Israel afirmó que frustró este domingo un ataque a gran escala de Hezbolá con bombardeos en Líbano, los cuales lanzaron 320 misiles, contra posiciones israelíes en represalia por el asesinato de uno de sus líderes.
El ejército israelí no reportó víctimas en el ataque del grupo libanés y apenas señaló “daños menores. Pese a ello, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, declaró el estado de emergencia durante 48 horas, antes de levantar la mayoría de las restricciones.
La comunidad internacional lleva semanas expresando su temor a una escalada militar regional entre Irán y sus aliados, por un lado, e Israel, por otro, a raíz de la guerra de Gaza, donde tras diez meses sigue sin lograrse un alto el fuego pese a las negociaciones.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió que Israel no había dicho su “última palabra” con los bombardeos de la víspera.
La Fuerza Aérea israelí, tras recibir informaciones sobre el ataque de Hezbolá, lanzó “una operación compleja, en la cual un centenar de aviones golpearon miles de lanzacohetes dirigidos hacia el norte de Israel en 40 zonas de tiro del sur del Líbano”, declaró un portavoz militar, el teniente coronel Nadav Shoshani.
Las autoridades libanesas informaron de tres muertos en los bombardeos israelíes.
Hezbolá, armado y financiado por Irán, había amenazado con represalias tras la muerte el 30 de julio de uno de sus jefes militares, Fuad Shukr, en un ataque israelí en la periferia sur de Beirut.
Junto con Irán y el movimiento islamista palestino Hamás, amenazó también con responder al asesinato del exdirigente de Hamás Ismail Haniyeh en Teherán el 31 de julio, atribuido a Israel aunque este no lo reconoció.
Hamás, que libra una guerra contra Israel en Gaza desde hace más de diez meses, celebró la “fuerte” respuesta de Hezbolá y consideró que era una “bofetada” al gobierno israelí.
*Con información de AFP.