Para poder disfrutar de una buena taza de café no solo necesita contar con la mejor materia prima, sino en este resultado también influirá el modo de preparación y conservarlo de la manera correcta.
Y es que es precisamente esta ultima, la conservación, la que podría causar que se alteraran sus características como el aroma, el sabor y el cuerpo de esta deliciosa bebida.
El portal Cafés Miñana menciona que entre los mayores enemigos del café se encuentran el exceso de temperatura, la humedad y el contacto con el oxígeno.
Evite meterlo a la nevera
Lo ideal es mantener el café en un lugar fresco, en donde su temperatura oscile entre 15ºC a 25ºC. Pero si cree que la nevera es el mejor lugar, está equivocado, ya que la nevera o el congelador solo crearán demasiada humedad en el paquete o recipiente.
Esto podría dañar los granos rápidamente, lo que afectaría seriamente su sabor. El crear cambios en la temperatura causa más humedad debido a la condensación que se presenta mientras el café está afuera.
Al sacar y volver a poner el café en la nevera, empeoraría la situación, ya que aunque no lo crea los cambios de temperatura pueden dejar el café sin sabor.
Según La Asociación Nacional de Café, The Nacional Coffee Association, la única manera en la que podría almacenar el café sería en el congelador, siempre y cuando este envasado al vacío para evitar que la humedad lo afecte, así como también los olores de otros alimentos.
Por ello se recomienda comprar café tostado, para que pueda ser almacenado hasta por 6 meses en el congelador. Cuando lo empiece a consumirlo a diario, sáquelo del congelador y manténgalo en un lugar seco.
Guárdelo de la manera correcta
Cuando abra el paquete de café, si no posee un cierre especial “zip”, puede cerrarlo con la ayuda de una pinza especial que logre evitar que el aire ingrese después de plegar el paquete.
Otra opción es guardarlo en un tarro hermético, y conforme lo consuma, puede poner un poco de papel film de cocina sobre la superficie del café, pegado a las paredes interiores del empaque, para separar el aire del café con lo que podrá evitar la oxidación.