Este año tampoco fue el de ver la malla vial de Cali reparada. A una semana de concluir el 2022 las obras que debían estar listas el próximo 31 de diciembre apenas presentan un avance del 36,3%, razón por la cual los recursos asignados deberán transferirse al presupuesto de 2023. Es otra decepción para los caleños, que reclaman de tiempo atrás por mejores vías para desplazarse.
No es solo el retraso en unas obras prometidas desde el inicio del actual gobierno local, hace ya tres años. La contratación se ha visto salpicada por escándalos como el del convenio interadministrativo por $89.000 millones que se pretendió realizar con Emcali, la empresa de servicios públicos a la cual se le quiso cambiar su objeto social para justificar esa contratación directa.
Al no poder continuar con ese propósito por el rechazo que produjo en la ciudadanía y que ameritó la intervención de los entes de control, este año se abrió el proceso de licitación mediante el cual se le adjudicó al Consorcio Vial la reparación de 587 tramos correspondientes a 99 kilómetros de calzadas locales. El contrato se hizo por $86.000 millones y debía ejecutarse entre el 1 de julio y el 31 de diciembre, tiempos que ya se incumplieron, según el Secretario de Infraestructura, porque la larga temporada de lluvias que afecta a la ciudad impidió concluir las obras.
Como si lo sucedido no le hubiese dejado ya un sabor amargo a los caleños, hace un mes se conoció la adición presupuestal por $13.800 millones al mismo contrato para realizar la reparación de otros 66 tramos de vías, todos ejecutables dentro del plazo estipulado inicialmente. ¿La razón? Una licitación programada con ese fin para el mes de septiembre, fue suspendida por la Administración Municipal porque era claro que los tiempos para realizar el proyecto no alcanzaban. En un giro inesperado y difícil de comprender, los recursos terminaron entregándosele al Consorcio Vial, que como era previsible tampoco cumplirá con ese segundo encargo antes de fin de año.
La conclusión es que la reparación de los pocos kilómetros de la malla vial de Cali que estaban programados para el 2022, no se completará. Pero lo más grave es que cuando al fin se entreguen, no se habrá solucionado el deterioro que afecta a la mayoría de calles y avenidas de la capital del Valle. Así de claras son las cifras: apenas el 25% de esa malla, correspondiente a 646 kilómetros, está en buen estado; un 54%, es decir 1405 kilómetros está en condiciones regulares; otros 524 Km, el 20%, está en mal estado, y hay 16 kilómetros que ni siquiera están pavimentados.
Por ello es válida la decepción de los caleños, para quienes el deterioro de las vías locales es, junto con la inseguridad y el desempleo, uno de los problemas que más los afecta y preocupa. Esa es la razón por la cual, a la vez que se pide a la Procuraduría y a la Contraloría que revisen aquellas actuaciones de la Administración Municipal que generan inquietudes, se debe exigir que se cumpla con los tiempos y los presupuestos de las obras que son de mayor interés para la ciudad.