En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, las estrategias de gestión que han llevado al éxito a numerosas empresas, ofrecen un modelo valioso para transformar la gestión del sector público. Estas prácticas, que incluyen eficiencia operativa, transparencia, gestión del talento y uso de datos, no solo son aplicables, sino esenciales para un sector público más eficiente, transparente y orientado a resultados.
Tomemos el ejemplo de Singapur, donde la implementación de la inteligencia artificial en la gestión de servicios públicos ha resultado en una notable mejora en eficiencia y satisfacción ciudadana, convirtiéndolo en el primero en gobierno digital en pequeños países, según la encuesta UN E-Government Survey 2022. Según Delloite, las empresas que adoptan tecnologías digitales son más resilientes a los cambios y a la incertidumbre de un mundo cambiante. Esta misma lógica aplicada en el sector público puede conducir a una mayor eficiencia en los servicios a los ciudadanos con coyunturas variables.
Las empresas certifican sus procesos para demostrar características intangibles de su negocio como calidad del funcionamiento, sus buenas prácticas y procesos. Es una forma de señalizar su seriedad y compromiso, generando confianza en sus usuarios, inversionistas y pares. La transparencia no solo es una expectativa ciudadana, sino también una herramienta contra la corrupción. Estonia, con su implementación de tecnología blockchain en procesos gubernamentales, es un ejemplo líder en este aspecto. Una mayor transparencia, además de combatir la corrupción, también fortalece la confianza pública en las instituciones.
La gestión del talento, vital en empresas como Google, es otro aspecto que el sector público puede mejorar. Google ha sido reconocido por su enfoque en el desarrollo, capacitación, reconocimiento salarial y enfocarse en la satisfacción de los empleados. Este modelo podría aumentar la motivación y eficiencia del personal en el sector público, atrayendo mejor personal para enfrentar los desafíos en agilidad, adaptabilidad, eficiencia y ejecución.
Lufthansa adoptó el análisis de datos en la toma de decisiones, mejorando eficiencias de su tiempo para tomar decisiones estratégicas de negocio en un 30 %. Experiencias como estas pueden proporcionar al sector público herramientas para una asignación de recursos más eficiente y una mejor prestación de servicios. El uso estratégico de grandes datos y analítica avanzada puede ser un cambio de juego en la toma de decisiones gubernamentales.
Finalmente, la innovación constante, un pilar de empresas como Apple, es esencial en el sector público para adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad. La creatividad y adaptabilidad deben ser inculcadas en la cultura del sector público para mejorar constantemente los servicios ofrecidos a sus ciudadanos. Deben poder medirse los resultados de las políticas públicas implementadas y gestionarse, a partir de ahí, los cambios estructurales que respondan realmente a las necesidades ciudadanas.
Los líderes y responsables de la toma de decisiones en el sector público deben trabajar de la mano con las empresas, no solo para promover la participación y desarrollar alianzas estratégicas, sino también para inspirar la transformación y modernización de sus operaciones y servicios. Al hacerlo, pueden mejorar significativamente la eficiencia, transparencia y la satisfacción del ciudadano, logrando un sector público que no solo responde a las necesidades actuales sino que también está preparado para los desafíos futuros. El momento de actuar es ahora; no digamos más “un día” sino “día uno”: adoptemos estas prácticas para un sector público más dinámico, vigente y efectivo.