De pequeña, Eva García Sáenz recuerda sus vacaciones recorriendo Castilla (España), entre ciudades con cascos históricos medievales y la mayoría de ellas con castillos de cerca de mil años de antigüedad.
Su padre, de joven realizó todo el proceso para ser sacerdote pero al último momento desistió de esa idea, pero mantuvo una excelente relación con la iglesia, por lo que dichas vacaciones terminaban siendo muy culturales, pues gracias a los contactos de su padre, podían acceder a monasterios y libros de mil años.

Así nació la fascinación por la historia de la escritora Eva García Sáenz, quien hace poco recibió el Premio Planeta de Novela por su obra ‘Aquitania’, que en estos días se publica en Colombia.

Un galardón que tiene mucho que ver también con su padre, quien siempre coleccionó las novelas ganadoras, por lo que Eva García, desde niña, siempre estuvo muy ligada a este galardón que ahora logró ganar con una mezcla de thriller y novela histórica.

Pero antes del Premio Planeta, Eva ya era una de las escritoras más leídas en España, con su trilogía ‘La ciudad blanca’, en una entrega total a la literatura, luego de estudiar y ejercer la optometría, y ahora, vuelve a sorprender con ‘Aquitania’, que se desarrolla en el corazón de la Edad Media, teniendo con un personaje tan fuerte como Leonor de Aquitania.
Una mujer que logró un gran poder desde los 13 años de edad, al lograr la corona del reinado de Francia e Inglaterra, por lo que es más conocida en Francia que en España, por lo que la escritora emprendió la ardua labor de escribirla durante dos años y medio.

En los zapatos de Leonor

En el libro toca el tema de las Cruzadas, ¿Cómo ve usted ese tipo de actos que fueron tan frecuentes en la época medieval?

Creo que fueron totalmente inútiles, un gasto innecesario. Fueron como moscas intentando molestar a un perro, porque las ciudades de Tierra Santa eran tan poderosas y tan fuertes militarmente, que necesitaron de un esfuerzo colosal y una costosa inversión que no sirvió para nada en muchos siglos de batallas.

Si se quiere sacar algo positivo de esta barbarie fue el intercambio cultural, lo cual se nota desde la primera cruzada de Aquitania, que era el territorio más culturalmente avanzado por su contacto con Tierra Santa en las cruzadas.

¿Cómo nace su fascinación por Leonor de Aquitania?

La fascinación por Leonor parte de la documentación para mi anterior libro, que fue la tercera parte de mi trilogía de ‘La ciudad blanca’, ‘Los señores del tiempo’, que se producía en el siglo XII en el Reino de Navarra, limítrofe al Reino de Aquitania, donde una princesa navarra se casa con el Rey de Inglaterra, Ricardo Corazón de León.

A raíz de esa curiosidad, empecé a leer más de ella, quedando fascinada no sólo por ella, sino por todo su entorno, por todo el medioevo Aquitano, con toda su cultura tan avanzada y su primer feminismo en pleno siglo XII, con todo su respeto a la dama culta.

¿Qué fue lo que más le llamó la atención de ella tras toda la investigación?

Tenía una inteligencia fuera de lo común. En la novela lo que plasmo son sus primeros años, con todos sus errores, y no a sus 70 años de edad tras décadas de gobernar y con pocos errores en su mandato.

Entre sus 13 años y 23, fueron varios los errores que cometió pero de los cuales aprendió muy rápidamente, para luego convertirse en una reina regente, muy inteligente y preocupada por la calidad de vida de su pueblo, lo cual es una idea muy moderna.

Una mujer muy influyente en su tiempo, capaz de reprender a los Papas, pero ellos le tenían gran cariño y acudían mucho, tanto ellos, como muchos gobernantes de Europa.

Feminista por conocer

La novela lleva poco en las librerías, ¿Cómo ha sido recibida en España?


En España está sorprendiendo mucho esta figura, porque no era muy conocida aquí pese a que una de sus hijas, Leonor de Castilla, fue reina, así como sus nietas.

Sin embargo, en Francia e Italia, Leonor si que está presente, hay muchas menciones sobre ella y su familia. Ha trascendido, entre otras cosas, porque les debemos las novelas de caballería, porque ella encargó recopilar todas las narraciones orales que habían en Bretaña del siglo IV, para llevarlos en prosa y papel para que no sólo quedara como una historia oral, como lo era hasta ese momento.

Sin Leonor de Aquitania, siglos más tarde no se hubiera podido escribir El Quijote, que era la respuesta irónica a ese ciclo de novelas de caballería que ella inauguró y tuvo una vigencia de más de dos siglos y medio en esa primera etapa.

¿Qué otros aportes hizo Leonor de Aquitania?

A nivel arquitectónico, en toda Normandia, todas las torres de ese entonces que aún quedan, muy defensivas, muy altas y con pocas ventanas, fueron construidas bajo su mando.

No quería irme al tema de los vestidos, de los peinados y demás, porque parece que solo influyó en los temas más superficiales de la sociedad, pero ella fue muchísimo más. Es como si nos quedáramos en que Wiston Churchill llevaba sombrero y un puro en la mano, pues no, porque lo que tenemos que ver es la impronta política que gestó, lo mismo sucede con Leonor.

Una figura como Leonor de Aquitania, ¿Cómo hubiera asumido una crisis como la provocada por la actual pandemia?

Me parece que sería una persona que lo hubiese llevado muy bien. Leonor hubiese visto venir la crisis, gestando medidas preventivas, porque en su tiempo se preocupaba por tener bien pago los conventos, se llevaba muy bien con la iglesia porque le preocupaban mucho los actos de caridad, servirle al pueblo, creando muchos hospitales.

¿Cuál es el encanto de escribir de épocas como la Edad Media?

El Medioevo, por ser un tiempo tan difícil y complicado, en según donde nacías, morías en la misma clase social. El 90% por ciento de las personas en Europa de ese entonces no se movía más de 10 kilómetros a la redonda, mantenían siempre en su pequeña aldea.

Ese determinismo, me parecía muy bonito de romper, con un sobreviviente innato, es dejado en el bosque porque su madre prefiere eso, al destino de trabajar siempre en la fábrica de jabones.

A lo largo de su carrera como escritora, ¿Cómo ha sentido que la ha recibido la crítica y los lectores?

Siempre me he sentido privilegiada con el entusiasmo de los lectores y las críticas muy favorables, no solo en España, sino en distintas partes del Europa y Estados Unidos.

Hay un tipo de novela best seller europea muy al estilo de Umberto Eco, porque escribo para lectores muy inteligentes y muy bien formados porque hay bastante investigación detrás de ellas.

Una escritura de esta novela que terminó en plena pandemia...

La salida fue bastante traumática, porque el final de la escritura coincidió con el inicio del confinamiento en España, que la terminé el 30 de abril. Debí estar muy centrada creativamente para no cambiar el tono de la historia y los personajes, porque era un peligro dejarla pernear por lo que estaba ocurriendo en el mundo en ese momento. Me alejé mucho de las noticias.

En esta novela combina el thriller y la novela histórica, ¿Cómo fue esa experiencia?

Tuvo un alto grado de dificultad porque estaba acostumbrada a manejar géneros como el thriller o escribir novelas en que no eran encasilladas en un género en específico, pero en este caso, escribí un thriller con todo el alma y estructura que debe tener un thriller, por lo que esos mecanismos ya los tenía dominados.

La dificultad eran los personajes históricos muy documentados, con fechas muy específicas, por lo que no me podía salir ni de fechas, ni de resultados.