El ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric, con programas y conceptos antagónicos del futuro de Chile, pasaron este domingo a una segunda vuelta que se definirá el próximo 19 de diciembre.
Kast lideraba la elección presidencial con un 28,52% de los votos, seguido por Boric, con un 24% tras escrutarse un 65,52% de los votos, informó el Servicio Electoral.
Tal como ocurre en Chile desde 1999, la elección se definirá en segunda vuelta, ya que ninguno superó el 50% de las preferencias para suceder al actual mandatario, el conservador Sebastián Piñera.
El populista Franco Parisi (derecha liberal), un economista que vive en Alabama, sur de Estados Unidos y no ha pisado el país en toda la campaña electoral, figura tercero con el 13% de las preferencias tras concentrar su proselitismo en las redes sociales. Muy cerca la senadora demócrata-cristiana, Yasna Provoste, con el 12% y del oficialista Sebastián Sichel con 11%.
"Nos vamos con la frente alto, ya le mandé las felicitaciones a Kast", dijo Sichel, al reconocer tempranamente su derrota. En segunda vuelta, afirmó que no votaría por Gabriel Boric, pero tampoco llamó abiertamente a votar por Kast.
"Ese espíritu totalitario y fascista es lo que representa la candidatura de José Antonio Kast. Nosotros jamás podríamos tener una posición neutra respecto de lo que esto significa para el país. No queremos que se repitan esos dolores y esos horrores (ocurridos durante la dictadura de Augusto Pinochet)", dijo Provoste, también al reconocer su derrota.
Sobre su apoyo a Boric, aliado a los comunistas, dijo que no se va a mantener neutral, pero no le entregó un apoyo explícito.
Elecciones inciertas
Las elecciones de este domingo fueron las más inciertas desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con la idea previa de cambiar el modelo neoliberal que permitió crecimiento económico y estabilidad política en las tres últimas décadas, pero es señalado como el origen de la desigualdad que propició las protestas desde octubre de 2019.
Pero también de restaurar el orden y la estabilidad perdida tras las masivas protestas sociales que se iniciaron el 19 de octubre de 2019.
Boric, de 35 años, la edad mínima para postular a la presidencia de Chile, propone un cambio al modelo económico neoliberal, mientras que Kast, de 55 años, promete restaurar el orden y seguridad tras dos años turbulentos.
Las mesas cerraron a las 6:00 p.m. locales (4:00 p.m. en Colombia), con largas filas de votantes esperando sufragar en las cuartas elecciones realizadas desde octubre del 2020, cuando se llevó a cabo el plebiscito para definir el cambio a la Constitución heredada de Pinochet.
En Chile el voto es voluntario desde 2012 y pueden votar extranjeros con más de cinco años de residencia en el país. Suele haber una baja participación electoral, sobre todo entre los jóvenes.
"Hay que venir a votar para pasar esta página de división y lío en las calles", dijo a la AFP Cristina Arellano, una contadora de 42 años en un colegio de Ñuñoa, comuna de clase media de la capital.
Polos opuestos
"Representamos el proceso de cambio y transformación que viene, (pero) con certezas, con la gradualidad que sea necesaria", dijo Boric al votar en Punta Arenas, su ciudad natal, en el extremo sur.
Por su parte Kast, que después de 20 años de militancia en el ultra conservador partido Unión Demócrata Independiente (UDI) es uno de los fundadores del Partido Republicano, intenta mantener el modelo neoliberal heredado de la dictadura y promete imponer "orden, seguridad y libertad".
"Lo principal (hoy es que) pueda concurrir mucha gente a votar y que cada uno se pueda pronunciar en libertad" y "votar informado", dijo el abogado, quien sostiene que Boric y su alianza con el Partido Comunista traerán "caos" a Chile.
Competían también el profesor de extrema izquierda Eduardo Artes, el cineasta y político progresista Marco Enríquez-Ominami.
Fin de ciclo
Varios analistas consultados por la AFP consideran que estas elecciones cerrarán el viejo ciclo político del país, pues los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta son ajenos a las coaliciones de partidos tradicionales que han gobernado Chile en las últimas décadas.
“Se puede sostener que son las últimas elecciones del viejo ciclo, ya que pueden terminar con un resultado diferente a los (políticos) que ha habido”, dijo Raúl Elgueta, politólogo de la Universidad de Santiago.