Jaime Gilinski Bacal es reconocido como Empresario del Año en Colombia por su destacada trayectoria frente a sus diferentes organizaciones y negocios, que lo han consolidado como un referente de innovación dentro y fuera del país.
Este reconocimiento, que es otorgado por el Diario La República y llega después de un 2024 en el que el magnate nacido en Cali se convirtió en una de las figuras más destacadas del sector corporativo, luego de concretar el caso financiero más exitoso de los últimos años en el país: el proceso de adquisición del Grupo Nutresa.
Gilinski Bacal hizo historia por los diferentes cambios que fueron aplicados para que él pudiera convertirse en el nuevo representante legal del principal grupo alimenticio de Colombia, compañía que está presente en 17 países, pero cuyos productos llegan a comercializarse hasta en 82 nacionalidades.
A su vez, esta operación contó con el apoyo de varios inversionistas árabes que han respaldado su gestión, en una alianza internacional que está trayendo nuevas posibilidades para el país.
Además de ese negocio, también su desempeño en el sector de la banca fue destacado. El ingeniero es el principal accionista del banco GNB Sudameris, el cual posee operaciones en Colombia, Perú y Paraguay, y también ha incursionado en el mercado británico con el Metro Bank.
Entre los negocios más representativos de Jaime Gilinski se encuentra a su vez Lulo Bank, un neobanco integrado al 100% en un esquema digital que integra los servicios tradicionales de la banca, pero en un aplicativo caracterizado por la facilidad al momento de realizar trámites de crédito y ahorro.
De igual forma, se destacan los productos Rimax, cuya planta de producción está ubicada en Cali y realiza exportaciones a 30 países de América, Europa, Asia y Oceanía.
En el sector de comestibles, Gilinski Bacal también ha dirigido con éxito a la compañía de Alimentos Yupi, que fue fundada en 1978 y exporta a Venezuela, Aruba, Curazao y España.
El empresario hace parte de la tercera generación de una familia que llegó al país hace más de un siglo. Durante años, los Gilinski sumaron sus esfuerzos en la industria manufacturera, no obstante, varios años después encontraron en la diversificación de su portafolio una manera de posicionar con solidez sus negocios.
Gilinski Bacal es recordado como uno de los hombres que concretó la adquisición de la filial colombiana del Banco Internacional de Crédito y Comercio, que se encontraba en quiebra a principios de la década de los 90.
Esas fueron las bases para transformar su imperio y expandirse a otras áreas de la economía, trabajo en el que, además, ha podido crear miles de empleos directos, impactando a otros de forma indirecta, beneficiando a las familias colombianas.
En su entrevista con La República, Jaime Gilinski sostiene que se basa en las lecciones que empezaron en casa: “Mi papá me enseñó a ser una buena persona. Suena simple pero no lo es: ser una buena persona significa uno querer a las personas alrededor, no solamente la familia. Todas las personas con quien uno tiene contacto a través de la vida. Dios nos ha dado oportunidades y tenemos que también devolver oportunidades. Mi papá me enseñó a pensar de una manera recta, una manera ética y creo que eso es lo que he hecho a través de la vida por los consejos de él”.