Por Santiago Cruz Hoyos - Editor de Crónicas y Reportajes
En diciembre, Cali es una ciudad donde surgen nuevos negocios. Por lo menos el arquitecto y diseñador de interiores Andrés Guerrero González está considerando uno: la decoración de casas y unidades residenciales con motivo de la Navidad.
Todo comenzó en noviembre pasado, cuando Andrés decoró la casa de sus padres con el objetivo de que se viera como el nombre del barrio donde está ubicada: El Diamante.
En los tres pisos, y alrededor de las escaleras exteriores, instaló cientos de luces amarillas, cálidas; también guirnaldas, flores, Papás Noel inflables de dos metros, muñecos de nieve, soldados de plomo. Afuera, como parte de la decoración, ubicó un Volkswagen amarillo descapotable de los años 50, propiedad de un amigo suyo. Desde la terraza cae nieve artificial, mientras se escucha música navideña francesa, y los caleños se bajan de sus carros y motos para tomarse fotos. Hace unos días un niño preguntó si acaso así es Disney.
– Hace unos años, cuando era niño, el presidente de la JAC del barrio convocaba a los vecinos a decorar la cuadra con la Navidad, sacaba los faroles a la calle. Eso se perdió y la cuadra se apagó. Por eso me propuse recuperar la tradición, y compartir la Navidad. Es una decoración exterior, para la gente, intentando ofrecer una Navidad especial, como la de Estados Unidos – dice Andrés, que lo han entrevistado en televisión y todo el que le conoce le pregunta lo mismo: ¿cómo se decora una casa así?, por lo que considera abrir una línea de negocio familiar.
En una bodega del norte de Cali la Navidad comienza a finales de julio. Es el mes en el que Licores La Amistad empieza a contratar personal para armar, almacenar y distribuir las 44 mil anchetas que, en promedio, las empresas de la ciudad le compran para entregar el 24 de diciembre.
– Son alrededor de 40 nuevos empleos que generamos alrededor de las anchetas - cuenta Edwin Giraldo, el jefe de mercadeo, y quien desde hace 12 años se encarga de la operación de entrega de las anchetas, una tradición que, dice la leyenda, llegó a Colombia por la Colonia Española.
– Nosotros sacamos un catálogo cada año y se lo enviamos a nuestros clientes corporativos. Las anchetas van desde un matrimonio de vino y galletas en $ 9.000, hasta anchetas de $50.000, $100.000. Las de $30.000 y $50.000 son las más vendidas – continúa Edwin.
La Navidad también hace que las ventas de los licores se tripliquen. Hasta el 24 de diciembre se venden sobre todo tragos con estuche para obsequiar en Nochebuena, en especial whisky, vodka y tequila. Desde el 25 de diciembre, cuando inicia la Feria de Cali, lo que más se vende es cerveza y aguardiente. Aunque los bolsillos llenos en Navidad implican sacrificios.
– Con la venta de licores no se aumenta tanto el empleo, pero sí las horas extras de trabajo. En las licoreras atendemos hasta la 1:00 de la mañana, que es lo que permite la ley. Es una época que debemos aprovechar por las ventas que impulsan y sostienen el inicio del año, pero se sacrifica el tiempo con las familias – dice Edwin.
– Hace unos años existía un mito: le decían a uno ‘no compre en diciembre, compre en enero o febrero que hay más rebajas’. Hoy no es así. Hay muy buenas ofertas durante el año y en diciembre. Por eso los centros comerciales están llenos y creemos que en 2024, con la estabilización del dólar y la reducción de las tasas de interés, será mucho mejor. Esperemos que el Banco de la República nos escuche y baje las tasas de manera más agresiva a lo que ya lo hizo a inicios de mes, porque eso se revierte en el mercado. Pero lo que ha pasado hasta ahora es que las tasas suben en ascensor y bajan en escalera, y el comercio depende mucho de las tarjetas de crédito, que la gente las pueda usar – comenta Pablo.
En promedio, para la Navidad, los centros comerciales y sus tiendas aumentan su personal en 20 %. Solo Unicentro Cali genera 5.000 empleos directos y 30.000 mil indirectos, explica su gerente, Gustavo Jaramillo.
Las tiendas refuerzan su personal para atender la temporada con jóvenes capaces de lidiar con turnos largos: 10 de la mañana a 8 de la noche. Sofía, una estudiante de administración de empresas, fue contratada en una joyería. Por un mes de trabajo arduo le pagan casi $2.000.000 que ella destinará a cancelar su próximo semestre.
A veces es cierto que cada peso hay que ganárselo con el sudor de la frente. Solo a Unicentro Cali, en un día pico de compras navideñas – 23, 24 de diciembre – ingresan 100 mil personas: casi tres veces el estadio Pascual Guerrero.
Nochebuena incluso es un gran día para los restaurantes, cuando hace un par de décadas permanecían solos. Lo que sucede, explica Martha Jaramillo, la fundadora de Ringlete, es que las dinámicas de las familias han cambiado.
Anteriormente papá, mamá, hijos, celebraban en su casa la Navidad. Los divorcios eran esporádicos. En estos tiempos son tan frecuentes, que el 24 de diciembre hay dos celebraciones. En el día, continúa Martha, los hijos celebran con su papá: lo invitan al restaurante. En la noche, celebran en la casa con su mamá.
– Por eso el 24 es una locura, permanecemos a tope. Es una celebración familiar muy bonita, amorosa, cálida. En Ringlete reforzamos nuestro personal desde noviembre porque es el mes cuando empiezan a llegar visitantes a la ciudad. Terminamos un año que fue muy bueno, el restaurante continuó con su camino de trabajo con fundaciones, con comunidades, posicionándose con el premio nacional de cocinas tradicionales de Colombia, en fin. Terminamos un 2023 maravilloso y con mucho optimismo para 2024 – dice Martha, mientras alista el operativo para la Nochebuena. El último cliente será atendido a las 5:30 de la tarde.
Por lo regular los comensales de los restaurantes llegan en taxi. Jhonny Rangel, vocero de los taxistas de la ciudad, dice que en Navidad “están facturando”, como Shakira. Todos los taxis permanecen en la calle. Desde el estallido social, la destrucción de las estaciones del MÍO, no tienen pico y placa.
El problema, advierte Jhonny, es que no rinden las carreras por tanto tráfico. Y hay una paradoja: las aplicaciones de transporte con las que tanto han luchado, los están beneficiando. Con la modalidad de las tarifas dinámicas de las plataformas, el valor de las carreras en carros particulares están disparadas: hace unos días una señora necesitó ir desde el barrio Antonio Nariño hasta el centro y en la app le cobraron el triple: $41.700.
– Con el aumento de las tarifas dinámicas ahora sí están buscando a los taxis. En cambio, si los taxistas llegamos a cobrar $500 de más en Navidad, ¡hasta el Papa haría el escándalo! – se queja Jhonny mientras espera que le entreguen su carro en un taller.
En Navidad los talleres de taxis permanecen solos. En cambio, en las peluquerías, conseguir un turno es considerado un regalo de Nochebuena.