Lo que parecía una alianza sólida entre Gustavo Petro y Francia Márquez en favor de las comunidades marginadas del país, casi tres años después parece haberse desmoronado.

Lo anterior quedó demostrado la semana pasada cuando en el consejo de ministros la Vicepresidenta tomó la palabra para rechazar el cargo que ocupa Laura Sarabia y el regreso de Armando Benedetti al Gobierno. Además, esta hipótesis quedó ratificada cuando ella presentó su renuncia como ministra de Igualdad y Dignidad.

Para Enrique Serrano, profesor de la Universidad del Rosario, aunque Petro y Francia entraron juntos a la Casa de Nariño, desde el inicio se veía que Márquez tenía una visión del cambio distinta a la del Mandatario, sumada a su inexperiencia en el manejo político.

“Muestra de ello es que claramente no ha logrado ni un pequeño avance y que, además, no estaba de ninguna manera preparada para el cargo de jefa de cartera en un ministerio que no debió de nacer, y que es tan difuso en sí mismo”, señala.

Francia Márquez, vicepresidenta de Colombia, en el Consejo de Ministros, en Bogotá | Foto: Fotografía: Andrea Puentes y Ovidio González - Presidencia de la República

Agrega que esa visión diferente, sumada al trato de Petro y su actitud de no escuchar otros puntos de vista, muestran un “divorcio inmenso desde el comienzo y ahora, cuando el Gobierno empieza a claudicar, se notan las diferencias mucho más agudas y casi dramáticas”.

Serrano señala que, aunque en Colombia nunca está claro lo que hace un vicepresidente, existen casos como en el Gobierno de Iván Duque, el de Álvaro Uribe o el de Juan Manuel Santos, donde se demostró una unión con el Presidente y se lograron avances.

Sin embargo, comenta que en el caso de la Administración Petro, “siendo personas tan discordantes, incluso enemigas entre sí y pertenecientes a culturas que no tienen nada que ver, la labor de la Vicepresidenta es nula y se ve en lo que ha pasado estos tres años y en su labor como ministra. Todos estos asuntos han conducido a un diálogo de sordos y eso seguramente continuará”.

De hecho, otro ‘golpe’ a su papel en el Ejecutivo le dio Petro a Márquez el pasado lunes cuando anunció que dejaría al ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, y no a Francia, como presidente encargado, mientras él realiza su visita a Emiratos Árabes Unidos para participar en la Cumbre Mundial de Gobiernos 2025.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro en Dubái, Emiratos Árabes Unidos | Foto: Andrea Puentes - Presidencia de la República

¿Qué sigue?

Tras estas fragilidades puestas en la palestra pública entre Petro y Márquez, surgen preguntas sobre cuál será el futuro de la función de la Vicepresidenta en el Gobierno y las consecuencias que tendrá este distanciamiento cada vez mayor.

Algunos académicos advierten algunos cambios frente a su posición en el Gobierno, como lo señala el docente y analista político Carlos Andrés Arias.

“Sobre su futuro, todo depende de su comportamiento político y en términos de opinión. Si ella sigue la línea de los pronunciamientos que mantuvo en el consejo de ministros, sería posible que ella recuperará algo de la favorabilidad y buena reputación con la que inició esta administración que le permitió al Gobierno de Petro tener un plus y un atributo de valor”, indica.

También, sostiene que, aunque ella es igual de culpable que el Presidente sobre la imagen negativa del Ejecutivo, entre otras razones, por apoyar la creación del Ministerio de la Igualdad y no tener mayor responsabilidad de decisión en favor de comunidades más vulnerables, un cambio en su discurso podría beneficiarla y mejorar su posible interés para las elecciones del 2026.

“Si ella logra de alguna forma demostrar que no está de acuerdo con muchas de las acciones y comportamientos del Jefe de Estado y de los que hoy están rodeándolo en la cúpula del Palacio, es posible que recupere algo de esa favorabilidad inicial”, asegura el analista Arias.

Gustavo Petro y Francia Márquez | Foto: SEMANA

Precisamente esa ruptura entre Petro y Márquez en medio del panorama electoral podría traer consecuencias para la izquierda, debido a que la Vicepresidenta tuvo una gran acogida en las presidenciales de 2022 por representar poblaciones vulnerables del país, y sin ella el petrismo podría obtener menor apoyo en el 2026, coinciden analistas.

“El Pacto Histórico reveló que era un partido con seres muy distintos entre sí, incluyendo a Francia y a Petro, y lo que va a pasar de aquí al 2026 es que se va a hacer más evidente esa dispersión entre los petristas, santistas, y hasta los francistas que seguramente existen en el Cauca y en ciertas regiones de Colombia”, señala el analista Serrano.

Agrega que Petro quedaría en el borde de perder ese apoyo del movimiento afro que apoyó a Francia, pero que “en ese momento todos están dispersos y decepcionados”.

Por ahora, se está a la expectativa de la decisión que tome el Presidente ante la renuncia protocolaria que presentaron algunos ministros, entre ellos Márquez, especialmente porque el de la Igualdad fue un ministerio creado para que ella cumpliera las promesas con las que se eligió como vicepresidenta.