En el mundo entero, gente del común y expertos en la vida política internacional nos preguntamos, ¿y qué pasó con la ONU, con la organización que se creó después de las terribles guerras mundiales con un propósito principalísimo: evitar que la guerra se repitiera como había ocurrido en dos ocasiones durante la primera mitad del Siglo XX? ¿Cómo ha sido posible que una situación bien conocida y de carácter explosivo hubiera dado lugar a esta brutal confrontación militar, de carácter hobbesiano, la lucha feroz del más poderoso contra el débil, la ley de la selva, sin que el organismo creado para evitar la guerra haya mostrado que hizo lo posible y lo imposible por evitar tamaño desastre?
Pues, por coincidencia, contamos con un testimonio íntimo de un protagonista de lo que fue el desastre en la antigua Yugoeslavia cuando terminó la Guerra Fría (1989-1991). El entonces Embajador de Venezuela en la ONU, en Nueva York, Diego Arria, acaba de publicar su versión de lo que ocurrió, cuando el Mariscal Tito ya no pudo mantener la unidad de varias naciones y allí se desató una conflagración que Diego Arria vivió como enviado del Consejo de Seguridad de la ONU y como miembro que fue de ese poderoso (y en ocasiones impotente) organismo, el principal responsable de asegurar la paz.
El testimonio de Arria parece que hubiera sido escrito para describir lo que ha venido ocurriendo en esta bárbara confrontación entre Rusia y Ucrania. El propio título de libro nos da la idea de que este es su tema: ‘Guerra y terrorismo en el corazón de Europa’. Habiendo sido testigo privilegiado del desastre humanitario que vivieron cuando Croacia, Bosnia y Kosovo por cuenta de los ‘desmanes’ (así los califica) cometidos por las autoridades civiles y militares de Serbia.
Arria hace una descripción única en lo que se refiere a los textos escritos sobre el Consejo de Seguridad y la Secretaría General, que deja al lector sin respiración. No ahorra adjetivos para descalificar la displicencia, la indiferencia de las grandes potencias y sus cómplices, en el tratamiento de esta crítica situación, la de Yugoeslavia, también el corazón de Europa. No veo cómo se puede dictar una conferencia o un curso sobre las Naciones Unidas, o sobre el Consejo de Seguridad sin aprovechar esta descripción escueta de la forma como trabajan estas instituciones.
Como dice una de las presentaciones del libro, la del distinguido historiador Neil Fergusson, este libro "cobra apremiante actualidad al comprobarse el total fracaso del Organismo a la hora de enfrentar destinos tan críticos como la invasión rusa a Ucrania; entre otras razones porque absurdamente quien presidió el debate en el seno del Consejo sobre una resolución que condenara semejante atrocidad fue el representante ruso. Nada ilustra mejor el argumento de Arria sobre la insuficiencia de la ONU, que necesita, desesperadamente y a toda prisa, una reforma estructural profunda".
Es lo que doscientos exfuncionarios de la ONU han implorado (con esa expresión) al secretario general, Guterres, al exhortarlo a que cumpla con sus deberes para que la ONU no sea irrelevante.
Arria escribe con pasión, serenidad y dolor de ciudadano global un texto que hoy nos ayuda a entender la precariedad del orden internacional que es necesario reconstruir para preservar la paz. Lectura obligatoria.