Antes de encarnar, eliges en el plan del alma cuándo vas a retornar al cielo o el más allá.

La forma de morir, que es solo para el cuerpo, a veces la eliges acá, según tu forma de vivir.

El plan del alma no es de todo, y hay libre albedrío para realizar algunos cambios.

Desde que hace años ayudo a trascender, acostumbro decretar esto en mi conexión con Dios:

“Gracias porque llegó a ese viaje con amor y en paz, escuchando, viendo y con buena salud.

Llego con buena memoria y movilidad, controlando mis esfínteres y estando en mi casa.

Mi partida es consciente, amorosa, serena y alegre. Son las letras de ‘casa’. Gracias, hecho está”.

Si esto te interesa, decreta lo mismo muchas veces. Lo que bastante se decreta, se concreta.

@gonzalogallog