Desde hace varios meses los gremios en Colombia vienen advirtiendo del impacto que ha tenido la desaceleración económica en sectores de la producción como el comercio, la industria y la construcción, los cuales son vitales para el buen funcionamiento de la economía nacional.
En reiteradas ocasiones, los representantes de estos gremios, le han pedido al Gobierno diseñar con urgencia un plan de choque que permita impulsar estos sectores para evitar que sigan en caída, con la posibilidad de que se generen consensos alrededor de cuáles son las salidas.
Hasta ahora este pedido, de crear un plan de reactivación, no ha sido escuchado por el Gobierno, que de manera unilateral argumenta que algunas decisiones de sus ministros son suficientes para el impulso a la economía.
Esta semana se conocieron las cifras del sector de la vivienda, las cuales ratificaron que se tuvo el peor año en la última década, con una caída en ventas casi del 50% y la pérdida de $20 billones para la economía. En regiones como el Valle del Cauca la situación fue peor, con una reducción del 67%.
Esto implicará que este año se destruirán muchos empleos en el sector de la construcción, pues no se trata solo de la caída en ventas, sino de la reducción en el inicio de proyectos nuevos, si no hay lanzamientos, no hay empleo.
Estas cifras son una nueva alerta para el país y para el Gobierno Nacional que no puede dar la espalda a esta realidad y a ese reiterado pedido gremial de crear un plan de choque, de juntarse para pensar cuál puede ser la mejor estrategia y de que los ministerios estén alineados en un mismo propósito.
No puede el Gobierno solo sentarse a esperar que la economía mejore, por sí sola, pues es claro que la baja de la inflación será lenta, lo mismo que la disminución de las tasas de interés, y sus efectos solo podrían verse hasta el segundo semestre del año.
Es hora de que el presidente Petro escuche al sector productivo y propicie los espacios para hacer consensos que conlleven a ese plan de reactivación tan necesario en estos momentos. Si esto no se hace, se corre el riesgo de que la recuperación de la economía, proyectada para este 2024, sea demasiado lenta y no sea suficiente para crear las fuentes de empleo que requiere el país.
Así como se ha hecho con la toma de La Guajira, ahora la toma del Pacífico, en las cuales gran parte del Gobierno se ha concentrado en busca de soluciones para las comunidades, se puede hacer un gran encuentro por la economía, en el que los ministerios planteen sus propuestas y se junten con los sectores productivos para fijar la estrategia que se está esperando.
El Gobierno debe liderar este plan, reconocer que hay sectores pasando malos momentos y tomar las decisiones que más les convenga a los todos los colombianos.