Por Luis Carlos Gómez, editor general de Colprensa

El Gimnasio Moderno es uno de los colegios más tradicionales del país. Entre sus egresados hay dos expresidentes de Colombia, científicos como Rodolfo Llinas y empresarios como Julio Mario Santodomingo y Sebastián Noguera, creador de Habi.

Su rector, Víctor Alberto Gómez, se retira después de 12 años, un periodo en que el colegio se hizo bilingüe, obtuvo acreditación internacional e inició el tránsito para pasar de ser masculino a mixto. Transformaciones que, según reconoce, tuvieron mucha resistencia al principio.

Gómez habló con Colprensa sobre esta transformación y sobre el legado de Agustín Nieto Caballero, fundador del colegio y uno de los pioneros de la enseñanza moderna en el país.

Cuando usted era estudiante de este colegio, soñaba con ser rector. No suele ser un sueño común para un estudiante. ¿Por qué ese sueño? ¿Por qué le llamaba la atención ser rector del Gimnasio Moderno?

Esa es una pregunta que me llena de emoción. Yo llego en 1967 al Gimnasio Moderno, con 6 años, y cuando cruzó la portería de la calle 74, me recibe una señora muy elegante en uniforme y un señor bajito, muy amable, que se llamaba Agustín Nieto Caballero. Siendo el menor de seis hermanos, desvincularme del hogar y llegar a un sitio como este era para mí una experiencia absolutamente nueva y me dio mucho miedo entrar acá. Pero este señor lo primero que me dice es: ‘mira, aquí vas a tener unos años maravillosos. Este es un colegio que te va a ofrecer todos los espacios para que seas feliz y no tienes por qué tener miedo’.

Recuerdo que cuando llegué lloraba y pasaron 13 años hasta que me gradué en 1979 en los que puedo decir que lloré dos veces en el colegio: cuando llegué y cuando me fui. Imagínate esa huella que dejan en el corazón de un niño esas palabras.

El Moderno se convirtió para mí en el espacio en donde yo quería estar. En especial, yo me fijaba muchísimo en ese señor bajito que sonreía en el campus y yo comencé a decirme internamente que quería ser como él porque era un señor que todo el mundo quería, que por donde pasaba inspiraba respeto

El Gimnasio Moderno es un colegio muy relevante para el país. De aquí han salido líderes en el campo político, económico, en la ciencia, en la cultura. ¿Qué hay en el colegio que inspira ese liderazgo?

Yo creo que el Gimnasio Moderno tiene una magia especial y es que te deja ser. A mí nadie pretendió transformarme en un Víctor Alberto Gómez diferente. Con mis fortalezas y mis debilidades siempre me dejaron ser. Este colegio respeta tus espacios: si quieres ser artista o dedicarte a la ciencia o a las matemáticas. Nosotros tenemos exalumnos como el dueño de Habi (Sebastián Noguera), grandes cocineros del mundo, científicos como Rodolfo Llinas, empresarios de la talla de José Alejandro Cortés, expresidentes de la República como Alfonso López Michelsen o Ernesto Samper; Julio Mario Santodomingo fue alumno del Gimnasio Moderno, entre muchísimos otros.

Eso es posible cuando un colegio lo deja a uno ser, lo deja pensar, lo deja criticar. Este es un colegio en donde el debate está abierto todo el tiempo, los temas polémicos del país, del mundo, llámense guerras, pandemias, cambios, climáticos, situaciones de la naturaleza, revoluciones, temas sociales e ideologías. Eso hace que salgan esos talentos.

Durante su rectoría hubo unos cambios muy importantes en el colegio, en el tema del bilingüismo, de la transformación de colegio masculino a mixto, de la acreditación internacional. ¿Cómo fue hacer esos cambios complejos manteniendo la tradición y el legado del colegio?

Este era un colegio muy apegado a su historia. Una historia robusta, de 110 años, muy valiosa por supuesto, pero las familias del siglo XXI están esperando colegios que te ofrezcan innovación, que te ofrezcan una propuesta educativa de escuela del siglo XXI, que te propongan un currículo que desarrolla las competencias que hoy en día se están buscando y yo tuve que preguntarme cómo hacer un nuevo currículo, modernizar las instalaciones e internacionalizarnos.

¿Cómo se logró? Con mucha paciencia, con mucha tranquilidad. A pesar de la presión y del estrés tan fuerte siempre mantuve la calma, la certeza y la confianza de que lo iba a lograr. Me gustan los desafíos y tengo una naturaleza, debo confesar, muy competitiva, entonces para mí era muy interesante el reto.

12 años después tenemos un colegio recientemente acreditado de manera internacional (solo 14 colegios de Colombia tienen la acreditación de Council of International Schools (CIS)), culminamos el Plan Maestro, modernizamos los salones, salones con conectividad, con posibilidades del siglo XXI; el tránsito al bilingüismo implicó cambiar una masa crítica de maestros, cambiar el currículo, establecer una proporción de horas académicas para la enseñanza de las dos lenguas, Y no quisiera dejar por fuera la agenda cultural de este colegio: es el colegio con la agenda cultural más poderosa del país en donde te vienen pensadores, escritores de todo el mundo. Hemos traído en 12 años 7 premios Nobel, premios Pulitzer, premios Cervantes, poetas laureados, escritores de todas las regiones, en fin, es un lugar donde suceden cosas.

Y eso solo fue posible gracias a la enorme capacidad de mi equipo de trabajo. Yo no tuve aquí un no por respuesta, nunca la gente, sí, desgastada, tremendamente agotada de tanta cosa, pero 12 años después pues tenemos todos esos logros que mostrar del país.

Víctor Alberto Gómez, se retira después de 12 años del Gimnasio Moderno. Foto Colpresa | Foto: El País

Si uno le pregunta a cualquier persona, todo el mundo reconoce la importancia de la educación, pero cuando ve uno los resultados de Colombia en las pruebas PISA no ocupamos los mejores lugares. ¿Que nos está faltando como país para que la educación tenga la importancia que merece en todo el país?

Hablando de las pruebas PISA, uno tiene que mirar qué hicieron países como Singapur o los países nórdicos como Finlandia u Holanda. ¿Qué hizo Singapur? Pues, entendió que la educación era la única manera de transformar su sociedad. Fundamentalmente, el rol del maestro. El maestro se convirtió en un personaje de la vida social importantísimo.

Irene Vallejo, que estuvo en la Feria del Libro, dice que cuando entendamos que es más importante trabajar en un colegio que ser presidente de una compañía, estamos entendiendo lo fundamental, porque es el maestro el que forma la base con la que un ser humano va a trabajar el resto de su vida. Hay que entender y dignificar el rol del maestro en Colombia y eso significa capacitarlo, formarlo, no solo en las últimas tendencias en educación, en lo técnico, en el impacto que debe tener un docente en un aula y eso se resume en que hay que mejorar la calidad de la educación que ofrecemos en todas las regiones.

No tiene por qué suceder lo que ha venido sucediendo por años y es que un profesor en el Chocó o en Guainía no tiene las mismas herramientas pedagógicas ni soportes ni recursos para dar una buena clase que un profesor en un colegio privado de alto nivel en Bogotá. Si tú aprendes un idioma en Bogotá deberías estar en capacidad de aprenderlo en cualquier pueblo o ciudad de Colombia.

Muchas veces se les ve a los jóvenes con algo de temor, por las redes sociales o por la tecnología o porque se cree que se van a meter en problemas. Como rector, ¿cuál es su mirada sobre los jóvenes de hoy? Por ejemplo, ¿que opina de la idea de quitarles el celular?

Los jóvenes de hoy, precisamente porque están hiperconectados y tienen más herramientas tecnológicas a su disposición, claramente tienen más posibilidades de explorar. Aquí el reto y el desafío, desde el punto de vista de los colegios y de la educación, es cómo hacemos para que los dispositivos sean una herramienta pedagógica y no se conviertan en un fenómeno de salud mental, de distracción, que impiden tener un pleno desarrollo y un aprendizaje y ese es el reto.

Para mí, está absolutamente claro que hasta los 11, 12 años, el celular debe ser absolutamente controlado. Antes de esa edad no deberían tener una conexión más allá de lo urgente. No celular porque además no lo necesitan. Los niños, en preescolar y gran parte de su primaria, lo que necesitan es desarrollar sus habilidades sociales, estar en contacto con sus amigas o amigos, disfrutar sus recreos, sus actividades físicas, porque están en pleno desarrollo.

El científico Rodolfo Llinás es uno de los egresados del Gimanasio moderno. | Foto: SI

Después de los 12 años, ya los jóvenes tienen dudas, curiosidades. Estamos hablando de un mundo interactivo. Nosotros éramos más bien receptivos. Estos pelados actúan de manera inmediata, son muy rápidos detectando problemáticas, son tremendamente rápidos, increíblemente útiles para resolver cuestiones en segundos.

¿Qué les cuesta? Les cuesta pensar lento, les cuesta tener paciencia, les cuesta soportar un profesor, una profesora, por largos periodos de tiempo, su cerebro está para poner atención en periodos de tiempo más más cortos. Todas las generaciones van evolucionando desde que somos homo sapiens y los jóvenes de hoy tienen otros horizontes, tienen un mundo mucho más dinámico. Pienso que el reto es no sobreprotegerlos tanto no solo porque no lo necesitan sino porque los estamos privando y las estamos privando de la capacidad natural y de la exigencia del mundo de hoy de desenvolverse en diferentes contextos.