Desde el pasado fin de semana se encuentra en la sede del Instituto de Medicina Legal de Tuluá el cadáver de un ciudadano venezolano a la espera de ser reclamado por sus familiares.

El extranjero, identificado como Ramiro Antonio León León, de 52 años, natural de Mérida, Venezuela, murió de un infarto en el Hospital San Bernabé de Bugalagrande hasta donde fue trasladado en una ambulancia tras empezar a convulsionar dentro de un bus de Expreso Bolivariano cuando hacía tránsito por ese municipio.

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Media hora después de las maniobras de reanimación que realizaron los médicos de ese centro asistencial, el hombre de nacionalidad venezolana falleció.

De inmediato, funcionarios de la Fiscalía se trasladaron hasta esa casa de salud para realizar la inspección técnica del cadáver y trasladarlo hasta la Morgue de Tuluá en donde aún no se han hecho presentes sus allegados para reclamarlo y darle sepultura.

Del venezolano Ramiro Antonio León se sabe que se dirigía hacia el Ecuador en busca de mejores oportunidades laborales.