Un avión militar estadounidense de la marca Bell-Boeing V-22 Osprey, se estrelló en la madrugada de este miércoles frente a la costa de Yakushima, en el sur del Japón, dejando como saldo parcial un soldado muerto y tres heridos. Las primeras hipótesis, basadas en información entregada por testigos, apuntan a que la aeronave se incendió en pleno vuelo y explotó en el aire antes de caer al mar.

De acuerdo con información de los guardacostas japoneses, en la aeronave siniestrada se transportaban ocho personas. El resto de los pasajeros habrían sido rescatados por los tripulantes de algunas embarcaciones que tomaron parte del dispositivo de búsqueda.

En las primeras informaciones conocidos esta mañana, el Ministerio de Defensa de Japón “ha dado la orden de dedicar todos los esfuerzos posibles al rescate de las víctimas junto con la Guardia Costera”, subrayó en rueda de prensa el viceministro japonés, Hiroyuki Miyazawa.

La aeronave, que combina las funciones de un helicóptero y de un avión turbohélice y puede despegar y aterrizar verticalmente, había partido de la base aeronaval estadounidense de Iwakuni, cerca de Hiroshima (oeste de Japón), rumbo a la base militar de Okiwana, en el extremo suroccidental del archipiélago.

El Bell-Boeing V-22 Osprey, fabricado conjuntamente por el constructor de aviones estadounidense Boeing y el especialista en helicópteros Bell, ha dado lugar a polémicas debido a numerosos accidentes mortales desde su puesta en servicio en 1989.

A finales de agosto, tres marines estadounidenses murieron en un accidente de Osprey en el norte de Australia.

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