A tres semanas de terminar la prórroga del contrato con el consorcio Cali Iluminada, no hay claridad sobre quién asumirá el manejo del alumbrado público de la ciudad. Se espera una pronta definición de Emcali, responsable de elegir al nuevo operador y de darle transparencia al proceso en el que están en juego los $160.000 millones que en promedio se recaudan cada año y la prestación de un servicio básico para la capital del Valle.
Se debe recordar que hace 23 años, frente a la incapacidad que tenía entonces Empresas Municipales para realizar la labor, el Gobierno local decidió entregar la operación, el mantenimiento, la expansión y el recaudo del alumbrado caleño a un tercero. Se eligió así a la firma Megaproyectos, del reconocido empresario antioqueño William Vélez, que desde ese momento y hasta ahora, de manera directa o como socia mayoritaria de Cali Iluminada, ha manejado el negocio en la ciudad.
Luego de renegociar el contrato que en principio iría hasta el año 2027 y bajarlo al 2015; de hacer una nueva licitación que recayó en la práctica en la misma empresa, y de firmar varias prórrogas y otrosíes, el próximo 30 de septiembre será el punto final de ese negocio. O al menos así se ha manifestado desde la Administración Municipal y la Gerencia de Emcali.
La duda que surge es quién asumirá la responsabilidad del alumbrado público de la ciudad, si se hará una nueva licitación o si, como lo plantean las directivas de Empresas Municipales, será una de sus nuevas filiales, Emcaled SAS, la que estará a cargo de ese servicio a partir del 1 de octubre. De ser así, el asunto es aún más preocupante y se debe preguntar cuál es la necesidad de crear otra empresa que haría en esencia la misma labor que estaría en capacidad de adelantar Emcali.
Más grave aún son los rumores de que Emcaled SAS no estaría conformada en un 100 % por capital público, sino que esa participación sería solo del 33 %, mientras el restante 67% estaría en manos de un privado. Y surge otra vez el nombre del empresario William Vélez, o de Megaproyectos, como posible socio en la filial de Empresas Municipales.
La incertidumbre no puede tener cabida en el proceso que debe adelantar la capital del Valle para garantizar la prestación del servicio de alumbrado público de manera eficiente, con el mantenimiento debido, la expansión y modernización que se requiere, y a unas tarifas equilibradas, sin incrementos mayúsculos que afecten el bolsillo de los caleños.
En esa decisión deben primar los intereses de la ciudad y de los usuarios locales por encima de cualquier otra pretensión. Si Emcali no está en capacidad de asumir la responsabilidad del alumbrado en la capital del Valle de manera directa y de forma inmediata, debe encontrar la solución que más beneficie al Municipio, mucho más cuando se trata de un negocio que puede recaudar en los próximos 20 años entre cuatro y cinco billones de pesos, una tajada más que interesante, que puede despertar apetitos voraces.