Luego de un largo periodo de receso a causa del aislamiento, los días 9 y 12 de junio pasado, cientos de neoyorquinos disfrutaron de la Filarmónica de Nueva York, cuya dirección por primera vez estuvo a cargo de una colombiana, Lina González Granados, una caleña que a sus 35 años es reconocida en varias capitales del mundo por su magistral labor y sus importantes logros en el campo de la música de concierto.
La música reunió, después de mucho tiempo, al aire libre y sin mascarillas, a muchos ciudadanos, pues las autoridades sanitarias en esa urbe, ya lo permitían.
Esa experiencia, la profesional colombiana de música clásica la califica como “liberadora, pues fue la primera vez que me quité la máscara para dirigir”, lo cual es muy significativo para ella, ya que el uso del tapabocas requiere un mayor esfuerzo de los músicos e imposibilitaba el buen flujo de la comunicación.
En ese parque, todos los músicos, juntos, emocionaron a los espectadores bajo la batuta de Lina, quien se destacó haciendo lo que más le apasiona: lograr comunicarse a través de la música, a la que considera un puente entre una cultura y otra.
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Haber dirigido la Filarmónica de Nueva York, la orquesta sinfónica activa más antigua de los Estados Unidos, fue para ella un privilegio al que llegó gracias a su compromiso y amor por el arte. Por eso hoy afirma convencida: “todo lo que me imaginé lo he logrado, todos mis sueños los he alcanzado”.
Sus últimos logros la han catapultado. “Hubo varias cosas que me pasaron al tiempo y eso ayudó a que mi carrera y mi trabajo se hicieran notar”, dice. Por ejemplo, tuvo la oportunidad de asistir a Riccardo Muti, director titular de la Orquesta Sinfónica de Chicago. Asimismo, fue la asistente de otros directores en Seattle y Filadelfia, Estados Unidos.
Vale la pena recordar que quien ocupa el cargo de asistente en una orquesta, participa de principio a fin de la obra; es la mano derecha del director, debe mantenerlo al tanto de cualquier cambio y estar preparado ante alguna eventualidad.
De manera que, “además de ayudar con la música, y forjar relaciones con otras orquestas, tuve una exposición grandísima”, afirma Lina González, pues, “no es normal que una persona tenga dos asistencias, son campos muy competitivos”. Ya que, para obtener el cargo se postulan alrededor de 600 personas, de las cuales solo escogen a 2 y Lina ha sido seleccionada en varias oportunidades en orquestas estadounidenses muy reconocidas.
A mis 35 puedo decir que todo lo que imaginé lo he logrado, todos mis sueños
los he alcanzado”. Lina González Granados, directora de orquesta.
Nuevos escenarios en la vida
A causa de esto, su carrera ha ganado gran reconocimiento. Asegura que los ojos de las personas comenzaron a posarse sobre ella.
Al hablar de la música irradia alegría, manifiesta que es la forma como se expresa. Esa pasión por su profesión ha hecho que reciba galardones como el Premio La Maestra, dedicado a mujeres directoras musicales, en París, en el que ocupó el tercer lugar en 2020. Además, esta joven que brilla en escenarios internacionales de la música de concierto, también obtuvo el Premio ECHO (Asociación Europea de Orquestas de Salas de Concierto -En español).
Con cada escalón que avanza en su carrera, aumentan sus ganas de conocer y explorar más. Según ella, “me gusta exponerme a las cosas nuevas, vivo de eso, alimenta mi ser. Al principio se sienten nervios, como una expectativa frente a los intercambios”, asegura al hablar sobre la exposición a nuevas experiencias.
Es de las que constantemente debe viajar a otros países, de diferentes culturas, costumbres, idioma. Pero no importa. Ella sabe cómo comunicarse a donde llega. “A veces no compartimos el lenguaje o cómo nos sentimos, pero es importante llegar por medio de la música, es lograr comunicarse a través de ella”, precisa.
Para ella, un día de trabajo “siempre es una experiencia nueva, siempre el estudio me trae nueva música”. Por eso asegura que a pesar de lo agitado que sea su jornada, nunca se aburre de la rutina. Trata de salir diariamente con la mejor actitud y tiene sus propios ‘rituales’ que le permiten refrescar su mente y cuerpo para dar lo mejor de sí.
Por este motivo, para lograr comunicar de manera adecuada y que los músicos logren dar y expresar lo mejor de cada pieza musical, explica que, por ejemplo, “antes de salir me gusta escuchar ‘Queen’, para que me dé adrenalina. Y así, depende de cada rutina, en general, es un ejercicio muy estricto, es necesario mantener la calma”.
La caleña ha tenido la oportunidad de dirigir la Orquesta de Filadelfia, la Orquesta de Seattle, la Filarmónica de Los Ángeles, entre otras.
Colombia en su corazón
Le gusta sentir que está cerca de casa, así que “siempre, a cualquier concierto llevo mi café, para poder sentir algo familiar dentro de países extranjeros”. De esta forma, se recarga para estudiar sus partituras y cumplir con su apretada agenda a una velocidad rápida, en la que el motor que la impulsa es el arte, la música.
Considera que “es imprescindible y difícil, el conocimiento de sí mismo, saber quién eres y cómo la música te puede llevar a otros niveles, pero no puedes brindar nada si no sabes quién eres”. Ese conocimiento de sí misma y la importancia que le da a sus raíces se ve reflejado en lo que realiza.
De modo que, desde 2015 la directora Lina González fundó Unitas Ensamble, “con el ánimo de promover la música latina en Boston (donde vivía), una ciudad muy conservadora, con repertorio y cultura, pero donde poco se hace música latinoamericana, no tanto como yo quisiera, porque uno siempre se quiere reflejar en la cultura”, asegura en medio de una sonrisa, esta mujer soñadora y auténtica.
Fue así como materializó ese sueño, a través del cual realiza estrenos mundiales y norteamericanos, así como conciertos gratuitos. Para cumplir este propósito lleva la orquesta a bibliotecas, barrios y diversos espacios, donde evoca, a través de notas musicales, un poco de su cultura. “A veces tenemos a muchísimas personas, otras, tres o cuatro, pero siempre hacemos nuestro mejor esfuerzo y la gente siempre llega a ella”, precisa la directora.
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Además, Lina González, junto a su colega Kensho Watanabe fundó Conductor's Collective, un espacio que propicia el aprendizaje colectivo, por medio de encuentros virtuales, charlas y seminarios, donde aproximadamente 350 personas de alrededor de 40 países, han podido reunirse a pesar de las limitaciones, con el fin de compartir conocimientos sobre la música.
“Yo siempre he pensado que la música debe ser para todos, es como un derecho fundamental, todos debemos tener acceso a la cultura”, opina Lina, pues así como ella un día se enamoró de su profesión, abre las puertas a otros para que, si lo desean, lo hagan también.
En su relato cuenta que quiso buscar una profesión que le permitiera interactuar con mucha gente. “Me acuerdo de una experiencia donde yo veía al director haciendo cosas con las manos y nosotros simplemente reaccionamos, desde ese momento dije: ‘es esta carrera’, pero siempre fue la música”, afirma con mucha emotividad.
Vive encantada con el camino que siguió porque responde a aquello que la representa. “A mí me gusta mucho ser amiga, soy hija única, entonces encontré en la dirección una carrera que me permitiera encontrarme con bastantes amigos y personas”.
Cali le rememora eso, amigos, recuerdos e interacción con otros. Asegura que “lo que me gusta de mi ciudad es la amistad, me evoca mis amistades más entrañables, mis amigas del colegio, para mí son lo máximo”, dice Lina y agrega que cuando viene a su ciudad natal se conecta con lo que ha sido para ella su ‘polo a tierra’.
Recuerda que en Cali tiene grandes colegas y profesores y su gran motivación para visitar la ciudad: reencontrarse con su familia, como lo hizo el mes pasado. Para ella su núcleo familiar es fundamental ya que, “tengo un sistema de apoyo muy fuerte, si no tuviera un sistema familiar que crea que lo que estoy haciendo es importante, sería imposible”.
Así, continúa en su camino, enfrentándose a nuevos desafíos, como la ausencia del público aún en muchos escenarios, por eso hay que saber cómo conquistar ahora a un auditorio, pues con la contingencia actual, a pesar de que “las redes sociales y las tecnologías ayudaron un montón, ahora nos enfrentamos al miedo de las personas a sentarse con los demás, a disfrutar sin tener miedo a ser contagiados, ese es uno de los grandes retos”, afirma.
De ahí, que haya que mantener al público activo y cautivado por el arte. “El único futuro de la música es música nueva que la gente disfrute, que tenga público”.
Es por eso que actualmente se prepara para desarrollar nuevos proyectos que le permitan expresar su sentir por medio de la música, llenando los oídos del público con bellas melodías.
Formación artística
Lina González Granados inició sus estudios de piano en la Universidad del Valle, pero en 2005 decidió viajar a Bogotá para dedicarse a la dirección.
Se graduó con honores de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, de Bogotá.
Se mudó a los Estados Unidos en 2010. Ahí continúo con sus estudios en la Universidad de Boston e inició su carrera profesional destacándose en diversas obras.