La reducción en el número de crímenes y delitos cometidos en Cali durante los primeros cinco meses de este año, en comparación con el 2023, demuestran que hay un mayor compromiso del actual Gobierno local y de la Fuerza Pública en el propósito de mejorar la seguridad en la capital del Valle. Sin embargo, siguen siendo, estadísticas altas, que obligan a reforzar las estrategias para garantizar la tranquilidad de los caleños.
Entre enero y mayo de 2024 se presentaron 75 homicidios menos que en igual periodo del año anterior. Si bien es una disminución significativa del 17%, que refleja el trabajo articulado que adelantan las autoridades en el municipio, no deja de preocupar que 355 personas fueran asesinadas en estos primeros cinco meses, un costo muy grande en vidas humanas por cuenta de la violencia que impacta a la ciudad.
Se debe destacar, la reducción del hurto en sus diferentes modalidades. Por ejemplo, el robo a personas descendió un 14% mientras el que afecta al comercio cayó en un 41%; también bajaron los índices del raponeo de celulares en un 28% y el secuestro tuvo una disminución del 78% en la capital del Valle. Las acciones de la Policía Metropolitana han permitido además la captura de 2.376 presuntos delincuentes, la incautación de 519 armas de fuego y la neutralización de integrantes de grupos armados ilegales que han pretendido realizar ataques urbanos.
En esos buenos resultados ha contribuido, sin duda, el aumento en el presupuesto local dedicado a la seguridad, que pasó de $100 mil millones aprobados inicialmente para este año a $130 mil millones gracias a las gestiones que adelanta la Administración Municipal. Son recursos que permiten tener más pie de fuerza en las calles, incrementar los puestos de control en los puntos más críticos de Cali y mejorar el sistema de cámaras de vigilancia que tiene un atraso tecnológico importante y acusa la falta de mantenimiento durante la pasada Alcaldía.
Todo apunta a que el Plan Cali Segura es la ruta correcta, si se tienen en cuenta los efectos positivos que empieza a mostrar. Esa la respuesta al clamor reiterado de los caleños para que su ciudad esté blindada de quienes pretenden imponer la violencia, cometer toda clase de delitos y atemorizar a la población.
La responsabilidad de las autoridades es devolverle a la capital del Valle su tranquilidad, restablecer el orden y perseguir sin pausa al crimen organizado o a la delincuencia común. Es un propósito en el que no se puede ahorrar ningún esfuerzo, pero que necesita de la colaboración decidida de los ciudadanos para que tenga el éxito que se espera.
Sin el apoyo de los caleños, que deben mantenerse vigilantes de lo que pasa a su alrededor, alertar a la Policía sobre sucesos que les parezcan extraños y denunciar los delitos de los que son testigos, será imposible alcanzar los resultados que se esperan en cuanto a reducción del crimen en Cali.
La seguridad es asunto de todos, que pasa por la respuesta ágil y contundente de las autoridades, por más inversión social que permita brindar oportunidades y alejar sobre todo a las generaciones más jóvenes de las garras de la delincuencia, y por la ayuda de todos aquellos que viven en la ciudad.