Los cuatro niños asesinados en el Caquetá y el atentado a la patrulla de Policía en Tibú son dos de los hechos recientes que tienen en alerta a todo el país. Habiendo sido perpetrados por grupos guerrilleros (Disidencias de las Farc y ELN, respectivamente), muchos sectores políticos y líderes gubernamentales han salido a cuestionar la efectividad del actual proceso de paz.
Uno de los más críticos al respecto fue el gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa, quien por estos días ha tenido que velar por otra preocupación, la fuerte presencia de organizaciones narcoparamilitares en su jurisdicción. De hecho, este martes circularon panfletos supuestamente hechos por el Clan del Golfo en Corozal.
Con los frentes de violencia más presentes en Colombia, la guerrilla y el paramilitarismo, azotando al departamento, el mandatario se despachó contra la iniciativa de paz total, comparándola con el Caguán y haciendo fuertes llamados de atención al Gobierno nacional.
“Hoy tenemos peores indicadores que hace unos meses, más homicidios, y los índices de criminalidad están al alza. El presidente Petro, de muy buena fe, ha buscado pacificar el país buscando la paz con los grupos que generan violencia, pero me parece que le han visto la cara al Gobierno. Se están aprovechando de la buena voluntad del Gobierno para fortalecerse, como lo hicieron en el Caguán durante el mandato de Andrés Pastrana. Aquí estamos viendo el mismo fenómeno del Caguán versión 2023″, indicó el gobernante.
Cabe destacar que este episodio del Caguán al que Espinosa hace referencia se remonta a los intentos fallidos para firmar la paz con las Farc, liderados por el entonces presidente Andrés Pastrana. En ese momento, el Estado creyó conveniente otorgar a la estructura subversiva una zona desmilitarizada para llevar a cabo los diálogos, la cual fue San Vicente del Caguán.
Aprovechando el espacio, las fuerzas revolucionarias impusieron su propia ley ahí y se fortalecieron más.
Ahora, mirando el presente, el jefe del Gobierno de Sucre se refirió a los ataques recientes de las guerrillas, como el del ELN en Tibú, Norte de Santander.
“Lo ocurrido esta semana en Tibú confirma una vez más que no hay ni sinceridad, ni intención, ni voluntad política del ELN. Peor aún, el que descaradamente salgan a adjudicarse esta acción criminal le da al país una señal de que no hay interés real ante la generosa oferta del gobierno del presidente Petro. La verdad, hago una comedida y muy respetuosa sugerencia al primer mandatario, a su comisionado para la paz y al equipo negociador para que no se dejen ver la cara e impongan con firmeza, la seguridad, el bienestar y los intereses de todos los colombianos”, agregó en entrevista a SEMANA.
Finalmente, ya pensando en su pueblo, Héctor Olimpo Espinosa se refirió a la otra amenaza, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan del Golfo. Entre sus declaraciones, se pronunció sobre la decisión del presidente Gustavo Petro de levantar el cese al fuego con esta agrupación criminal.
“Ha venido creciendo mucho. La Operación Agamenón en Urabá hizo que se movieran hacia el viejo Bolívar, Córdoba, el sur de Bolívar, y hemos resultado damnificados. Dicha operación, que tuvo resultados positivos, generó un impacto colateral negativo con nosotros e hizo que esa gente se trasladara hacia acá. Y como hay más droga, hay más presencia, las rutas activas, los niveles de incautación (de droga) en tierra son supremamente bajos, casi inexistentes. Toda la incautación que se registra la hacen en altamar, pero, en tierra, los resultados son pobres”, comentó.
Solo la semana pasada, en Sucre se capturaron más de diez miembros de uno de los frentes de las AGC. No obstante, el terror sigue asechando a la población. Mientras tanto, su gobernador espera reunirse con el jefe de Estado para examinar la situación.