El 13 de enero, los votantes de Taiwán eligieron a Lai Ching-te, del Partido Progresista Democrático, como líder del gobierno nacional. El principal tema de la campaña fue cómo lidiar con China pues, aunque este país nunca ha gobernado la isla de Taiwán, aún reclama ese territorio como propio. Lai aboga por una relación estable con Estados Unidos y China, y por una disminución en la campaña de coerción por parte de Pekín. China, por su parte, no ve con buenos ojos el ascenso de Lai al poder. Dos días después de la elección, la isla pacífica de Nauru anunció que rompía relaciones diplomáticas con Taiwán para establecerlas con Pekín y reconocer su visión de una sola China. La cancillería de esta isla afirmó que China llevaba tiempo presionando a Nauru con asistencia económica para que cambiara su posición diplomática. Con esto, Pekín continúa avanzando en su estrategia de aislar a Taiwán.
Adicionalmente, los altos mandos del gobierno chino criticaron a los Estados Unidos, Japón y a varios países europeos por enviar delegaciones a Taiwán. De igual forma, criticaron a la oficina del Secretario de Estado de los Estados Unidos y a las Filipinas por enviar mensajes de felicitaciones a Lai por ganar la elección. Ahora, lo más importante fue lo que afirmó la oficina del gobierno chino para Taiwán: “Independiente de los cambios en Taiwán, no cambia la realidad que solo hay una sola China y que Taiwán es parte de China; la posición del gobierno chino de mantener el principio de una sola China y oponerse ante la ‘independencia de Taiwán’, ‘dos China’ o ‘una China, un Taiwán’ no cambia”. Esta posición coincide con el discurso de Xi Jinping quien, el 26 de diciembre del 2023, afirmó que la reunificación de Taiwán con China es inevitable.
Es importante tener en cuenta que la reunificación de Taiwán por parte de China no solamente responde a intereses nacionalistas, sino también a temas económicos y de geopolítica. En primer lugar, la compañía más grande de microchips del mundo está en Taiwán. La Taiwán Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) tenía en octubre del 2023 el 56,4% del mercado global de semiconductores, dejando a la coreana Samsung en segundo lugar con el 11,7%.
Esto es fundamental para el futuro económico de China. Hoy en día, según Chris Miller en su libro Chip War, Pekín importa más semiconductores que petróleo para la manufactura de productos electrónicos de alto valor agregado que impulsan su economía. Esto es fundamental para el gobierno de Xi Jinping, si se tiene en cuenta su reciente desaceleración económica. Aunado a esto, las sanciones por parte de Estados Unidos a Pekín, que limita su acceso a los semiconductores de más alta tecnología, hace que obtener el control de TSMC sea ahora una prioridad de seguridad nacional para el gobierno del gigante asiático.
Es evidente que las sanciones buscan mantener la supremacía tecnológica de Estados Unidos sobre China, pues, aunque estos son producidos en Taiwán, los semiconductores son diseñados principalmente en Silicon Valley. No obstante, China sabe que el futuro económico del país, al igual que la legitimidad del Partido Comunista, recae en un crecimiento económico basado en productividad y alta tecnología, para lo cual los microchips más avanzados son imperativos.
Finalmente, la elección en Taiwán coincide con unas tensiones entre Pekín y Washington en temas de control marítimo y soberanía. Desde la posguerra, Estados Unidos ha mantenido el control marítimo de Asia Pacífico. Sin embargo, a partir de los noventa y en especial después del 2010, China ha buscado aumentar su presencia en esta región, mediante la expansión de su poder naval. Pekín también teme que Estados Unidos pueda hacer un bloqueo naval en un conflicto, por lo cual busca controlar ciertos lugares estratégicos, entre ellos Taiwán.
En conclusión, aunque la elección de Taiwán fue una decisión política tomada por los ciudadanos de Taipéi, sus efectos se sentirán en Asia Pacífico, Pekín y Washington. Esta isla será fundamental en la confrontación geopolítica entre Estados Unidos y China y el tiempo dirá si la llegada de Lai será un punto de inflexión o una continuación de las tensiones existentes.