Con las campañas presidenciales en pleno auge, aunado a la profunda polarización existente en el país y la proliferación de las noticias falsas en las redes, es importante analizar cómo podríamos mitigar el daño que estas podrían causar.
En Doom, el libro más reciente de Niall Ferguson, el autor afirma que una pandemia está compuesta por un nuevo patógeno y las redes sociales que ataca. De igual forma, Ferguson indica que no se podrá entender la escala del contagio, si se estudia únicamente el virus, dado que el virus solo podrá infectar a la cantidad de personas que las redes sociales le permitan.
Las noticias falsas también se guían por este patrón, pues el impacto que estas pueden tener en el discurso e ideario nacional o internacional depende de las redes en las que busca infectar. Si la noticia no logra llamar la atención de las personas, su propagación será limitada y los daños serán menores. No obstante, si la noticia falsa llama la atención de nodos importantes en una red social, los cuales poseen un número sustancioso de seguidores, estos podrían causar lo que se conoce como un evento de súper contagio, haciendo que ésta se vuelva viral e infectando el discurso público y los ciudadanos. Por consiguiente, al igual que en pandemias, entre más interconexión exista a nivel global, existe un mayor potencial para el contagio de las noticias falsas.
Por esta razón todas las personas que componen a la red social, desde los nodos que pueden liderar los súper contagios, hasta aquellos que replican o envían a sus familiares el virus de noticias falsas, tenemos un papel importante. Debemos, antes de enviar una noticia, verificar su autenticidad, verificar su fuente, y asegurarnos que esta no contenga el virus de la desinformación.
Además, teniendo en cuenta el contexto de campaña electoral, es especialmente importante buscar no ahondar las profundas divisiones que existen en la sociedad. Los líderes, independiente de su lugar dentro del espectro político, deben entender que no pueden compartir noticias simplemente porque les llegó de grupos de WhatsApp, sin antes verificar la veracidad de su contenido. El electorado no solo debe exigirles a los líderes y medios de comunicación ser responsables con la capacidad de difusión e impacto en el discurso nacional, sino también deben ser cuidadosos con lo que comparten en sus propias redes sociales.
De igual forma, el accionar de los medios será fundamental, pues estos deben verificar que lo que publiquen y repliquen, sea verídico. Estos deben entender que es más importante que la noticia sea cierta, a tener un mayor número de likes y retweets con noticias falsas, verdades a medias o titulares sensacionalistas.
Debemos entender que todos somos responsables en esta coyuntura, que no podemos evadirnos de la responsabilidad argumentando que solo se estaba compartiendo una noticia que me llegó pues, si nos escudamos en ese tipo de excusas, nadie es responsable y el problema se ahonda.
Jonathan Swift afirmó que “La falsedad vuela, mientras la verdad se arrastra tras ella”, y es nuestra responsabilidad frenar la primera y estabilizar a la segunda.
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