Un fuerte golpe propinó la Fiscalía General de la Nación a una red que se dedicaba a comprar medicamentos vencidos, descompuestos o de uso institucional, cuya venta está prohibida los cuales alteraban en su presentación y comercializaban a través de dos empresas dedicadas a la distribución de productos farmacéuticos y cosméticos.

De acuerdo al reporte oficial, el Cuerpo Técnico de Investigación Criminal y Judicial, CTI y la Policía Nacional capturaron a cinco de los señalados integrantes de esta organización en Barrancabermeja y Bucaramanga (Santander), y Villavicencio (Meta), los hermanos Belisario y Abelardo Adarme Jaimes, Édgar Mauricio Pico Cavarique, Geny Marcela Acuña Alarcón y Javier Alberto Mantilla Torres.

De la misma forma se indicó que en los procedimientos fueron incautadas 598.429 unidades de medicamentos y 125 cajas de tapabocas. Por los hechos en mención se les imputó los delitos de concierto para delinquir; corrupción de alimentos, productos médicos y material profiláctico; y enajenación ilegal de medicamentos, cargos que fueron aceptados.

Para la Fiscalía, Belisario Adarme Jaimes sería el cabecilla de la estructura delincuencial, el cual además tendría a su cargo la coordinación de la obtención de los medicamentos, algunos en territorio venezolano o en instituciones prestadoras de salud, y de las modificaciones para ponerlos a la venta en droguería y dispensarios de entidades de salud. Su hermano estaría implicado en la comercialización de los productos en Villavicencio y otras ciudades.

Los uniformados de la Policía lograron que los medicamentos para el tratamiento de enfermedades de alto costo llegaran a Popayán luego de ser hurtados cuando eran movilizados por la vía Panamericana. | Foto: Policía Nacional

De acuerdo con las evidencias recaudadas, Geny Marcela Acuña Alarcón, presuntamente se encargaba del proceso de borrado de sellos, registros y fechas de vencimiento, y de alterar la apariencia de los medicamentos de manera rústica, con químicos y sin las mínimas condiciones de salubridad para darle una apariencia de autenticidad.

Esta modalidad de comprar medicamentos vencidos para alterarlos y venderlos nuevamente a los ciudadanos no es nueva, y ya son varios golpes que han dado las autoridades para acabar con esa comercialización ilegal y peligrosa para la salud.