la semana solo han recibido cerca de 600 visitantes.
“Quisiéramos que diariamente fueran entre 500 y 800 personas, lo que se traduce en el 25 % de nuestro aforo regular”, comenta María Clara Domínguez, directa de la Fundación Zoológico de Cali. “Es probable que a la gente todavía le cueste comprar las entradas en Internet, a través de este enlace, por lo que pensamos aplicar en julio es una estrategia para habilitar las ventanillas”.
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En frente de cada puesto de los 2500 animales de 300 especies hay pintada una ralla amarilla para propender por el distanciamiento social. Pero hay algo más llamativo aún para el niño de la careta de tigre: en todos los escenarios hay distribuidos colaboradores atentos a que las personas cumplan con las recomendaciones.
Para sobrevivir por tres meses, el Zoológico no solo agotó todos sus ahorros, sino que también acudió a la ciudadanía y a empresas privadas para recibir donaciones monetarias y de alimentos para los animales del lugar. Además, todos los empleados -salvo quienes ganaban el mínimo- redujeron sus ganancias mensuales hasta convertirlas en sueldos simbólicos.
Pero ese tiempo también fue suficiente para llevar a la práctica dos estrategias para conseguir recursos de forma temporal. Primero, la venta de almuerzos a algunos barrios del oeste y sur de Cali. Y segundo, abrir la oportunidad de que los caleños visitaran el Zoológico de por vida tras la compra de la membresía ‘Amigos por siempre’ a $350.000 por personas y $600.000 por pareja.
“De las 300 membresías que teníamos como meta hasta este martes 30 de junio, que es cuando daremos fin a esa estrategia, hemos logrado alrededor de 250. Y en cuanto a la cafetería del Zoológico, esperamos reactivarla el 1 de julio, tal como ha establecido hasta ahora el Gobierno Nacional”, agregó la directora.
De acuerdo con Domínguez, con los recursos actuales el Zoológico puede sostenerse por cuenta propia en noviembre. Para el resto de meses ya dependerá de cómo responderán las autoridades locales y regionales a la hora de apoyar los proyectos de la Fundación, así como del incremento de las visitas a medida que se flexibilice la cuarentena.
El niño de la careta de tigre, de la mano de su padre, pasa frente a los flamencos, que recientemente dieron a luz a seis polluelos. Cumplir los protocolos de bioseguridad no es algo tan desconocido para un niño que ya se habrá habituado a seguir al pie de la letra esos tecnicismos dentro de su casa. Ir al Zoológico de Cali nunca fue una experiencia tan surrealista.