La vida se experimenta con un mismo cuerpo y en diferentes espacios, pasa el tiempo y el cuerpo cambia, decae y se extingue, entonces los espacios quedan como escenarios que guardan belleza en objetos; así se ha entendido la función del museo a lo largo de la historia.
Sin embargo, para la artista María José Arjona Duque, el museo debe recuperar la vitalidad del cuerpo y crear conexiones que transformen a las personas.
Bajo este concepto vanguardista, Arjona diseñó una propuesta artística que le mereció el primer premio Museo La Tertulia, en el que compitieron otros seis importantes artistas nacionales.
Su propuesta, que se llama ‘¿Cómo habitar este espacio ahora?’, será desarrollada entre noviembre de 2020 y febrero del 2021, durante este tiempo se abordarán 5 ejes temáticos que articulan otros espacios (Lugar A Dudas, El Centro Nacional de Coreografía, Bellas Artes y El Conservatorio) para reflexionar sobre el cuerpo en el museo y en la ciudad de Cali.
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María José Arjona Duque, nacida en Bogotá, se inició en el arte desde los seis años practicando ballet y danza contemporánea, pero a los 16 cuando sufrió un accidente que lesionó gravemente su rodilla, tuvo que renunciar a esta pasión. No obastante, su capacidad artística tomó otro curso que la llevó a estudiar artes plásticas en la Academia Superior de Artes de Bogotá (ASAB), donde se interesó por las nuevas corrientes artísticas, sobre todo aquellas donde el cuerpo, al igual que en la danza, tuvieran un rol protagónico.
De este modo comenzó a generar ideas complejas donde el mejor medio de expresión es el performance, entre sus primeros trabajos a este nivel está ‘365 Días’ con el cual logró participar del proyecto pentágono del Ministerio de Cultura, y tuvo la oportunidad de conocer a la gran artista performática María Teresa Hincapié, con quien pronfundizó en los procesos de larga duración en el arte. En 2017 hizo su primera intervención en Cali, cuando ganó la beca de creación del Ministerio de Cultura para producir una obra exclusiva para la Bienal de Danza de esta ciudad.
Actualmente trabaja en la producción de la gran propuesta que presentará a finales de 2020 en el Museo La Tertulia.
¿Por qué se decidió por las artes plásticas cuando sufrió el accidente?
Fue la opción que me permitó tener un espacio creativo donde continuar expresándome, así supe que habían otros artistas que practicaban una forma de arte que es el performance, conocer estas posibilidades me convenció para dedicarme al arte.
¿Cuál es su concepto particular del performance?
La definición de performance es bastante ambigüa, y eso es algo que me gusta. Además que el performance al utilizar el cuerpo permite relacionarse con el mundo desde diferentes problemáticas y lugares, y esa flexibilidad de no estar encasillado en una sola forma permite unir muchas disciplinas. De modo que es un proceso interdisciplinar donde lo más importante es la experiencia del espectador.
Me interesa mucho del performance también su naturaleza efímera, porque las creaciones no son sólidas ni están completamente relacionadas a objetos, así la compongan. Otro aspecto importante para mí es que con este arte existe una completa interacción con el público, donde las personas son parte activa de las obras.
¿Cuál es la importancia que tiene este tipo de arte en Colombia?
En el contexto colombiano el performance tiene relevancia, ya que permite reflexionar sobre el cuerpo. El blanco de toda la problemática política y social por la que pasamos es siempre el cuerpo, y es desde el cuerpo donde podemos plantear discursos que rescaten el valor de la vida.
¿Cómo se siente haber ganado este premio de arte en Cali?
Ha sido un premio muy afortunado que me permite continuar haciéndome una serie de preguntas sobre las que trabajo hace bastante tiempo, algunas de las cuales surgieron cuando realicé una intervención en la Bienal de Danza de Cali.
La propuesta con la que gané este premio busca devolverle a la ciudad la posibilidad de múltiples encuentros. Esta propuesta no es para producir una obra mía, es para generar un encuentro entre artistas de diferentes disciplinas a través de conversaciones, así como abrir el espacio del museo a una percepción del cuerpo mucho más experimental.
El nombre de su propuesta es ‘¿Cómo habitar este espacio ahora?’, ¿podría profundizar un poco esa idea?
Se refiere a que mi intención, más allá de intervenir el museo o de instalar una obra como tal, busca interrogarse sobre el sentido del museo en la actualidad. El museo ya no es solo un lugar de exhibición o exposición, de hecho es el espacio de diferentes cruces artísticos, un lugar frontera donde se pueden articular nuevos discursos que incluyan a la ciudad.
Cuando me cuestiono sobre la manera de habitar busco generar una relación de afecto y reconocimiento con el museo, que no lo entiendan simplemente como un edificio.
¿El artista que realiza un performance es una actor o no?
La gran belleza del performance y de las artes vivas radica en que el artista no es un personaje que sirve para contar una historia específica. Por el contrario, el performance trabaja con ideas que se desarrollan para generar en el público o más preguntas, o por lo menos una experiencia de reflexión sobre problemáticas colectivas. Es en la medidad justa del encuentro con otros lo que nos permite crear conocimiento compartido.