En la ciudad se realiza la segunda versión del Festival de Jazz.
Cuatro iglesias de Mompox cambiaron durante dos días los cantos y alabanzas de los fieles por el jazz y la música del Caribe como parte de la segunda edición de su Festival de Jazz, que concluye este sábado.Siete agrupaciones locales, que intercambiaron sus melodías con la improvisación de los invitados internacionales como Alfredo de la Fe, el nominado al Latin Grammy Milton Salcedo y Alfredo Rodríguez, abarrotaron los atrios de las construcciones del siglo XVI, declaradas en 1995 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.Versiones de "New York, New York", "Oh, Happy Day" y otros éxitos del jazz y del Gospel se fusionaron con ritmos caribeños como la salsa y el porro bajo una mirada espiritual en una población en la que cerca del 100 % de los habitantes son católicos y cuya Semana Santa es una de las más tradicionales del país."La música es una sola. La puedes llamar jazz, blues o como tú quieras y siempre es la expresión de un pueblo", explicó emocionado a Efe el violinista cubano Alfredo de la Fe en el parque de la Iglesia de San Francisco antes de la presentación de la Coral Societa y la posterior aparición del grupo Legatto en el lugar.Allí, las imágenes de San Juan, San Pablo y la Virgen María fueron desplazadas de sus altares y trasladadas a un lugar especial para darle paso a los atriles y los micrófonos, en una explosión de sonidos y colores propia del realismo mágico."Esto es una fiesta irreal, llena de estas escenas salidas de un libro o una película", susurraba un grupo de españoles que divisaba desde lo lejos el espectáculo y quienes aseguraron a Efe que volverán "a por más de esta dicha".Así como ellos, Alfredo de la Fe, quien atribuyó parte de su inspiración a esta isla fluvial colombiana y la catalogó como "la realidad de Gabriel García Márquez", reconoció que la belleza de Colombia lo sedujo al punto de hacerlo radicarse en el país e impulsarlo a hacer música."Esta ciudad es perfecta para el jazz porque tiene magia. Quedé fascinado. Aquí hay algo, aquí hay una energía, hay algo especial", subrayó, y aseguró que esta edición del festival es "todo un éxito" debido a la participación de visitantes de distintas partes del mundo.Según datos de la Gobernación del departamento de Bolívar, al que pertenece Mompox, 3.235 personas de otras partes de Colombia y el mundo se dejaron contagiar el "swing" y la improvisación que también llegaron a los mercados, plazas y pequeñas calles adoquinadas del centro de esa población."Hemos superado nuestras propias expectativas, como lo han dicho los mismos momposinos", dijo a Efe el gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, durante un recorrido por los principales talleres artesanales de orfebrería que han hecho famosa a Mompox a través de los tiempos por su filigrana de oro y plata."Aquí todos estamos felices. Esta es una fiesta en todo el sentido de la palabra que seguirá a través de los años", sentenció el mandatario.Y es que ni siquiera el mal tiempo de la primera jornada ni las altas temperaturas de la segunda, que llegaron a los 32 grados centígrados, han detenido esta celebración, coronada con la presentación de la agrupación colombiana Chocquibtown, la Big Band de la Universidad de Tennessee (EE.UU), Maía y Milton Salcedo."Mira lo curioso, la música no tiene religión ni raza, pero los santos están esperando volver a entrar a sus iglesias para ir rezando por otro año más de esta maravilla" concluyó entre risas De la Fe, augurándole a todos "una experiencia fenomenal".Al cierre de esta segunda edición, Gossain dijo a Efe que "debido al éxito que tuvo el evento" se ha acordado la posibilidad de extender el festival un día más a partir del año próximo y construir un escenario cerrado que "permita realizar conciertos de gran envergadura" en esta localidad colonial.