Quién iba a imaginarse hace unos años que Donald Trump elegiría a Marco Rubio como jefe de la diplomacia, pero los antiguos rivales han enterrado el hacha de guerra y ahora el senador de origen cubano será su rostro ante el mundo.
Rubio, senador por Florida de 53 años, hará historia convirtiéndose en el primer latino en el cargo, un gran éxito para el político que sueña desde hace años con la Casa Blanca.
Sin embargo, su carrera política ha sido guiada por su esposa Jeanette Dousdebes Rubio, una mujer de padres colombianos que emigraron a Estados Unidos, y que ha alcanzado notoriedad en el campo político estadounidense.
Durante su juventud, se conocieron en la escuela secundaria, pero fue después de un reencuentro cuando ella era porrista de los Miami Dolphins que comenzaron a salir.
Con una postura conservadora, Jeanette comparte los valores familiares y religiosos de Rubio, valores que han sido centrales en sus posturas políticas, particularmente en temas relacionados con la educación y los derechos familiares.
Jeanette es la fundadora y presidenta de JDR Consulting, Inc., una consultora que colabora con la Fundación Benéfica de la Familia Braman, enfocándose en la evaluación de solicitudes de subvenciones para organizaciones benéficas del sur de Florida.
Este rol le ha permitido trabajar con varias organizaciones locales para asistir a las víctimas de la trata de personas, especialmente menores de edad.
Jeanette también ha sido parte de las juntas directivas de organizaciones sin fines de lucro, como la Red Agape, que ofrece servicios de salud integral a comunidades desfavorecidas. Además, en 2020, asumió un rol en el Consejo Estatal de Lucha contra la Trata de Personas, donde contribuye a políticas y estrategias para combatir esta problemática en Florida.
Con el nuevo cargo de su esposo, Jeanette espera seguir impulsando todas las campañas en contra de la trata de personas en Estados Unidos.
Con información de AFP / Redacción El País