Portando los mismos aretes que usó en su posesión, aquellos que tienen impreso el mapa de Colombia, la vicepresidenta, Francia Márquez, llegó al Vaticano para reunirse con el papa Francisco. Espacio en el que pudieron hablar de paz y así enviar un mensaje de esperanza para el mundo en estas épocas.
La máxima autoridad de la iglesia Católica la atendió con amabilidad y una vez terminó la audiencia, la Vicepresidenta reveló el “mensaje de amor, de alegría y de esperanza” que el Sumo Pontífice le envío a Colombia.
“El Santo Padre nos invita a seguir trabajando de manera incansable por lograr la paz, la justicia social y la dignidad de todos los colombianos”, expresó Márquez, quien además dijo que el encuentro adquirió un mayor valor como mujer afrodescendiente, describiéndolo como “un momento histórico”.
Según la funcionaria, con Francisco hablaron de “la necesidad de avanzar en acciones de reparación histórica para los pueblos afrodescendientes e indígenas “que siguen viviendo las consecuencias del colonialismo y de la esclavitud”. Conversaron también sobre el cambio climático, tema que le preocupa especialmente a este Gobierno.
Al respecto, el Papa recomendó seguir trabajando para frenar sus efectos.”El cuidado de nuestra casa grande es una tarea de toda la humanidad”, argumentó Márquez, que también ejerce como ministra de Igualdad.
Como dato curioso, la mandataria le llevó al Santo Padre una marimba, a la que describió como “el piano del Pacífico” y le explicó que con ese instrumento se interpreta el curralao, una música propia del occidente del país.
En efecto, este encuentro resultó importante para la Vicepresidenta o por lo menos así quedó registrado en imágenes:
Jorge Bergolgio, que cumplirá 87 años el domingo, invita a reflexionar en el “sentido del límite” y estima que el ser humano “corre el riesgo [...], en la búsqueda de una libertad absoluta, de caer en la espiral de una dictadura tecnológica”.
El sumo pontífice celebra las “extraordinarias conquistas de la ciencia y de la tecnología”, a la vez que estima que estas “están poniendo en las manos del hombre una vasta gama de posibilidades, algunas de las cuales representan un riesgo para la supervivencia humana y un peligro para la casa común”.