Hace menos de dos meses Binaifer Nowrojee, presidente de Open Society, asumió el cargo, convirtiéndose así en la cabeza de una de las organizaciones más poderosas de apoyo a causas filantrópicas. Esta sociedad, que tiene activos por más de 22 mil millones de dólares, apoya en los cinco continentes causas como la equidad de la mujer, la profundización de la democracia, el cambio climático, la lucha contra la desigualdad, y crea alianzas para construir una sociedad más abierta y segura para todos.
Nowrojee, durante su visita a Cali, una de las primeras visitas tras asumir el cargo, habló con líderes feministas, participó en el foro ‘Mujer negra y poder’, organizado por la Vicepresidente, Francia Márquez, en compañía de los duques de Sussex y tuvo reuniones con el alcalde de Cali, Alejandro Eder, y la gobernadora, Dilian Francisca Toro. En su paso por la ciudad habló con El País sobre lo que significa presidir Open Society y sus expectativas para Colombia.
¿Cómo la ha recibido cali?
Yo siempre estoy totalmente sorprendida, me impresiona el espíritu de los colombianos y me impresiona cómo se mueve el país adelante y progresa pese a las complejidades. La primera vez que vine fue luego del acuerdo de paz con las Farc. Yo pensé que era muy difícil que el país se moviera hacia adelante luego de eso, me he sorprendido. No estoy minimizando los problemas pero veo un deseo muy importante de salir de la violencia.
¿Por qué decidió visitar Cali?
Realmente estoy haciendo una gira mundial por los países en los que tenemos presencia. Estamos reuniéndonos con nuestros equipos y mirando las estratégias, queremos ver cómo seguimos avanzando con Colombia.
¿Cuál es el trabajo específico que está haciendo Open Society en Colombia?
Para nosotros una de las áreas principales de trabajo es el tema de apertura democrática, principios democráticos y democracia en general; por otro lado, también están los asuntos de seguridad pública, en los que hay algunos temas de respuestas opresivas que hay que trabajar; además tenemos otro equipo de trabajo enfocado en la política de drogas que busca moverse del enfoque punitivo hacia un enfoque de recuperación, queremos buscar soluciones de las adicciones a las drogas y al tráfico de las mismas.
También, queremos trabajar en inclusión, si queremos que la democracia sea una realidad debemos trabajar en la inclusión de grupos como los derechos de las mujeres, los derechos de los afro , los derechos de los indígenas, queremos ver una sociedad que cuide e incluya a todos.
Los apoyos de Open Society datan desde hace 20 años en materia de derechos humanos, anticorrupción, transparencia, paz, porque ese era el lente de las agendas del país en ese momento; sin embargo, hoy ha tomado mayor centraidad los temas de justicia racial equidad de género trabajamos muy de cerca con los movimientos negros y feministas, en temas de justicia, y justicia reproductiva. El Pacífico Colombiano es una de nuestras regiones de más énfasis, con organizaciones como Manos Visibles, la Cámara de Comercio de Buenaventura, iniciativas de empoderamiento económico como el centro de estudios afrodiaspóricos de la universidad Icesi, y los temas de reducción de la violencia. También trabajamos en espacios humanitarios en Buenaventura; ese es un panorama general de organizaciones con las que trabajamos.
Tuvo reuniones con los alcaldes de Cali y Palmira, así como con la gobernadora, para hablar de temas de justicia racial y género, ¿cuál es el balance?
Open Society reconoce que la sociedad civil es muy importante pero también es muy importante el diálogo con los gobiernos, así que buscamos personas en el gobierno que trabajan y tienen nuestras mismas aspiraciones queremos apoyarlos y trabajar con ellos. Nos reunimos con el alcalde de Cali para saber su visión sobre género, democracia e inclusión en los que pudiera haber oportunidades para trabajar juntos. El alcalde habló de empleo, seguridad y otros temas y queremos encontrar esos puntos en común. Él mencionó el asunto de la juventud y la intersección con el desempleo y la seguridad es un área importante para trabajar.
¿Qué la motivó para trabajar por los derechos de las mujeres?
Yo soy de Kenia y crecí durante una dictadura política, mi padre era un abogado que trabajaba con presos políticos. Yo fui a estudiar derecho pensando que iba a trabajar por la justicia, y me decepcioné, nadie en la facultad hablaba de justicia, solo de la ley. Una vez que me gradué empecé a trabajar con organizaciones de derechos humanos y por primera vez comencé a sentir que estaba usando la ley de buena manera.
Trabajé como investigadora para Human Right Watch investigando las violaciones en épocas de guerra, y comencé a ver que las violaciones hacia las mujeres se trataban con menos seriedad que otros temas. Los investigadores decían: “es terrible pero no es tan grave”. Una vez trabajé con los tribunales internacionales y a nivel global empecé a tratar de buscar e impulsar los procesos contra los culpables.
Hice entrevistas a muchísimas víctimas de violación y mujeres con un trauma y unas historias terribles, empecé entonces a tratar de impulsar el juzgamiento de este delito ante los tribunales internacionales. Los fiscales me decían “este caso no lo cogemos, mejor no”, y fue gracias a la evidencia que recopilamos, de que la violación es un delito de lesa humanidad, que se llegó a la primera condena en tribunales internacionales, entonces establecimos que hoy en dia que la violación es un crimen de genocidio contra la humanidad. Ahora hago más trabajo administrativo que en esa época. Pero cuando conoces personas cuya vida ha sido destruída por la violencia sientes que tienes que ser la voz de ellos.
¿Cuáles son las historias que más la han marcado en su trabajo?
Cuando yo era pequeña la policía solía ir a las casas de las personas y golpear a las 3 o 4 de la mañana, y sacaban a las personas de la cama por alguna sospecha y luego los movían de estación de policía en estación de policía. Entonces mi papá salía a buscar estas personas y muchas veces los hijos de estas víctimas se quedaban en mi casa, se quedaban durmiendo al lado de mi cama, entonces desde muy pequeña estuve en contacto con esa situación. Cuando tenía 14 o 15 años comencé junto a mi padre a visitar las estaciones de policía. Puedo decir que esa circunstancia me marcó muchísimo.
Estamos a 6 años de llegar al plazo fijado por los Objetivos de Desarrollo del Milenio, ¿qué está haciendo Open Society para cumplir, sobre todo, el quinto que es sobre equidad de género?
Tenemos un programa de derechos de las mujeres que lleva décadas, hace dos años le dimos 100 millones de dólares al fondo de Equidad de Género; además dimos recientemente 25 millones de dólares en el fondo de Liderazgo Político Femenino, para ayudar a construir la línea completa para que las mujeres no solo puedan entrar sino permanecer en la política. Y esto no es sobre equidad de género, hemos invertido recursos para el feminismo, la expansión de género y las mujeres que vienen de comunidades marginadas. Queremos que ellas tengan acceso a estos espacios con equidad. Estamos acabando una estrategia de género que tiene que ver con raza, género y poder. Creemos que parte de nuestro trabajo es darle poder a las voces que no lo tienen.
¿Cómo está Colombia en el progreso de equidad de género?
Uno ve que las mujeres están presentes en todos los espacios, cuando ves espacios de indígenas, mujeres, afro hay un problema estructural de racismo que sigue presente, entonces cómo salir de eso y hacer que todas las mujeres sin importar la identidad puedan participar de forma abierta. Nosotros conocimos a la gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, y creemos que las barreras que ella tiene vemos que ella tiene que hacer un esfuerzo mucho más grande que el que tendrían que hacer otras personas en una situación similar.
Usted dijo que Colombia avanza luego el proceso de paz, pero hoy en día la violencia está regresando a los territorios, ¿qué piensa sobre esa situación?
Colombia sigue teniendo muchas complejidades y claramente hay que lidiar con el crimen organizado y narcotráfico, pero no con mano dura solamente, tiene también que ofrecer prospectos y oportunidades de una mejor vida y que el narcotráfico no sea la única opción. Cuando hacemos persecución el éxito es momentáneo, a largo plazo no hay éxito. Tenemos que pensar en muchos niveles, cómo hacemos para prevenir el contacto con estas organizaciones, o cómo ayudar a alguien a salir, o el enfoque punitivo para arrestar a aquellos que sabiendo que están cometiendo un crimen siguen haciéndolo.
Usted habló del proceso de paz en Colombia, pero en este proceso no se ha hablado de crímenes y delitos contra las mujeres, ¿qué opina usted de esta situación?
No es algo raro que no se hable de los crímenes contra las mujeres en los postconflictos. De hecho, en muchos conflictos se busca recompensar a los combatientes para que salgan del conflicto pero se olvidan las víctimas. Siempre entonces es un balance entre la paz y la justicia, desde mi visión la sociedad necesita hacer un balance pero si no hay justicia eventualmente el conflicto puede volver a surgir. Y si no hay una justicia de fondo este daño a la sociedad continuará. Déjeme hablar específicamente de las violaciones, estas son tan profundo pues es un crimen contra la mujer, no solo contra ellas pero sí en su mayoría, además que las mujeres parecen ser la propiedad de sus familias y comunidades entonces este crimen va dirigido a la comunidad o a la familia, no a la mujer como individuo.
Por otro lado está el estigma de haber sido violada, pues en las sociedades donde el papel principal de las mujeres es ser esposas y madres ellas son estigmatizadas por estos hechos y es peor cuando tienen un hijo producto de esta violación. Entonces no se habla mucho, pero la violencia sexual destruye el tejido de la comunidad.
¿Qué países le preocupan sobre la situación de las mujeres?
Afganistán está muy arriba en nuestra lista , estamos tratando de llevar un caso a la Corte Internacional de Justicia para condenar a los talibanes por esta discriminación contra las mujeres, para nosotros es el caso principal a nivel global.
¿Los principales logros que ve en espacios de las mujeres y qué nos falta para llegar a la equidad?
Soy una optimista eterna, esta es la primera vez en la historia que va a haber más mujeres graduándose que hombres, en 10 años ustedes van a ver lo que ellas van a hacer, van a estar en todos los sectores en todas partes, esto va a cambiar el mundo. Lo que no hemos hecho es que tenemos un planeta que estamos destruyendo y tenemos que arreglar esa situación, tenemos un sistema económico global que hace que las personas sean cada vez más pobres y ambos temas tienen que ser tratados de forma real. Tengo mucha esperanza porque veo a los jóvenes con mucha energía y futuro, yo veo que ellos están haciendo conexiones entre las distintas luchas y para nosotros, los viejos, debemos escucharlos y encontrar soluciones de largo plazo.