Este martes 4 de junio la Superfinanciera de Colombia, SFC y la Banca de Oportunidades presentaron el Reporte de Inclusión Financiera, RIF con corte a diciembre de 2023, donde se evaluó el acceso y uso de productos, servicios y canales financieros a través de los establecimientos de crédito vigilados por la Superintendencia de la Economía Solidaria, SES.
Así las cosas, el informe mostró que en Colombia el porcentaje de adultos con algún producto financiero pasó de 92,3% a 94,6% entre 2022 y 2023, lo que significó un crecimiento de 2,3 puntos porcentuales (pp). Esto lo que significa es que 36,1 millones de adultos poseen un producto financiero transaccional, de ahorro o de financiamiento formal. En efecto, más de 1,4 millones de usuarios nuevos tuvieron productos financieros frente a 2022.
“Los resultados muestran un aumento en el acceso y uso de productos financieros; sin embargo, persisten las brechas entre el sector rural y urbano, así como entre mujeres y hombres, por lo que uno de los desafíos de las entidades del sistema financiero es el otorgamiento de crédito pero enfocado en proyectos productivos y no en el consumo, algo que esperamos dinamizar con el desarrollo de finanzas abiertas, uno de los proyectos estratégicos que tenemos en la SFC”, dijo el Superintendente Financiero, César Ferrari.
Asimismo, señaló que el acceso a productos de depósito fungió como el impulsor clave del crecimiento en el indicador de acceso, con un 94% de adultos con algún producto transaccional o de ahorro en 2023. El producto más frecuente sigue siendo la cuenta de ahorro, con 30,8 millones de adultos al cierre de 2023. Esto quiere decir que en 2023 había 82,5 millones de cuentas de ahorro en el sistema financiero, 2,2 cuentas de ahorro por cada habitante adulto del país.
Por su parte, los depósitos de bajo monto, asociados con billeteras y monederos digitales, continuaron por un camino de crecimiento con 27,5 millones de adultos con al menos uno de estos productos, lo que indica que había 57,6 millones de monederos o billeteras en el país a diciembre de 2023, 1,5 por cada adulto.
No obstante, el número de depósitos de bajo monto ha tenido un crecimiento superior que las cuentas de ahorro en los últimos años, ya que entre 2022 y 2023 crecieron a una tasa del 20% mientras que este porcentaje para las cuentas de ahorro fue solo de 6,6%.
“No obstante, la tarea no está hecha del todo debido a que hay una serie de brechas que deben cerrarse en los próximos años para consolidar estos avances de manera resiliente e inclusiva. Por ejemplo, el indicador de acceso para las zonas urbanas, es decir las ciudades, sus aglomeraciones y los municipios intermedios, fue de 99,5% a cierre de 2023, mientras que para los municipios rurales fue de 65,6%, evidenciando una diferencia de 33,9 pp”, sostuvo Ferrari.
Esta brecha, indicó, fue de 28,5 pp. para cuentas de ahorro y de 27,2 pp. para los monederos o billeteras. En cuanto a los productos de financiamiento formal, la diferencia en el indicador de acceso entre las zonas urbanas y las rurales fue de 17,1 pp., brecha que fue positiva para el microcrédito. El acceso a productos financieros aumentó tanto para mujeres como hombres adultos en 2023, llegando al 91% en el caso de mujeres y 97,7% en los hombres en el acceso al sistema financiero, lo que indica que la brecha en el acceso entre hombres y mujeres fue de 6,6 pp. en 2023.
Acceso a productos de financiamiento
En el informe presentado en la mañana de este martes, los indicadores de acceso al crédito vigente mostraron una tendencia negativa entre 2022 y 2023. El porcentaje de adultos con financiación se situó en un 35,3% en 2023, 0,9 pp menos que en 2022, correspondiente a 13,5 millones de adultos con menos productos financiamiento formal. Los productos de mayor penetración fueron las tarjetas de crédito y el crédito de consumo, seguidos por el microcrédito y el crédito de vivienda.
En lo corrido del 2023, las entidades vigiladas por la SFC, por la SES y las ONGs microfinancieras no vigiladas ni por la SFC ni la SES realizaron 175,9 millones de desembolsos de consumo (98,7%); microcrédito (1,1%); vivienda (0,1%) y consumo de bajo monto (0,1%). El número de desembolsos creció en el último año 3 pp. jalonado especialmente por la cartera de consumo ya que la de microcrédito decreció 7pp., 3pp. la de vivienda y 49 pp., la de consumo de bajo monto.
Paola Arias, directora de Banca de las Oportunidades resaltó que “el mercado de crédito sigue enfrentando retos estructurales para fortalecerse y crecer, especialmente en los segmentos productivos, en los que aún no se han se alcanzan niveles prepandemia en el indicador de acceso a créditos. Más aún, la cartera bruta como porcentaje del PIB se redujo a 42,4%, llegando niveles de profundización de hace diez años. En este contexto, Banca de las Oportunidades continuará acompañando a la industria en el desarrollo de nuevas soluciones y modelos de financiación, apalancados en datos y esquemas embebidos, para propiciar innovaciones en la atención de las necesidades de unidades productivas de baja escala”.