Eleva tu corazón, saluda un nuevo día, y confía en que vivirás algo maravilloso.

Contempla cómo surge lo mejor de todas las cosas. Cree que el día será glorioso.

Depende de tu buena actitud y de vivirlo con un corazón lleno de amor, gratitud y confianza.

Has de ayudar a que sea así. Has de aferrarte a las maravillosas promesas de Dios y creer.

No es creer con tu mente, es confiar con todo tu ser, con alma y el corazón.

Visualiza a Dios, camina delante de ti, te prepara el camino, y lo aparentemente imposible se hace posible.

Solo lo mejor, lo absolutamente mejor, lo perfecto, es para los que realmente aman a Dios. Él te dice:

“Lo bueno y grato es para los que me ponen en primer lugar en todas las cosas”.

@gonzalogallog