Lo hizo en una visita electoral, antier, en Bogotá, en el barrio Kennedy, donde viven casi tres millones de personas, y tuvo miles de votos para presidente. Ante mucho público y muchos funcionarios, Petro expresó su rabia por las trampas que le hicieron jefes del petrismo y del partido Verde.
Se reventó el Partido Verde, el que prometía una política limpia, una política sin robarse los impuestos, por un Valle del Cauca con aire limpio. Por eso votaron el ecologista Miky Calero, Lulita Arango, las 37 primas Barberena, Alejandro Eder, Juanita Cataño, Elsy Calderón, ‘Mapi’ Velasco, María Elena Doering, Marés González, María Clara Naranjo, María Elisa Sardi y Ángela Cervino, todas buscando un “Cali verde-verde y limpio”. Ese Partido Verde resultó ‘derrochón y buchi-pluma’, y con las malas mañas que antes criticaban.
Antier Petro estuvo en el bogotano Barrio Kennedy, en campaña electoral no, fue a una sesión de yoga. Allí habló recio: “Los bandidos al carajo, los meteremos a la cárcel”. ¿Quiénes recomendaron a Petro esos golosos del billete? ¿Quiénes llevaron al palacio presidencial al dúo Olmedo - Sneyder? Lo ignoramos. ¿Quiénes difamaron a Sergio Fajardo, a ‘Fico’ Gutiérrez y a Alejandro Gaviria que enfrentaban a Petro? Están calladitos. Ojalá este mayo sea más amable, llegó el agua y brilla el sol.
La política exige derrotados para que haya vencedores, y hoy el senador y presidente del Congreso, el doctor Name, tiene un problemón: que muchos de sus colegas verdes están pidiendo que lo expulsen de la Alianza Verde, la que le dio grandes honores, a la que él ayudó tanto, pero deben de tener una prueba contundente de que hubo un maletín con 3000 millones de pesos que le entregaron a él, una dama de Palacio, en su oficina del Congreso.
Qué jartera ser el senador con 60 años y verse envuelto en baratura como recibir una propina de $3000 millones que no venía del Opus Dei, venía de laberintos oscuros y por eso era tan secreta. De mi parte, doctor Name, deseo que usted salga ileso de este mal momento político. Pero todo indica que sus partidarios verdes y amantes de la naturaleza y del verde tienen indicios que lo acusan. Mal momento pasa la clase política y no hablemos del Partido Liberal y de la gobernadora Dilian Francisca Toro, porque han gozado de los presupuestos oficiales para hacer campañas políticas comodísimas y millonarias. El pobre Partido Liberal poco tiene que decir ahora, porque está más soltado que muchos concejales costeños, y colorín colorado.