La modernización del alumbrado público en Cali es una de las tareas que le quedan pendientes a la Administración local y a Emcali en este 2024. Renovar las luminarias tradicionales por equipos LED es una necesidad porque significa tener ahorros importantes en el costo de ese servicio, pero también mejorar la calidad de la iluminación en las calles de la capital del Valle, con los réditos que ello tiene para la seguridad y la tranquilidad de la ciudadanía.
Faltan doce días para que se termine el año y El País conoció que la meta de la Alcaldía y la empresa de servicios públicos de la ciudad, para reemplazar 50.000 lámparas antes del 31 de diciembre, no se cumplirá. Los trabajos apenas tienen un avance del 30%, lo que significa que los contratos suscritos deberán prorrogarse.
Según la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos de Cali, Uaesp, “se han instalado 14.881 luminarias LED, la cifra más alta en la historia de Cali en una misma vigencia. Esto reduce el consumo energético, mejora la iluminación y disminuye las emisiones de carbono”, comentó la Uaesp.
Si bien hay que resaltar el avance, y lo que ha significado para varios sectores que hoy ya se haya realizado la conversión a la tecnología LED o la instalación de luminarias en 14 canchas de la ciudad, 78 parques y 32 zonas verdes, además, de los corregimientos de La Buitrera, Los Andes y El Hormiguero, no deja de preocupar que por el retraso evidente se generen sobrecostos para la ciudad.
Si bien desde varios sectores se advirtió que el tiempo no alcanzaría para cumplir la programación estipulada en los contratos, la Administración caleña persistió en ello. Y preocupa aún más que, según datos de la Unidad de Acción Vallecaucana, UAV, y Mi Cali Contrata Bien, la meta del alumbrado público para el 2024 tenía un presupuesto de $ 215.000 millones, de los que se ha ejecutado el 81%, es decir que ya se gastaron $ 174.000 millones y aún falta el 70 % de las luminarias por cambiar.
Hay que insistir en la urgencia de completar la modernización del alumbrado público en la capital del Valle. Una buena iluminación en una vía principal o secundaria, en un parque, en los polideportivos, o debajo de un puente se traduce en seguridad y en menos oportunidades para que los delincuentes cometan hurtos o incluso asesinatos. Desde hace mucho tiempo se tiene claro que un lugar oscuro y mal iluminado es un aliado perfecto de la criminalidad y es sinónimo de abandono.
A los caleños se les debe explicar con claridad por qué no se cumplieron los contratos para la renovación de las 50.000 luminarias, si la meta fue ambiciosa en exceso, si falló la logística o si los contratistas son los responsables del retraso.
En todo caso, hay que garantizar que a los contribuyentes no les saldrá cara esa demora y que el Gobierno local se hará responsable del incumplimiento.