El ministro del Interior, Alfonso Prada, es para muchos el ‘apaga incendios’ del presidente Gustavo Petro en el Gobierno, ya que se le ve mediando en cada espacio en el que al Ejecutivo le forme una crisis, en especial en el Congreso, donde hasta el momento ha sabido sortear las dificultades con la coalición.
Prada reconoce que el debate de la reforma a la salud ha generado serias discrepancias en la Administración, en especial con la ministra Carolina Corcho, pero indica que esto hace parte de la deliberación que permite el Mandatario en el gabinete.
Además, asegura que el Gobierno no está ‘enmermelando’ a los partidos para que le aprueben las reformas y que si se aplazan algunos proyectos para el otro periodo legislativo, no sería un fracaso.
La semana pasada dijo que aún le faltan cinco crisis a la reforma a la salud, ¿a qué se refería?
Hablar de crisis no es ser incrédulo, pero sí es reconocer que cada paso que damos es difícil. El proyecto es de alta complejidad, es una iniciativa larga que cambia el sistema de salud en Colombia para que sea un sistema mixto, que incorpora el nuevo concepto de la atención primaria preventiva y predictiva. Además, crea un pagador único que mantendría vivas las EPS, para que en dos años se conviertan en gestoras de salud y vida, adaptándose a las reglas de la territorialización.
Cada artículo es potente, es difícil, por eso de aquí a que logremos sacar la ley habrán varios momentos de tensión y de dificultad, pero creo que al final vamos a tener una buena ley.
¿Por qué discutieron primero el proyecto por fuera del Congreso?
Desde la campaña comenzó a moverse este proyecto, fue una de las propuestas de Gustavo Petro, por eso el debate ha sido largo, se dio desde antes de que radicáramos la ley y también se discutió en el gabinete.
La reforma ha muy expuesto a la opinión de los colombianos, cosa que no es mala, aunque para algunos, que haya tanto debate, puede ser negativo. Sin embargo, por la importancia del contenido de la iniciativa, era muy importante tener un diálogo previo a su llegada al Congreso.
La semana pasada, con la votación de 17 de los 21 miembros de la Comisión Séptima de la Cámara, que son los 17 de la coalición, negando la proposición de la oposición que pretendía que no hubiera reforma a la salud, se habilitó que comencemos esta semana el debate sobre la ponencia positiva. Estamos en el terreno normal de cualquier proyecto de ley y terminaremos, seguramente, dialogando con los ponentes, así como se hace en cualquier iniciativa.
La oposición dice que el Gobierno le está dando ‘mermelada’ a los partidos de la coalición...
Es totalmente injusto que digan eso, porque difícilmente un proyecto se ha debatido tanto en la opinión pública, llevo tiempo observando debates de proyectos de ley, casi que cientos, y no había visto un debate tan profundo, tan serio, con posiciones diversas, con documentos y equipos técnicos detrás de cada partido y de cada congresista.
Decir que se vota contra prestaciones clientelistas, los hechos lo desmienten. Si eso fuese así, este proyecto estaría aprobado hace seis meses o el trámite no sería tan traumático.
Los partidos y algunos de los ponentes se han plantado no en contra del proyecto, sino del contenido de algunas figuras y no han dado su brazo a torcer, hemos tenido que corregir algunas líneas para llegar a consensos, ¿cómo se ha hecho? Frente a la opinión pública, los pliegos de los partidos y las posiciones del Presidente y la ministra Corcho son públicos, de tal manera que aquí no hay una negociación clientelista.
Algunos aseguran que la coalición está en crisis, ¿cree que es así?
Cada vez que vamos a votar un proyecto de ley me dicen que va a haber crisis en la coalición o que ya la hay, pero siempre he respondido que ese es el debate normal que se da en el Congreso con los ponentes y los partidos. Cuando las iniciativas son difíciles, las mayorías a veces se desbaratan. Pero si le llaman crisis a que hay un debate y en él hay partidos que tienen diferencias, pues esto es una crisis. Cuando las colectividades tienen diferencias y se tramitan razonablemente con los técnicos a bordo y se votan, los proyectos se enriquecen. Aquí no hay crisis, pero sí hay una deliberación.
¿Y cuál es el partido con el que se da más esa deliberación?
Me siento tranquilo con el apoyo que nos han dado hasta hoy los partidos, pero esa pregunta es para trasladársela a ellos, no respondo por las colectividades y sus decisiones.
¿Cree que la reforma a la salud estancó la agenda legislativa?
En el período anterior logramos 19 iniciativas aprobadas, cuatro de ellas fueron reformas constitucionales, tres siguen adelante y acabamos de darle el primer debate de la segunda vuelta a la reforma constitucional que reconoce el campesinado como sujeto de derechos. Además, negamos la propuesta de archivo de la jurisdicción agraria y creamos una comisión para dialogar con las Cortes y los partidos la estructura del debate de esta semana del articulado.
La semana pasada sacamos adelante la prohibición de fracking en segundo debate en el Senado, simultáneamente sacamos de la Comisión Primera el Código Electoral, que es un código de cientos de artículos y alto nivel de complejidad que llevábamos meses debatiendo. También, logramos la aprobación en primer debate en las cuatro comisiones económicas del Plan de Desarrollo y vamos a radicar la ponencia para que el martes (mañana) y el miércoles se anuncie el comienzo del debate.
¿Eso no significa que la agenda del Gobierno va siendo exitosa? La coalición sigue apoyándonos en el grueso del paquete legislativo.
¿Y el resto de la agenda?
Vienen los retos: los proyectos de justicia y paz en la Comisión Primera, tenemos nombrados todos los ponentes, está radicada una de las ponencias para la ley de acogimiento y desmantelamiento de bandas criminales y hemos avanzado en el diálogo con los ponentes en las comisiones, particularmente en la Cámara, con el proyecto de humanización de penas.
Nos quedaría pendientes las dos reformas sociales, la pensional y la laboral, que también tiene ponentes, y comienzan las audiencias públicas que convocará la Comisión Séptima de Cámara y Senado. Esa va un poco retrasada, va en la cola de la reforma a la salud. Pero la de pensiones ya comenzó su trámite con ponentes y convocatoria de audiencias. Estamos trabajando en todos los frentes legislativos de las propuestas que hicimos y vamos con buenos tiempos.
¿Se podría decir que se perdieron las extras de comienzo de año?
No, para nada. Le doy datos: hicimos 47 audiencias, si no hubiéramos presentado los proyectos en extras estaríamos haciendo esas audiencias ahora y no hubiéramos comenzado esta serie de votaciones que se dieron. La presentación de las iniciativas en las extras no era para que se votaran allí, sino para que comenzara a agotarse el procedimiento legislativo que nos permitiera llegar a las votaciones en las sesiones ordinarias.
Se equivocan y no conocen bien el procedimiento legislativo los que dicen que en las extras no pasó nada, porque pasó demasiado.
Quedan ocho semanas de sesiones ordinarias, ¿cree que se irán para extras en junio?
Es posible, tenemos el tiempo suficiente para aprobar las reformas, pero estas son las sesiones cortas del año que terminan el 20 de junio. El Gobierno tiene la posibilidad de alargar las extras hasta por un mes para empatar con las ordinarias. Lo podríamos hacer perfectamente, pero es posible que no necesitemos todo ese tiempo, sino solo una o dos semanas más.
La Constitución y el reglamento también permiten que si a un proyecto se le ha dado debate, pueda continuar en las sesiones ordinarias del 20 de julio para darle la última discusión y seguramente en estos dos meses que restan tendremos discusión de todos los proyectos.
Los tiempos en general nos favorecen para las reformas constitucionales, el término sí se agota el 20 de junio, razón por la cual van a ser seguramente programadas a partir de esta semana como primer punto del orden del día en las comisiones primeras de Senado y Cámara.
¿Si todas las iniciativas no salen en esta legislatura no es un fracaso?
Para nada. De dónde sacan que es un fracaso tramitar tantas leyes simultáneamente y que tengan que salir todas en unas pocas semanas. Lo respondí hace unos días diciendo que no se acaba el mundo si no logramos todas las reformas de aquí al 20 de junio, pero debemos seguir trabajando para que salgan en esa fecha.
Cambiando de tema, ¿cómo está el ambiente en el Gobierno?
Lo acaba de ver en la Comisión Séptima de la Cámara, el Gobierno unido. Estuvimos varios ministros alrededor de la defensa de la reforma a la salud, esto no es una iniciativa de un ministro, es del Gobierno.
Hemos tenido discrepancias en el gabinete, es público y quedó en evidencia con la salida prematura de Alejandro Gaviria. Tenemos diferencias en muchos temas, no solo con la salud, porque el Presidente ha conformado un equipo de gobierno pluralista, que es deliberante y en el que todos podemos opinar. Hay diferencias, pero tenemos un cierre de esas diferencias que se llama Gustavo Petro. Cuando opinamos distinto lo elevamos al mandatario y él nos da la línea. Con la ministra Corcho hemos tenido diferencias de enfoque en algunos temas, pero siempre cordiales y respetuosas. Lo que no logramos resolver entre nosotros, el presidente lo soluciona.
¿Gustavo Petro si les permite a los ministros ser deliberativos?
Sí, total, yo soy un ejemplo de ello, aquí estoy, a veces tengo diferencias con los colegas y sigo ejerciendo. Le doy un testimonio. El presidente Gustavo Petro es un demócrata, es un hombre tolerante, de debate, que le encanta la argumentación y en la medida en que uno defienda una posición con argumentos, es muy respetuoso.
Por Argemiro Piñeros Moreno, Colprensa