“Miyerlandi Torres tiene un plan A: soy el plan A y lo seguiré siendo, porque soy una nueva lideresa política y social, que ha demostrado un trabajo y se ha ganado el corazón de la gente y su respeto, administrando una crisis como la pandemia, y eso mismo lo tenemos que instalar en la Alcaldía”.
Así responde la candidata por el movimiento ciudadano ‘Un renacer para Cali’ a la pregunta sobre las posibles alianzas que se pueden producir entre los trece aspirantes que aparecen en el tarjetón electoral para el primer cargo del Municipio.
‘Es la prima de Dilian Francisca’ o ‘trabajó con Ospina’ son frases con las que algunos la definen a usted. Pero, ¿quién es Miyerlandi Torres?
Ni de uno ni de otro. Los dos establecimientos, ya lo he mencionado, están donde Roberto Ortiz. Yo invito a todos los que tengan dudas acerca de mi campaña, un movimiento ciudadano construido desde la calle, a que me acompañen a sacar esta ciudad adelante y devolverle la dignidad y el respeto a Cali. Prima en quinto o sexto grado de consanguinidad (de Toro), lo pueden revisar. De Jorge Iván (Ospina), administré la pandemia, orgullosa de servirle a Cali y a la gente, administrando la crisis más grande que hemos tenido en esta ciudad.
¿Cómo se inició usted en la política?
En el 96 empecé a trabajar en el (hospital) Carmona y en 2006 fui nombrada gerente de esa institución. En 2009 paso a otra empresa más grande y diez años después la entrego acreditada, con siete hospitales remodelados. Llego a la Secretaría de Salud el 1 de enero del 2020, con un doctorado, a administrar la crisis más grande que ha tenido nuestra humanidad, que es la pandemia, y me doy cuenta de que tengo empatía con la gente y también empiezo a darme cuenta de las necesidades de Cali. Me retiro de la Alcaldía en el 2022, porque ya no tenía más futuro allí, y dije: ‘de verdad puedo servirle a la ciudad desde otro sitio, me voy a probar’. Empiezo a caminar Cali, me gusta el contacto con la gente, conozco los barrios y heme aquí, ocho meses después de inscribir la candidatura, estoy en el podio. He demostrado mi capacidad de trabajo, mi respeto por la gente y el liderazgo que hoy Cali necesita.
Usted ha militado en la U. ¿Por qué no se inscribió por ese partido?
La oportunidad de ser gerente del Carmona se dio en la Administración de Apolinar (Salcedo) y él para nada quería a Dilian, pero dije: ‘yo estoy haciendo mi trabajo, esta es mi hoja de vida’, y presenté mi propuesta ante la junta directiva. Me dejan como gerente tres meses y después tres años. Luego, en 2009, cuando Alejandro Varela fue secretario de Salud, me dice: ‘A vos te va bien ahí y tengo esta EPS, la ESE Centro, que está quebrada y nadie se quiere ir para allá’. Llego en el 2010 a administrar esa crisis y en nueve meses ya la tenía equilibrada, con un plan de pagos para los proveedores y después, en la Alcaldía de (Rodrigo) Guerrero, presento examen para quedar como gerente y continúo en la administración. Luego llegó (Maurice) Armitage y hay reelección por junta directiva, pues lo había hecho bien, ya estaba certificada con tres hospitales y termino en esa administración con el premio más grande que ha tenido. Sí hemos trabajado en algunos momentos con la U, pero no he militado en ningún partido y, más importante, nunca he sido candidata a nada.
Pero usted llega al segundo Gobierno de Ospina como cuota del Movimiento Nueva Generación, de la exgobernadora Dilian Francisca...
Llego porque me conocían desde el 2009, por mis méritos; después de diez años ven todo mi trabajo, y me dicen: ‘usted es la Secretaria de Salud’, así que hay que darle crédito a ese recorrido académico y a esa parte técnica y administrativa, con los logros ya demostrados.
De lo que vio en la Administración de Ospina, ¿qué no aplicaría si llega a ser elegida Alcaldesa de Cali?
En Cali necesitan una persona que se gane el respeto, la confianza y la credibilidad. Los escándalos de corrupción, las divisiones y las peleas tienen que estar alejadas de la Administración de una ciudad donde lo que necesitamos es recuperar desde la seguridad hasta la cultura ciudadana y los indicadores educativos y económicos. Es necesario recuperar el liderazgo de Cali como la tercera o la segunda ciudad más importante del país.
¿Tiene alguna investigación tras su paso por sus anteriores cargos?
En este momento no tengo ninguna investigación. Sí me han abierto investigaciones, como a todo servidor público, pero ahora lo que tenemos son quejas anónimas que me han llegado de la Personería para definir si se abre investigación o no. Creo que cada que uno avance en la política más van a llegar esos temas, pero tengo las manos limpias y la frente en alto al decir que no tengo una investigación que hable de malversación de recursos o de que haya puesto en riesgo la estabilidad financiera de una empresa.
A nivel personal, ¿qué le dejó la pandemia y el estallido social que enfrentó como Secretaria de Salud?
Dos momento críticos que hemos tenido en Cali en los últimos tres años: la pandemia, que nos dejó marcados, el encierro, ese desasosiego de no saber si había un futuro. Cuando salimos, pensamos que íbamos a estar más amigables, más sociables, valorando más al otro, nuestro entorno, y lo que uno encuentra en Cali es que eso no pasó. Salimos de la pandemia y el estallido social y nos encontramos cada vez más egoístas, trabajando cada uno por su lado, con menos respeto por nuestras familias y vecinos, por la institucionalidad, y eso unido a una falta de liderazgo político administrativo que nos afecta significativamente en lo que es hoy la credibilidad y la confianza en una Alcaldía de Cali.
¿Cuál es su relación con el exgobernador Juan Carlos Abadía, que ha vuelto a tener protagonismo en esta campaña a la Alcaldía de Cali?
Conozco al exgobernador desde hace más o menos dos años, como conozco a muchos políticos del entorno local, regional y nacional, pero hoy estoy de hecho satisfecha, de saber y de que todo el entorno político y ciudadanos se dé cuenta dónde está realmente el doctor Abadía y en qué campaña está, mientras yo estoy, como una mujer berraca que ya sacó a Cali adelante, con la única misión de sacar a Cali de las mismas estructuras de siempre.
Es muy probable que los trece candidatos que están en el tarjetón no lleguen al 29 de octubre. ¿Qué cree?
La democracia vale la pena: que haya varios candidatos y se den los debates y las discusiones. Es valioso que tengamos un abanico de candidatos aspirando a la Alcaldía, sin embargo, tiene que llegar un momento en el que existan posibles alianzas. Miyerlandi tiene un plan A: soy el plan A y lo seguiré siendo, porque soy una nueva lideresa política y social en Cali, que ha demostrado un trabajo y se ha ganado el corazón de la gente y su respeto administrando una crisis y eso mismo lo tenemos que instalar en la Alcaldía de Cali. Vamos a lograr seguridad, desarrollo económico y cultura ciudadana, así que estoy lista para recibir a todos los candidatos que quieran adherirse.
¿O sea, que firma sobre mármol que va hasta el día de las elecciones?
Voy hasta el final. Nadie creía en esta candidatura y desde febrero estoy caminando, como lo he hecho desde las diferentes instituciones, ganándome a la gente, porque no estoy jugando: como me puedo sentar con las Fuerzas Militares y de Policía, con los guardas de Tránsito, para generar autoridad y orden en esta ciudad, también me puedo sentar con temas sociales como el entorno educativo, la salud, la cultura y el deporte a sacar esta ciudad adelante. Es lo que tenemos que pensar: son los cuatro años de los próximos 20 o 30 años para, por fin, pensar en una Cali del futuro, que planea a 50 años, y no a 4, donde elijan uno u otro adheridos a la misma maquinaria política.
¿Cuál sería esa propuesta, de las muchas que usted tiene, que debe ser implementada en la ciudad?
Voy a duplicar el presupuesto para Cali en seguridad, con todas las dificultades, con el $1,2 billones que se deben, reestructurando la deuda con nuevas tasas y dejándola a dos o tres gobiernos, porque no podemos reinstalar ningún programa social ni turístico ni empresarial si no le apostamos a atacar a los delincuentes que nos atracan todos los días. Sin eso, lo social no se va a ver y las inversiones no van a llegar, así que hay que meterle a la seguridad el tema de prevención. Hablar de educación es hablar del sueño, hay que mejorar los indicadores de cobertura. Tenemos alrededor de 12.000 niños desescolarizados, esa es nuestra prioridad.
¿Qué le dice a ese importante porcentaje de caleños que dice ‘no voto por ninguno de ellos’ o ‘estoy hastiado de los mismos de siempre’?
Nadie puede desconocer que soy la candidata que más ha caminado Cali, las 22 comunas y los 15 corregimientos, hablando con la gente, y el principal rechazo que uno recibe es: ‘yo no creo en los políticos en general, porque nos han quedado mal’. No quieren más estructuras políticas, ni de izquierda ni de derecha, gobernando. Eso representa el voto en blanco y ahí hay que mover las fibras y decirles: ‘no podemos ser indiferentes’. La Alcaldía es necesaria, de ella dependen el desarrollo urbano, económico y social de nuestra ciudad, así que es el momento de elegir una gerente, una persona capacitada para administrar a Cali. Tenemos que confiar en que vamos a poder, tomándonos de las manos y diciendo: Cali es la mejor ciudad del país, los caleños somos gente buena, berraca y pujante, que queremos salir adelante. Es el momento de los nuevos liderazgos, no más el continuismo ni mucho menos los mismos establecimientos políticos.
¿De los candidatos que hay, quién sería el mejor Gobernador del Valle?
Yo voy a administrar la Alcaldía de Cali con el Gobernador que elija la ciudadanía. Esas peleas entre Gobernador y Alcaldía se tienen que acabar. Si eligen al uno y al otro, hay que sacar a Cali y a la región adelante. La seguridad también le compete a Jamundí, Palmira, Buenaventura, así que hay que trabajar en llave con el Gobernador o Gobernadora que elija la ciudadanía.