Lviv, Lvov o Leópolis, representa más que a una ciudad, y es que es un lugar que enmarca el significado de una Europa del este clásica, con la herencia de Roma y de Grecia. Leópolis, que fuera el epicentro de la región de Galitzia, conocida como Galicia o Galicia de los Cárpatos, que se encontraba al este de la Pequeña Polonia, la Subcarpacia, Silesia y al norte y noroeste de Transilvania y la región rumana de Moldavia en el Siglo XIX. Esta región estuvo bajo el dominio austriaco, y fue administrada por la aristocracia polaca, con capital Lemberg, es decir, la misma Leópolis. Leópolis es una ciudad museo, parte de la actual Ucrania, parte de Europa y no de Asia, como Rusia pretende.

El plan de Vladímir Putin es arrastrar a Europa hacia un desconocido mundo ajeno al europeo. Rusia es considerada como Asia, y tal vez, eso ha sido una de las razones por las cuales siempre ha intentado convertir a los países vecinos en su satélite más asiático que europeo. Países de los cuales en un momento conquisto y gobernó o con los que siempre entró en disputa.

Finlandia, Estonia, Lituania, Suecia, Rumania, Hungría y Polonia, en principio, aunque también Alemania, Francia e Italia, entre otros, tienen absoluta desconfianza con Rusia, y no es algo nuevo, siempre lo fue así. Rusia está ubicado en un punto tanto geopolítico como geoestratégico, y en una suerte de ‘pivote geográfico’, pone en jaque al resto de naciones que ya no pertenecen a la extinta Unión Soviética, a los países escandinavos e incluso hasta a la península ibérica, en donde Europa comienza.

La ciudad de Leópolis representa una cultura no muy familiar con Rusia, aunque San Petersburgo es una copia de esa misma cultura, y Moscú también. En realidad, lo que es Rusia es el remanente de lo que quedo de Bizancio, que a la final preferían primero a los turcos que, a los romanos de occidente, sus propios hermanos.

Dentro del contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, fue bombardeada este 4 de septiembre, la ciudad de Leópolis, dejando así destruidas edificaciones de patrimonio de la humanidad, a lo que el primer ministro Donald Tusk no tardó en tuitear sobre la reconstrucción de esto, la cual Polonia estaría presta para llevar a cabo. Lamentablemente, los siete muertos, entre ellos tres niños, que dejan los ataques rusos sobre Lviv, no se podrán reponer. Muy cerca con la frontera polaca, Rusia amenaza cada día a Europa, de una forma hostil y descarada. Antes del reciente ataque a Lvov, Rusia bombardeo la también histórica Poltava, dejando más de 50 muertos a su paso. Ya va siendo hora de que la OTAN haga algo en concreto, antes de que sea demasiado tarde.

Putin está buscando tal parece una guerra frontal con la OTAN, en donde Polonia es un miembro activo, y tal vez el que más guerra le ha dado a Rusia, apoyando a Ucrania y a los ucranianos de todas formas, desde lo militar hasta recibiendo a mujeres y ancianos que huyen de la guerra, pues los hombres no pueden salir tan fácil de Ucrania, por lo menos no sin antes ir a la batalla.