La atención en salud en Cali ha avanzado significativamente en las últimas décadas, pero a pesar de la ampliación hospitalaria, la ciudad ha carecido de infraestructura para la atención de pacientes con quemaduras graves. La capacidad de atención se había mantenido casi igual desde el siglo pasado, algo preocupante ante el creciente número de habitantes y la mayor demanda de servicios médicos especializados en todo el país.

En respuesta a esta situación, la Fundación Valle del Lili tomó la iniciativa de cubrir esta necesidad. Con un grupo multidisciplinario de especialistas y subespecialistas realizó, en enero de 2023, una ampliación locativa para la atención de pacientes con quemaduras graves. Esta ampliación, situada en la nueva torre 2 de la sede principal, marca un hito en la calidad, tecnología y seguridad en el tratamiento de estos pacientes.

“Antes a los pacientes quemados se les atendía en cubículos de otras especialidades, dando la atención inicial mientras se lograba ubicar en una unidad exclusiva para quemados, dada la limitada capacidad hospitalaria en la región. Entonces con esta ampliación se va a mejorar la capacidad hospitalaria en cuidados intensivos, dándole estas camas a los pacientes quemados”, explica el doctor Fernando Rodríguez, médico cirujano de la Fundación Valle del Lili.

En respuesta a la demanda de servicios médicos especializados, la Fundación Valle del Lili amplió en 2023 los cubículos dedicados a quemaduras graves. | Foto: Fundación Valle del Lili

Este nuevo espacio de atención de pacientes quemados críticos, con necesidad de manejo en UCI, no solo es notable por sus características especiales, sino también por su considerable capacidad y el nivel avanzado de sus instalaciones. Con un total de doce camas, la unidad se clasifica como una de las más grandes en la región.

Los cubículos cuentan con sistemas de ventilación especializados, flujo de aire controlado y desagües adecuados para facilitar los procedimientos como baños y cirugías directamente en el lugar.

Asimismo, como todas las Unidades de Cuidados Intensivos, están equipados con sistemas de monitoreo conectados a la central de enfermería y pantallas de telemetría que permiten una vigilancia constante y precisa de las constantes vitales de los pacientes.

La Unidad de Cuidado Intensivo con atención especializada para pacientes críticos quemados tiene una alta capacidad hospitalaria y un equipo experto. | Foto: Fundación Valle del Lili

Sin embargo, lo que realmente distingue a este espacio es su compromiso con la humanización de la atención médica. Reconociendo la importancia del apoyo emocional en la recuperación, se permite y facilita la presencia constante de un familiar al lado del paciente. Esta inclusión de un acompañante familiar en el cuidado no solo proporciona confort emocional a los pacientes en momentos críticos, sino que también permite a los familiares estar informados y participar activamente en el proceso de recuperación de sus seres queridos.

Los pacientes atendidos en estos espacios también se benefician del acceso a un amplio espectro de especialistas, lo que garantiza una atención integral y personalizada. Por ejemplo, hay disponibilidad de oftalmólogos, cirujanos de cabeza y cuello, entre otros, asegurando una respuesta ágil y efectiva ante cualquier complicación que pueda surgir.

La dinámica de atención a pacientes quemados de la Fundación Valle del Lili revela aspectos importantes sobre la prevalencia y naturaleza de estos casos en la región.

Los pacientes en la unidad tienen soporte ventilatorio, reanimación hídrica, estabilización cardiovascular, control del dolor y manejo local de las heridas. | Foto: Fundación Valle del Lili

Se atiende, en promedio, un paciente quemado al día, con al menos uno de estos casos semanalmente clasificado como crítico. Esta frecuencia subraya la necesidad crítica de una infraestructura especializada como la que ofrece la Fundación Valle del Lili. Un patrón notable en los casos atendidos es que aproximadamente la mitad de las quemaduras ocurren en el hogar, afectando principalmente a niños y mujeres. Estos accidentes suelen estar relacionados con líquidos calientes, explosiones de gas debido al mal manejo de estufas u hornos, o accidentes con ollas a presión.

La otra mitad de los casos de quemaduras atendidos están relacionados con accidentes laborales, incidentes en la vía pública y accidentes de tránsito. De manera ocasional, en los cubículos también se atienden a víctimas de atentados.

Uno de estos casos fue el de Juan Manuel Loaiza, quien en octubre de 2020, sufrió un accidente el taller automotriz en el que trabajaba. Una explosión causada por una chispa de una batería y gasolina lo envolvió en llamas, afectando el 85% de su cuerpo.

Además de todos los elementos de atención médica, nos centramos en humanizar cada tratamiento, por eso en la unidad los familiares pueden hacer turnos para acompañar a sus seres queridos

Dr. Fernando Rodríguez, médico cirujano de la Fundación Valle del Lili

El paciente llegó a la Fundación Valle del Lili donde estuvo por un total de 18 meses. Durante este tiempo, se sometió a múltiples cirugías y pasó un mes y medio en coma inducido. La magnitud del daño sufrido por su cuerpo hacía que su caso fuera extremadamente complejo, lo que requería un nivel de cuidado y atención especializados.

Hoy, dice que no está seguro de que habría podido sobrevivir sin los profesionales de la Fundación Valle del Lili, quienes desempeñaron un papel crucial en su recuperación.

Juan Manuel hace hincapié en el alto grado de profesionalismo, cuidado y atención al detalle que recibió durante su estancia, así como la disponibilidad constante de insumos, la atención meticulosa y la comunicación transparente y directa por parte de todo el personal, desde los auxiliares hasta los cirujanos, que fueron elementos claves en su proceso de recuperación.

La verdad es que la atención fue muy rigurosa con todos los detalles, muy estrictos con supervisión y las revisiones periódicas, yo no sé qué habría sido de mí sin la Fundación Valle del Lili”, destaca, siendo él un vivo ejemplo de la diferencia que un cuidado integral y especializado puede hacer por quienes enfrentan situaciones médicas críticas.