A tres meses del inicio de la Cumbre Mundial de la Biodiversidad, COP 16, que tendrá como sede Cali, hay que redoblar todos los esfuerzos institucionales para garantizar que la misma se realice con éxito y ahuyentar las incertidumbres que puedan ceñirse sobre ella. Sobre todo después de esta semana, cuando se conoció un mensaje de las disidencias diciendo que “la COP 16 fracasará, aunque se militarice con gringos la ciudad”, seguido un listado de cuestionamientos al presidente, Gustavo Petro, sobre sus compromisos con el medio ambiente.
No es un mensaje para subestimar, aunque aparece en una cuenta de la cual se investiga su autenticidad, este se da en medio de las tensiones surgidas entre el Estado Mayor Central de las disidencias y el Gobierno, por los constantes ataques en el Cauca y el Pacífico. En respuesta, y para disipar las dudas en torno a la seguridad de la cumbre, se ha desplegado toda una reacción de las autoridades, que cerró con una reunión de la cúpula militar, el viernes, en Cali. En ese encuentro se verificó el operativo para la COP, que contempla 1100 miembros del Ejército que estarán desplegados en diferentes lugares de la capital vallecaucana, así como 500 hombres de la Fuerza Aérea, en el aeropuerto, las vías hacia los municipios, el centro de convenciones, y los Farallones de Cali, formando así un anillo de vigilancia.
Eso sumado al refuerzo de 4000 policías, que entrarán a operar con los 6700 con que cuenta la ciudad, de los cuales ya llegaron cien para vigilar los Farallones y esta semana arribarían otros 200. También se activó en el centro cibernético de la Policía Nacional un monitoreo permanente de plataformas digitales y redes sociales, que verifiquen cualquier amenaza. El comité organizador de la cumbre, por su parte, emitió un comunicado en el que recuerda que, además de la estrecha colaboración con las autoridades locales y nacionales, se trabaja con la oficina de seguridad de las Naciones Unidas.
A su vez, el alcalde Alejandro Eder, dijo en su visita a Nueva York que se consolidó una relación de trabajo y cooperación técnica con la policía de la capital del mundo, para que acompañe la política de seguridad de Cali, con conocimiento y prácticas para prevenir el terrorismo, y para que brinde apoyo a la COP 16, en un plan conjunto con la Secretaría de Seguridad y la Policía Metropolitana.
A estas alturas del año, previo a la cumbre que será del 21 de octubre al 1 de noviembre, no deberíamos estar hablando solo de vigilancia, sino de la organización, de los países que han confirmado, de la organización y programación del evento, y de todos los detalles alrededor de la misma. Partiendo, claro está, de que haya una seguridad garantizada, tras unos meses muy duros en materia de orden público, que no se pueden ocultar.
Lo que debe prevalecer, por encima de las dificultades, es que este evento es una inmensa oportunidad no solo para Cali, sino para el país entero, teniendo en cuenta su dimensión, su trascendencia y que espera la llegada de 12.000 visitantes y la participación de 196 países. Según el Ministerio de Medio Ambiente, a la convocatoria para hacer parte de la zona verde y el pabellón Colombia de la Cumbre se postularon 1400 organizaciones; en la zona de exposición hay 740 postulaciones de expositores y aliados, mientras que la zona azul, se desarrollará en el Centro de Convenciones Valle del Pacífico, y estará a cargo del Convenio de Diversidad de las Naciones Unidas.
Es el momento de rodear la COP 16, por encima de posiciones políticas e interés particulares. Como ciudadanía, autoridades y organizaciones debemos unirnos, bajo un liderazgo que dé tranquilidad, pero también que muestre nuestra capacidad para asumir un reto que, sin duda, redundará en grandes beneficios. La COP es nuestra y llegó la hora definitiva de demostrar que sí podemos.
@pagope