Si la liga masculina del fútbol colombiano nada en medio de la incertidumbre —como todas las del mundo— por cuenta de la pandemia del coronavirus, la situación del campeonato femenino es peor.
Luego de batallar contra la propia División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), las mujeres se anotaron un gol y lograron que el ente rector del balompié nacional se pusiera la camiseta para organizar el torneo, que iniciaría en abril, tendría una para por la realización de la Copa América entre junio y julio, y terminaría en agosto.
Sin embargo, tras los estragos que ha causado el Covid-19 en el mundo entero, las futbolistas colombianas se sienten ahora en el limbo.
El País habló con Catalina Usme, capitana y campeona actual con el América, y mundialista con la Selección Colombia; en otras palabras, un referente del fútbol femenino para saber cómo ven las mujeres este panorama.
¿Cómo han sido estos días de cuarentena para Catalina?
Tranquila, en casa. Estoy con mis padres (ellos viven en Medellín), porque tuve la fortuna que ellos se encontraban visitándome cuando se decretó la emergencia y estoy aprovechando el tiempo en familia.
¿Cómo ha mantenido la figura física?
Cuando todo esto empezó, tuve la precaución de traer algunas cosas del gimnasio para la casa, barras, discos, que quizás me sirvieran para unos días, y terminaron sirviéndome para toda la cuarentena.
¿Cómo ve el panorama para la Liga femenina, con todo lo que está pasando por cuenta del coronavirus?
Dificilísimo. Si el fútbol colombiano masculino está pasando por una crisis en este momento, como las otras ligas del mundo, el torneo femenino tiene cien mil problemas más.
¿Cómo cuáles?
Por ejemplo, los contratos de nosotras no están amarrados, por decirlo de alguna manera, es decir, no tienen cláusulas, como los contratos de los hombres. El torneo de ellos empezó, el de nosotras no, y esa es una desventaja. No sabemos absolutamente nada. Muchos clubes terminaron los contratos de las jugadoras y las mandaron para sus casas sin un peso. A otras las llevaron con la ilusión de contratarlas, pero inmediatamente se presentó este problema, entonces quedaron desprotegidas. El panorama es muy complejo por la situación económica de los equipos.
Ustedes, las vigentes campeonas de la Liga, ¿qué situación contractual tienen en este momento con el América?
Por fortuna América tiene un proyecto serio y diferente. En este momento somos catorce jugadoras que estamos contratadas, no sé qué vaya a pasar mañana, me imagino que nos llamarán para hacer un arreglo, porque en esta crisis todos tenemos que apoyar, pero hasta el momento estamos protegidas, en cuanto al trabajo y el salario. Pero la Liga es incierta.
¿Y cómo es la situación de las jugadoras de otros equipos?
Te podría decir que el 98% de las jugadoras colombianas no tienen contrato. En el América, las que estamos contratadas tenemos un vínculo de al menos seis meses o un año, pero la gran mayoría de las futbolistas del país están totalmente desprotegidas.
¿Ustedes han recibido alguna llamada del presidente de la Dimayor para hablar sobre el futuro de la Liga femenina?
Absolutamente nada. No tenemos ni idea de lo que vaya a pasar. No nos digamos mentiras, la Liga femenina no es una prioridad para la Dimayor, ni para la Federación Colombiana de Fútbol. Del fútbol masculino se habla todos los días, pero de nosotras, nada.
¿Por qué no le ha interesado a la Dimayor nunca el fútbol femenino?
No tenemos un doliente en la Dimayor y mientras eso pase, será muy difícil, porque el fútbol femenino es un proyecto al que hay que invertirle dinero y en un futuro tendría réditos para los equipos, pero para eso debe haber alguien que sienta, un directivo que haga que las cosas funcionen de verdad, pero de verdad.
¿Cuál debe ser la ruta para que el fútbol femenino sea una prioridad en la Dimayor?
Que llegue un directivo al que le importe también el fútbol femenino, que cree políticas que vayan de la mano con el fútbol masculino, porque también lo necesitamos para que nuestro proyecto sobreviva. Y que la Federación y la Dimayor no funcionen como islas cuando se trata de la Liga de las mujeres.
¿Ustedes no sienten respaldo del presidente de la Dimayor, Jorge Enrique Vélez?
No, para nada, ni de él, ni de la cabeza de la Federación (Ramón Jesurun). Este es un tema sobre el que nadie se pronuncia, que nadie toca, pero es así, tanto parta los clubes, como para la Selección. Colombia ganó una medalla panamericana y ya se olvidaron de la Selección, sin microciclos, sin fechas Fifa, etc.
Si se normalizan las cosas, ¿ustedes, las jugadoras del América, tendrían la posibilidad de jugar la Libertadores?
No se sabe, porque nuestra Liga es muy mal organizada. Somos las campeonas, pero para que estemos en la edición de este año, que empezaría en septiembre, tendríamos que ser campeonas en el torneo próximo. Solo iríamos a Libertadores si no hay torneo y la Dimayor decide que nosotras representemos a Colombia. Es que todo lo hacen al revés en la Liga femenina.
¿Qué ha conversado con jugadoras de otros equipos sobre esta situación?
Estamos muy preocupadas. Es que si somos 20 las jugadoras contratadas en Colombia, somos muchas. Hay jugadoras que están haciendo otras cosas para sobrevivir porque están totalmente desprotegidas. Les toca utilizar la imaginación, qué más hacen.