En definitiva este será un año para tomar decisiones, cambiar, cerrar ciclos y abrir otros. Eso es lo que el 2014 representa desde la numerología pues el año suma 7: 2+0+1+4.
Si se suman los dígitos que componen el año 2014, su resultado es 7, y este guarismo dentro del estudio de la numerología es un símbolo importante, y su influencia debe marcar el transcurrir de este año que apenas empieza. Según explica el arquitecto y sicoastrólogo, César Morales, el número 7 lleva al despertar de una conciencia espiritual para la transformación y el cambio. Una idea que refuerza la experta en temas esotéricos Osiris Ríos, quien señala que se trata de un año de liberación. Las personas salen de un túnel en el que se encontraban encerradas, explica de manera gráfica el simbolismo de este año marcado por el séptimo número natural. Esto también genera mucha tensión, señala Elena Molina, porque se tienen que dejar atrás muchos apegos para iniciar una nueva etapa. Lo pasado, pasado La clave para aprovechar, desde el punto de vista numerológico, las oportunidades que puede representar el año está, dice César Morales, en no volver a cometer los errores que se cometieron en el pasado. Según su perspectiva, este es un año que ofrece posibilidades de reformular expectativas. Desde lo financiero es un año para transformar, pagar las deudas y evitar que se dupliquen. En el amor, año para renovar votos. En las relaciones familiares es un periodo para fortalecer la unión. Y también, cómo no, en un año político en Colombia, este experto señala que las alianzas serán claves para quienes aspiran a algún cargo, pero se debe filtrar muy bien con quién se hacen esas alianzas. Aunque las alianzas no serán solo políticas. El número siete es un fusionador energético. Por eso, recomienda que en cualquier sociedad (personal o de negocios) que se haga este año se analice muy bien la contraparte, porque su karma puede afectar o beneficiar al unirse con el karma propio. Si se dejan atrás los hechos negativos del pasado, puede haber recompensas este año, o en 2016, que sumaría 9, y es también un número fundamental.El número de destino Para los estudiosos de la numerología, el análisis no solo se limita a la suma de los dígitos que conforman el año. Explica Osiris Ríos que también cada persona tiene su número, resultado de la suma de la fecha de nacimiento (día, mes y año). Esa cifra de dos dígitos resultante se suma y debe generar una cifra entre 1 y 9. A ese número se le suma el número de este año, en este caso, el 7 y el resultado es el número del año personal (si es un número de dos dígitos, como 11, se suman (1+1) y su resultado es el año de cada quien.) Así, Osiris Ríos señala que para quienes están en su año 1 (el año personal 3, más el año 7) se inicia un nuevo ciclo. Es un año para emprender, para iniciar sociedades. Para encontrar amores. Quienes se encuentran en su año 2, es un año de dificultades. La paciencia es clave. Si su año es el 3, lo espera un periodo de alegría, de obsequios y sorpresas. Descanso espiritual. Para los que empiezan el año 4, es el momento de sembrar, de comenzar un proyecto, una idea, pero a largo plazo. Por el contrario, para los que inician su año destino 5, se presagian cambios bruscos, inesperados. Un año inquieto. Quienes están en su año 6, tienen la oportunidad de renovar sentimientos, un año bueno para la familia. Casarse por ejemplo sería una buena decisión. Los que están en su año 7 están acabando un ciclo. No es un año de grandes acontecimientos, es más de balances. En el año destino 8 las personas recogen lo que han sembrado. Y finalmente, el año destino 9 es para romper lazos, de acabar todo lo que debe acabarse en todos los aspectos de la vida.