El 92% de los colombianos está convencido de que el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad influyen en su vida cotidiana y en su bienestar. Y un 44% se siente orgulloso de la biodiversidad del país, pero un 80% cree que la misma se encuentra en estado regular o crítico. Los anteriores son datos de la primera Encuesta Nacional de Bodiversidad y Clima, realizada por la organización WWF, cuyos resultados fueron presentados en la semana que termina.
Según ese estudio, un 91% de los ciudadanos de este país siente que puede hacer mucho, o al menos algo, para conservar la biodivesidad y detener el cambio climático. Y no nos faltan ideas: la mayoría (56%) se declara dispuesta a reducir el uso de plásticos. Muchos más (39%) dicen que quieren hacer uso eficiente de los recursos naturales. Y otros afirman que ya no van a desperdiciar alimentos (33%). Incluso, hay un 22% que dice querer utilizar transporte público o bicicleta para no contaminar y un 20% se apunta a la idea de dejar de consumir más de lo que necesita.
A juzgar por esas cifras, los colombianos tienen un alto grado de conciencia sobre la amenaza del cambio climático y saben qué hacer para ayudar a corregirlo. La pregunta, entonces, es: ¿si tenemos tanta claridad sobre el asunto, por qué en este país se siguen cometiendo a diario tantos atentados contra el medio ambiente?
Y la misma encuesta también arroja luces para llegar a una respuesta. Cuando a la gente le preguntaron cuál es el actor clave en este país para proteger la biodiversidad y luchar contra el cambio climático, un 90% levantó el dedo para señalar a dos entidades del Estado: el Ministerio de Ambiente y la Unidad de Parques Naturales.
Como si desde un escritorio en Bogotá, por arte de magia, se pudieran evitar los incendios forestales en los Farallones de Cali, o detener la tala de árboles en la Amazonía, o cuidar los páramos de las cordilleras. Solo un 24% de los encuestados tuvo claro que esa es una tarea de todos los ciudadanos de Colombia.
Pero ese es un reflejo de otro problema que también evidencia la encuesta: alrededor del 80% de los consultados cree que los medios de comunicación en Colombia informan muy mal sobre los problemas de la biodiversidad y el cambio climático. Un hallazgo contundente que debería motivar reflexiones profundas en las salas de redacción de este país sobre sus focos informativos.
En realidad, lo que la encuesta pone de presente es que el país tiene por delante un enorme reto en materia de educación, para que las buenas intenciones y la preocupación legítima de los ciudadanos se traduzca en acciones efectivas frente a la crisis ambiental. La pedagogía es la clave del cambio y solo mediante ella es posible transformar visiones y comportamientos que atentan contra el planeta. Ese es el gran legado que nos debería dejar la cumbre de la COP 16 (de la que solo un 22% de los colombianos ha oído hablar): un gran pacto nacional por la educación ambiental.