Cali es una ciudad donde a diario ocurren ‘intentos de homicidio’. Suceden a cualquier hora del día. Se nos hizo tan normal, que no nos damos por enterados. Un grupo de estudiantes e investigadores se dará a la tarea de cuantificarlos y mapearlos con aparatos de última tecnología. Determinar no solo cuántos ‘intentos de homicidio’ ocurren a la semana, sino en qué zonas de Cali se registran con más frecuencia.
Se trata de pasarse los semáforos en rojo, que va mucho más allá de ser una simple infracción de tránsito. Aunque jurídicamente pasarse un semáforo en rojo por supuesto no se considera un intento de homicidio, sí puede convertirse en uno, si hay un atropello.
Tal vez entonces si tenemos esa idea en la cabeza -al pasarme en rojo puedo matar a alguien, o incluso puedo perder mi vida, o mi libertad- esperemos esos pocos segundos en los que el semáforo cambia a verde y continuemos.
Pero en Cali la anarquía en las calles sigue cobrando demasiadas vidas. En 2022, 327 ciudadanos murieron en siniestros viales (33 más que el año pasado) algunos por conductores que evadieron el semáforo en rojo (o en amarillo).
Esa es además la cuarta infracción de tránsito más recurrente en Cali. En 2021, 14337 personas fueron multadas por ese motivo; en 2022, 21583.
En lo que va del año los conductores de vehículos de carga liviana son los que más sancionan por pasarse el semáforo en rojo: 9959 comparendos. Le siguen las motos, con apenas 3023, tal vez porque, al pasarse en luz roja, tapan la placa.
Entre enero y julio de este 2023 ya son 141 personas fallecidas en la ciudad por la agresividad e imprudencia con la que se maneja en las calles. La mayoría de quienes pierden la vida son justo los que se pasan el semáforo en rojo con más frecuencia, según la percepción ciudadana: los motociclistas. Le siguen los peatones, las principales víctimas de los que se pasan en rojo.
De hecho, los peatones son atropellados en donde en teoría deberían estar más seguros: las ‘cebras’ de los semáforos. El peatón ve el semáforo en rojo, cruza la calle tranquilo y no se cerciora de que una moto o un carro no se va a detener y pierde la vida.
Ni siquiera los guardas de tránsito están seguros. Esta semana, en la 52 con quinta norte, un carro se pasó un semáforo en rojo y embisitó a un agente que transitaba por la zona.
Otro sitio en donde mueren los peatones son los cruces peatonales, que en Cali parecieran invisibles no solo porque casi ningún conductor se detiene en ellos, o por lo menos baja la velocidad, como si no existieran, sino porque están despintados: no se ven.
Lo mismo sucede con la señalización de los carriles de las calles y las avenidas. ¿Cuándo responden los funcionarios responsables de la demarcación vial en la ciudad? ¿Dónde están los impuestos que pagamos?
Hay cruces peatonales que no se respetan pese a que son decenas las personas que los necesitan para pasar una avenida principal. Sucede por ejemplo en el cruce de la Universidad del Valle, en la Pasoancho, para llegar al Centro Comercial Unicentro. Si el semáforo no funciona -que es muy común allí- los peatones deben tirarse a la avenida a toda velocidad porque ningún carro se detendrá, pese al cruce peatonal.
Y no es necesario irse a Europa, donde respetan los cruces peatonales y los conductores se detienen sagradamente, haya o no peatones para pasar. En ciudades como Armenia, a solo tres horas de Cali, también sucede, también se respetan los pasos peatonales. ¿Qué nos sucedió en Cali? ¿Hacia dónde se evaporó el civismo de antaño?