Columnistas
¿Un golpe de Estado viene?
Por lo aprendido allí hago un comentario: Maduro cae en enero y lo tumbarán sus amiguísimos militares asustados por una posible extradición de ellos a EE. UU.
Vivimos en un país exótico y poco repetido. Llevamos 100 días escuchando al presidente Petro denuncias sobre un ‘golpe de Estado’ que le están preparando. Lo ha denunciado en diferentes ciudades y por la televisión. Eso, aparte de asustar a inversionistas, tiene algo exótico y es que el altísimo jefe de la inteligencia ha dicho que él no tiene ninguna noticia al respecto.
“Ni qué golpes ni qué carajos, trabajen”, me decía antenoche el brillante Faustino Asprilla que, hace 27 años, jugando en Inglaterra, en una noche le clavó tres goles al Barcelona. Ahí entró a la élite histórica del futbol. De nuevo te aplaudimos, Faustino. Punto.
El domingo tuve un almuerzo largo con cuatro cultas mujeres venezolanas y dos periodistas de Caracas que vinieron a ver en Colombia, lo del “golpe de Estado” a Petro. Serio.
El grupo no habló pendejadas. Por lo aprendido allí hago un comentario: Maduro cae en enero y lo tumbarán sus amiguísimos militares asustados por una posible extradición de ellos a EE. UU.
No lo duden, pueden apostar euros, viene golpe de Estado en Venezuela contra Maduro. Y no lo está preparando la valiente María Corina y el presidente electo Edmundo Urrutia. Ese golpe llegará de su círculo íntimo, el círculo de confianza, el que con Maduro toma baños sauna en el Palacio presidencial, más whisky de Escocia.
Elemental que el círculo íntimo de Maduro tenga pánico a la extradición a EE. UU. Cito la frase estrella del almuerzo: “Oye chico, un golpe amiguero sería lo mejor, sería una lotería con gabelas para 150 altos militares, para 167 exministros y para los 187 multimillonarios que, durante años, hicieron fortunas con la bendición de Maduro & Cia”. ¿Y cómo es un golpe de Estado? Es sencillo, basta ponerlo preso cuando duerme y llevarlo en un avión militar a Cuba o Panamá. Ya sabemos que Nico Maduro es rumbero, excelente bailarín de merengue caribeño, vivirá en una fortaleza, a salvo de secuestros y de los que llevó a las cárceles. Punto.
El clima político está calientísimo, se están lanzando insultos que ni siquiera lanzó en su peor momento el senador, hoy embajador, Armando Benedetti. Cálmense, con insultos violentos empezó la guerra civil española. Aprendan de Margarita Rosa, la Niña Mencha, que se cruzó trinos con Vicky Dávila, directora de Semana, sin agredirse, lo hicieron en el terreno político sensato. Una frase incendiaria vía televisión, repetida por trinos, puede ser una chispa.
Bienvenida la ‘Champion’ futbolera para bajar los ánimos y colorín, colorao.