En la tarde del viernes 15 de septiembre, se conoció que el Gobierno de los Estados Unidos certificó nuevamente a Colombia por su desempeño en la lucha contra las drogas.
Esta decisión, por parte de Estados Unidos, se da luego de analizar lo hecho por Colombia en el año fiscal que va de agosto de 2022 a agosto de 2023. Sin embargo, desde Washington, solicitaron más compromiso para controlar los cultivos ilícitos que van en aumento en el país, especialmente en departamentos como Cauca y Putumayo.
“Colombia ha sido históricamente un fuerte aliado en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, los cultivos ilícitos de coca y la producción de la cocaína se mantienen en niveles históricamente altos; por eso, le pido al Gobierno de Colombia priorizar los esfuerzos para expandir su presencia en las regiones de producción de coca y alcanzar progresos sostenibles contra las organizaciones criminales”, escribió el presidente Joe Biden en un comunicado titulado ‘Presidential Determination N.º 2023-12′, difundido por la Casa Blanca.
Por otra parte, el país norteamericano también dio respuesta sobre la situación de países latinoamericanos como Bolivia, Birmania y Venezuela, lo cuales, según Washington, no cumplieron con los deberes estipulados en los acuerdos internacionales antinarcóticos.
“En Bolivia, aliento a la adopción de medidas adicionales por parte del Gobierno para salvaguardar los mercados lícitos de coca del país, de explotación criminal, reducir el cultivo ilícito de cocaína, que continúa excediendo los límites legales establecidos en las leyes internas para uso médico y tradicional, y continuar ampliando la cooperación con socios internacionales para desbaratar las redes criminales transnacionales”, destacó la presidencia estadounidense, a través del comunicado.
Esta semana, con exactitud el lunes 11 de septiembre, el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), informó que en año 2022 aumentaron en un 13 % las tierras utilizadas para cultivar, pasando de 204,000 hectáreas en 2021 a 230,000 el año pasado.
El documento también señaló que el clorhidrato de cocaína siguió aumentando durante el 2022, demostrando que la productividad de esta alcanzó las 1,738 toneladas, tendencia que empezó a crecer desde el 2013. En ese mismo periodo, el incremento de los cultivos ilícitos se presentó en el departamento de Putumayo.
Sin embargo, el ministro de Justicia, Néstor Iván Osuna, manifestó que no se encuentra de acuerdo con las mediciones presentadas por el Simci. En su discurso dijo: “La idea de que estamos inundados de coca no es cierta”. Y ratificó la necesidad de crear otros sistemas de medición para conocer los índices de consumo de drogas en Colombia.
Política antidrogas
Con todo, la presentación de la nueva política antidrogas dejó varias dudas después de la visita del presidente de la República, Gustavo Petro, a la Conferencia Latinoamericana y del Caribe, que se llevó a cabo en Cali.
El ministro de Justicia, Néstor Osuna, le explico al periódico El País que las estrategias van desde permitir la siembra de hoja de coca con fines no narcóticos, es decir, para producción alimentaria, textil o medicinal. Pasa, así mismo, por la tradicional sustitución de cultivos, aunque ahora con la condición de que se creen asociaciones comunitarias para que sea efectiva, o que los cocaleros dejen sus parcelas y se les entreguen tierras de la reforma agraria, en zonas menos violentas, con la condición de que arranquen hasta la última mata ilegal. Por último, está el pago por servicios ambientales para que siembren bosques donde antes había coca, y los cuiden.