Un nacimiento ocurrido hace miles de años, aún nos convoca, conmueve, reúne e inspira. Tal es el poder de las historias universales, que resuenan con la esencia de lo humano más allá de nuestras diferencias.

Todo muere constantemente, muta, acaba, se cierra. Por eso resulta tan hermoso celebrar lo que nace, los comienzos, las nuevas oportunidades de hacerlo bien, lo fresco, lo puro, lo que no ha sido corrompido por el uso y el abuso, lo que abre nuevos caminos, lo que comienza frágil y pequeño pero echa raíces en la eternidad.

En todos los confines recordamos a una familia de Belén (no exenta de misterios y rarezas, como todas), que huye de un conflicto, que migra, que pasa trabajos en el camino, que sortea incluso un parto en condiciones de escasez.

Este año 14.500 niños cruzaron el tapón del Darién, pero también ancianos, jóvenes de futuro incierto, y adultos desesperados que se juegan el todo por el todo.

Tienen, como María y José, solo la ropa que llevan puesta y alguna pertenencia más. Huyen como siempre de las nefastas decisiones de hombres tan poderosos como injustos, al mejor estilo de Herodes.

En todos los rincones del mundo se estiman 6 millones de migrantes en iguales o peores condiciones. Así que el pesebre de Belén sigue siendo una instantánea muy actual.

Pero hay otros excluidos. Otros, muchos, que sin migrar encajan en esa poderosa invocación a la tribu que hizo Jesús: los cansados, los afligidos, los pobres, los que tienen hambre y sed de justicia.

Para todos los que nos leen, Feliz Navidad, del latín nativitas, que significa, justamente, “nacimiento”.

Que nazca y siga naciendo la mejor versión de nosotros, para que ayudemos a construir la mejor versión del mundo que heredamos.

Tomo prestado el título de Henry Marsh: “Ante todo no hagas daño”. Solo con eso ya sería mucho.

Pero hubo uno, nacido en Belén, que lo dijo primero y mejor, y en positivo: ama a tu prójimo como a ti mismo.

¡Qué reto! Seguir vivo es ya una nueva oportunidad para enmendar, para no repetir, y para hacerlo mejor cada vez.

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