José David Solís Noguera nació hace 38 años en Armenia (Quindío), pero desde muy pequeño su familia se radicó en Cali, por lo que considera haberse ganado el título de caleño por amor a esta ciudad. José David es una de esas personas encantadoras cuya sonrisa puede motivar a otros en cualquier momento, y un poco de esa ‘magia’ la transmite también en su escritura, como son las columnas de opinión que escribe en el Diario Occidente, y sus libros publicados a la fecha, entre ellos: ‘Estigma, grito, eco y silencio’, ‘Los muertos nos habitan’, ‘Voces del olvido’ y ‘Quería ser mujer, pero me tocó ser guerrillero’, donde aborda la problemática social del país.

No obstante, en 2020, el escritor sintió la necesidad de incursionar por primera vez en la literatura infantil, y para ello obtuvo la inspiración y ayuda de su hijo Gael, un pequeño de 2 años a quien le fascina observar la luna y que su padre le lea historias antes de dormir. De esa conexión padre e hijo a través de la lectura nació el libro ‘Gael y su primer amor’, una aventura por el bosque que también cuenta con las ilustraciones de Daniela Loaiza Caro.

José David también es un escritor convencido del poder de la alegría y la imaginación, por eso además de sus libros, adelanta otros trabajos creativos de impacto social, uno de ellos es su taller del ‘Poder de la risa’ donde asumiendo el papel de un clown brinda momento de bienestar realizando terapias de humor en diferentes espacios como colegios y organizaciones, asimismo desarrolla campañas humanitarias para ayudar a las comunidades de zonas vulnerables de Cali. De tal forma que la pasión por contagiar alegría de este escritor es completa, sus palabras siempre se acompañan de actos culturales y sociales que también generan un impacto positivo en los demás.

—¿Cómo nació su pasión por la escritura?

Cuando era niño, antes de dormir, disfrutaba enormemente la lectura de cuentos de papá. En mi casa nunca faltó ni la comida, ni los libros. Todas las noches, en mi habitación se libraban aventuras que me llevaban a levantarme de la cama, coger un papel en blanco y dibujar la magia que estaba inmersa en aquel cuento narrado por papá. Mi infancia transcurrió entre libros y sueños que me permitían contemplar la vida a través de la mirada de personajes que piloteaban aviones, animales que protegían el bosque y príncipes enamorados que enfrentaban a dragones y brujas. Por eso, cuando me preguntan qué es lo que más me llena la vida, sin duda mi respuesta es: escribir. Para mi escribir es una necesidad imperiosa de mi ser y de mi existencia, y sin esta forma de expresión no podría vivir. Escribir no es solamente algo que me gusta hacer, sino que es algo que necesito para ser feliz.

—¿Qué obras y autores lo motivaron a ser escritor?

Mis influencias más importantes han sido los grandes escritores del Boom de la literatura latinoamericana: Cortázar, Vargas Llosa, Borges, Rulfo y García Márquez. En mi adolescencia disfrutaba a Charles Dickens, Oscar Wilde y James Joyce.

—¿Qué lo motivó a escribir la historia de ‘Gael y su primer amor’?

Es una historia que nació en tiempos de pandemia, cuando el aislamiento preventivo no sólo nos acercaba más como familia, sino que nos permitía construir y recrear escenarios para estar tranquilos. Fue en ese momento, que escudriñando mi biblioteca llegó ‘Hay algo en el cielo’ de Jairo Aníbal Niño. Texto que le compartía a mi hijo antes de dormir y que significó el comienzo de la aventura literaria que como papá me permití con Gael, un niño de 2 años de edad. ‘Gael y su primer amor’, es una historia que tiene a mi hijo como el personaje principal, un niño que emprende una aventura en el bosque enamorándose perdidamente de la luna. Gael, en este cuento infantil, no sólo nos alienta a creer en el amor, sino que nos recuerda lo importante que es ayudar a alguien cuando está en apuros.

—¿Cómo se sintió su hijo cuando supo que era el personaje de su libro?

Cuando mi hijo tuvo en sus manos el libro, no lo podía creer. Se veía en él y no perdía tiempo en mostrarle a todas las personas que era el protagonista de la historia. ‘Gael y su primer amor’, es una construcción que hice al lado de mi hijo. Gael dibujaba y yo escribía. Este libro no sólo es el preferido de mi hijo, sino que se ha convertido en el preferido de papás e hijos que luchan por alcanzar el amor mientras tienen dulces sueños.

—¿Por qué considera importante que estos libros sean un motivo para que los padres compartan tiempo con sus hijos?

La importancia de leer cuentos y libros infantiles en familia, no sólo son importantes para crear buenos hábitos, aportar información o favorecer la concentración, sino que generan un desarrollo importante en la creación de imaginarios y sueños que hacen que los niños y niñas disfruten y sean felices. Cuando los padres comparten momentos de lectura con sus hijos e hijas, terminan creando fuertes vínculos emocionales que les permiten a futuro, generar ambientes de confianza en los niños y niñas. Leerle a los niños y niñas recrea un escenario donde ellos comprenden que pueden aprender por sí mismos y reflexionar sobre lo que aprenden.

—¿Cómo fue el trabajo de ilustración con Daniela Loaiza Caro para este libro?

Daniela Loaiza es una gran ilustradora caleña que me encontré en el camino de los libros infantiles. Con ella, mi hijo y yo, logramos una conexión gráfica que no imaginé nunca. Recrear los dibujos de Gael resultaba ser una mezcla de magia y reto. Para mí como escritor y autor del libro, era muy importante el juego de colores y lo que representaría en los niños y niñas lectores, abrir el libro y sorprenderse con sus imágenes. ‘Gael y su primer amor’, es un libro que comienza de día y termina de noche y que tiene en la transformación de la niña Lucesita en la luna, como el reto gráfico más difícil de toda la historia.

—¿Cómo nació el personaje de ´Lucesita´, está basado en alguien real?

Dentro de lo que suele fascinar a los niños y niñas, la luna ocupa un lugar muy especial. Desde que Gael era un bebé mostraba un interés por esa gran luz que de noche se ve en el cielo. La fascinación de Gael por la luna le dio vida al personaje de Lucesita, una niña, de rizos de oro que se pierde en una oscura cueva del bosque y que siente mucho temor porque de ella no sólo depende la luz de la noche, sino la inspiración de los enamorados. Lucesita, la niña que se convierte en luna es el primer amor de Gael, el niño que, acompañado de una hermosa ardilla, la rescata, poniendo a salvo a la noche de todos los niños y niñas que dormimos con ella.

—Además de la escritura y la literatura, también se dedica a la comedia y recreación infantil. ¿Por qué le interesó el arte del clown y el humor?

Otra de mis grandes pasiones es el teatro. Desde hace varios años he venido trabajando en un personaje que tiene por nombre Lito Man Clown. ´Lito´ es un payaso con el que he podido llevar un mensaje pedagógico, artístico, terapéutico y social a diferentes comunidades. Hasta hace unos 15 años, el arte del clown era visto con cierta simpleza y en muchos escenarios era de cierta manera rechazado. Hoy por hoy, el clown crea espacios alternos a la vida cotidiana, en donde el arte y la diversión toman cuerpo a través de la risa. Con mi personaje, la literatura y el amor por los niños y niñas, he logrado aportar una metodología de creación escénica y dramatúrgica donde las personas, a partir de sí mismas y de sus propias experiencias terminan conectándose a otras realidades.

—¿En qué consisten sus talleres del ‘Poder de la risa’?

El ´Poder de la risa´ es un taller experiencial deformativo orientado por ´Lito´, mi personaje clown, y dirigido a personal de empresas, padres de familia y adultos en general, que tiene como objetivo inspirar desde la felicidad y mejorar nuestros hábitos a partir de la sonrisa. Este taller es un viaje al interior de cada persona, donde se trabaja en un proceso de crecimiento que impacte en el trabajo, las relaciones familiares y en la vida en general. ´Lito´ tiene el poder curativo de la risa, donde el humor y la risa cambian la química de la sangre y protegen contra la depresión. Con este taller cada persona invierte en reír para despertar conciencia interior, hacer crecer los proyectos personales, mejorar los entornos laborales y ser un mejor papá y mamá.

—¿Cómo es su trabajo humanitario a través de la campaña ‘Alimentos con amor’?

‘Alimentos con amor’ es una campaña solidaria de la Fundación Siembra Comunidad, que nació hace seis años como una alternativa para llevar alimentos y productos de primera necesidad a familias de distintas zonas de alto riesgo social de la ciudad. A la fecha esta iniciativa ha sumado cientos de aliados que han hecho posible la promoción, logística y entrega de 800 mercados, que no sólo han posibilitado un alimento en cada hogar, sino, que han permitido construir comunidad vecinal.

—¿De qué modo se relaciona su carrera como escritor con su vocación humanitaria?

Una forma de escapar del mundo para comprender las vicisitudes de las personas, revivir la infancia y hacer valer las identidades humanas, es la labor comunitaria. Plasmar en un papel los momentos y pensamientos de la gente me permite generar memoria. Mi hacer por la comunidad me ha dado unas voces extraordinarias que han servido para contar cientos de historias. Cuando anclas tu deseo humano de ayudar a los demás la vida se cuenta sola y las palabras con las que “juego” empapan esas hojas en blanco.

—¿Considera que es necesario el compromiso social por parte de los escritores?

En sociedades como la nuestra el escritor tiene el deber de escribir bien, en libertad, con la responsabilidad relevante de un lenguaje humano. El compromiso social es inherente al ser humano y por eso, aportar termina siendo parte de la piel de quienes transforman realidades en busca de un mundo justo y en bienestar. Como cualquier ciudadano, debemos empezar por mantener un compromiso con nosotros mismos y sostener un hacer humano que llegue a aquellos que puedan necesitarlo.