Casi un muerto diario dejan los accidentes de tránsito en Cali. Una cifra alarmante que debería generar la reflexión sobre lo que sucede en las calles de la ciudad, si se cumplen las normas más elementales de movilidad que buscan proteger a los ciudadanos y por qué fallan los controles de las autoridades, encargadas de que las leyes se respeten.
Las cifras más recientes entregadas por la Secretaría de Movilidad de la Capital del Valle dan cuenta de 130 víctimas mortales entre el 1 de enero y el 5 de junio de este año. Más preocupante aún es que las estadísticas del 2023 son más altas en un 7,5% si se comparan con las del mismo periodo en el 2022, cuando se registraron nueve muertos menos. Y empeoran más si se miran las de los primeros cinco meses del 2021, cuando los fallecidos sumaron 104, es decir 26 menos que ahora.
¿Qué está pasando en las calles de Cali y con quienes conducen vehículos en la ciudad? La respuesta es sencilla, dentro de su complejidad: pareciera que a los caleños se les olvidó que deben respetar las normas de tránsito si quieren proteger su vida y las de los demás.
El exceso de velocidad, pasarse los semáforos en rojo o invadir las zonas peatonales, son algunas de las infracciones más comunes que pueden terminar en tragedias. Son los motociclistas los que encabezan la lista de muertes en accidentes viales en la ciudad, con la mitad de los casos, además son ellos los que están involucrados en ocho de cada diez siniestros de tránsito.
La indisciplina no es de ahora, pero sí puede afirmarse que en los años recientes se ha exacerbado, entre otras razones por la laxitud de las autoridades locales para hacer cumplir la ley. La falta de controles es evidente, así como el mensaje tácito de que no importa cometer infracciones o violar las normas porque las sanciones no llegarán.
La prueba es que más de la mitad de los comparendos que se imponen no se pagan, el 57% de los vehículos que circulan en la ciudad lo hacen sin la revisión tecnicomecánica mientras el 47% no tiene Soat. Además de las fallas en el ejercicio de la autoridad vial, lo que se demuestra es la falta de educación de los conductores en Cali, primeros responsables de acatar lo que dictamina el Código Nacional de Tránsito.
Si la ciudad quiere reducir los índices de accidentalidad y de muertes en siniestros viales, debe comenzar por educar a los caleños. Y mejor si desde la más temprana edad se les enseña sobre las normas de tránsito y la importancia de acatarlas para proteger sus vidas y las de los demás cuando se conduce un vehículo. De paso hay que formarlos para que respeten a la autoridad, encargada de mantener el orden en las vías, condición esencial para hacer de la capital del Valle una ciudad con calles seguras para todos, para quienes manejan, para los pasajeros y para los peatones.