Si hay alguien conoció de cerca las principales ejecutorias de la administración del alcalde de Cali, Maurice Armitage, fue su asesor de cabecera, Gustavo de Roux. Este reconocido ingeniero agrónomo, exministro y especialista en sociología y estudios del desarrollo le acompañó durante sus cuatro años de Gobierno y fue testigo serio de las ejecutorias de Armitage.
¿Qué características define de Maurice Armitage como administrador, y ante todo su talento y sensibilidad para impulsar el tema social?
Maurice Armitage es un gran alcalde. Es una persona de gran talento e inteligencia con un carácter recio y muy pragmático. Es frentero y encara los problemas sin darle vueltas. Lo vi, por ejemplo, fustigando a los contratistas para que terminaran determinada obra conforme a los cronogramas trazados, y ante todo su calidad. De esta manera, no evade los problemas. Es una persona 'campechana', un hombre sencillo y descomplicado que sintoniza y se conecta con cualquier persona de estrato social, es decir, desde el estrato cero hasta el seis, recurriendo a veces a alguna broma de buen gusto.
Destaco de él su gran sensibilidad y su capacidad de conmoverse por las afugias de los demás, y sobre todo de los más pobres, por lo que tiene fama de 'llorón'. Y en lo personal es muy generoso.
A propósito, Cali es una ciudad que se caracteriza, como otras, por su inequidad.
¿Cómo pudo la administración Armitage superar este tema tan sensible para muchos?
El alcalde Armitage fue siempre una persona muy preocupada por lo social, pues siempre tiene en el radar el tema de la equidad y de construir una sociedad más equitativa. Por eso se le ha escuchado decir que ojalá los niños del Distrito de Aguablanca pudieran recibir la misma educación de calidad que reciben sus nietos. Eso es equidad. Y por eso también le dio representación a sectores que han estado excluidos del Gobierno Municipal como las comunidades afrocolombianas y a las mujeres con cargos de dirección en su gabinete. Por esto, fue una administración cercana a la gente. Esa fue su impronta, tanto, que hizo historia al adelantar más de 200 recorridos y visitas a las comunidades de sectores populares. Ello lo reforzó al abrirle las puertas de su despacho desde las 4 de la mañana a los caleños para atender sus inquietudes. Eso no es muy común, ya que muchas veces los administradores se refugian en sus oficinas y torres de marfil, alejándose así de las comunidades.
Muchas veces los alcaldes terminan en líos judiciales por manejos irregulares en sus administraciones. ¿Cómo se orientó el tema ético?
Maurice Armitage suele insistir en que “moral” no es una mata de mora, sino los principios y predicamentos éticos que deben inspirar la práctica de gobernar y alejarla de la tendencia a ver el ejercicio de lo público como negocio o saqueo. Él gobernó en el entendimiento de que los recursos públicos que le fueron entregados en consignación por los ciudadanos son sagrados para administrarlos lo mejor posible para beneficio de todos. De allí que se creó una Secretaría de Contratación, responsable de vigilar que los contratos se ajustaran a derecho y de vigilar que no favorecieran a unos proponentes sobre otros. Pero, además, creó una oficina responsable de la transparencia que asegure que todos los actos administrativos sean claros y de conocimiento público.
¿Y en lo político de qué manera define su desempeño?
Tuvo independencia de la clase política, dándole su lugar, pero sin claudicar ante sus presiones y exigencias. No adjudicó secretarías a los políticos como suele ocurrir con tanta frecuencia e impidió que éstas se volvieran parcelas o feudos electorales. Su relación con el Concejo Municipal fue respetuosa. La administración se enfocó en lo social, ampliando las oportunidades a los más necesitados para mejorar sus ingresos y su acceso a bienes y servicios como fundamentos para disminuir la exclusión social y la pobreza, sin prometer lo que no se puede cumplir.
¿Cuáles fueron esos logros?
Destaco el programa 'Mi comunidad es Escuela', el cual fue el más relevante. En su ejecución el Alcalde invirtió el 60% del presupuesto en educación, al verla no solamente como un derecho, sino además como una condición para salir de la pobreza y para avanzar en el desarrollo de la ciudad. No fue solamente para ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la educación. Es un modelo en el que se plantea que para elevar el desempeño académico de los estudiantes y lograr una educación de mejor calidad hay que reducir la deserción escolar. Y como gran refuerzo del programa se construyeron 18 nuevos colegios y fueron reparadas 150 sedes educativas.
De igual manera, se impulsaron los comedores comunitarios, ya que de 47 que recibió se pasó a 476 que cada día alimentan a 60.000 personas atendidas por 1300 voluntarios.
Otro punto positivo fue la atención a los jóvenes en riesgo que viven en las zonas más precarias. Para ello creó el programa 'Gestores de Paz' donde ofreció 1500 jóvenes becas-trabajo, se adecuaron 588 escenarios deportivos, 17 de ellos de alto rendimiento y en lo ambiental se hicieron 225 intervenciones para mejorar los parques.
Pero hay problemas, que aún le tallan a los caleños...
Sí. Entre ellos están la seguridad y la movilidad. La inseguridad, por no tener una causa única y por tener determinantes sociales, no podía abordarse simplemente como un problema de Policía. De allí el esfuerzo para hacer inversión social en convivencia, educación, cultura y deporte, entre otros. Pero además no se descuidó la inversión para fortalecer la capacidad de la Policía. En esa perspectiva dotó a la fuerza pública con 450 motos, 150 vehículos, un helicóptero y 1.500 cámaras. Estas acciones combinadas permitieron lograr las menores tasas de homicidios en los últimos 25 años.
En obras de infraestructura, ¿cuál es el balance, además de que quedaron algunas pendientes?
Se ejecutaron obras por cerca de $300.000 millones, entre ellas, el tercer carril de la vía Cali-Jamundí, las prolongaciones de la vía a Pance, la Ciudad de Cali y la Circunvalación, la rehabilitación de la vía a Cascajal y la construcción de los puentes de la 100 con 25 y sobre el río Lili. Se repararon, con “bachetón”, un millón de metros cuadrados. Se logró la estabilización financiera del MIO, la construcción de talleres y terminales y la incorporación de nueva flota no contaminante con buses eléctricos y a gas natural. Se habilitaron 114 kilómetros de ciclo rutas y se estimuló el uso de la bicicleta como medio de transporte. Varias de esas obras quedarán para terminar en la próxima administración, aunque hoy su avance es muy significativo.
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