Resolver los problemas comunes pero también proyectar su desarrollo conjunto son los objetivos de las áreas metropolitanas, conformadas por ciudades geográficamente cercanas, que además se complementan entre ellas. El próximo 24 de noviembre, cinco municipios del Valle y dos norte del Cauca decidirán en las urnas si se asocian o no para trabajar unidas en acciones que favorezcan a sus ciudadanos y garanticen su progreso a futuro.

Dentro de 19 días los habitantes de Cali, Palmira, Dagua, Candelaria y Jamundí, en el Valle, así como los de Puerto Tejada y Villa Rica, en el Cauca, definirán en un referendo si quieren que se cree el Área Metropolitana del Suroccidente de Colombia, AMSO. Por decisión de la anterior administración local, Yumbo no participará en el proceso.

La iniciativa aprobada por el Congreso de la República a finales de 2023, necesita ahora ser ratificada por la ciudadanía para que se haga realidad. Para ello se requiere que el 5% del censo electoral de cada ciudad acuda a las urnas en la fecha señalada y que el Sí gane por mayoría simple. Convocar a la población para que participe en este evento democrático es un desafío que deberá resolverse brindando la suficiente información y explicando con claridad las bondades que tiene unirse en torno a objetivos comunes.

La importancia del Área Metropolitana es evidente. En los últimos años la interdependencia económica, habitacional, de movilidad e incluso cultural entre estos municipios ha aumentado y con ello han surgido nuevos retos que deben enfrentar juntos. Por ejemplo, el 50% de la industria regional se centralizó en Palmira y Yumbo, la demanda de vivienda se ha desplazado desde Cali a las poblaciones vecinas, mientras la capital vallecaucana continúa como el epicentro de servicios esenciales como la educación o la salud.

Son 3,5 millones de habitantes los que conforman esta región de facto. La mayoría vive, trabaja, estudia, va al médico, hace sus compras y por consiguiente se desplaza a diario entre los ocho municipios, con todas las bondades, y también con las complicaciones que esta nueva realidad genera.

Se calcula que cada día se hacen 4,3 millones de viajes por carretera entre estas poblaciones, lo que significa un reto para las autoridades, que deben lidiar con los trancones que en horas pico se forman en vías como la de Cali y Jamundí o en la entrada a la capital vallecaucana desde Candelaria o Yumbo.

Para resolver situaciones como estas, así como para generar oportunidades que brinden bienestar social y económico a esos 3,5 millones de ciudadanos, se requiere del concurso de todos los gobiernos involucrados, lo que se facilitaría con la creación de la AMSO.

La resistencia histórica a ello, seguramente por el temor a que Cali absorba a las poblaciones cercanas o que las soluciones puntuales de cada municipio queden sin atención, se resuelve aplicando las disposiciones de la ley 1625, que es clara sobre los objetivos y las limitaciones de las áreas metropolitanas.

Las próximas tres semanas serán decisivas en la intención de conformar el Área Metropolitana del Suroccidente de Colombia. De la pedagogía que se haga con los ciudadanos dependerá que acudan a las urnas y se concrete la que es una oportunidad para resolver los problemas conjuntos y jalonar el progreso para sus municipios.