En los círculos alrededor de Gustavo Petro y en el Palacio de Nariño, ninguna acción ocurre sin el conocimiento y la autorización del coronel Carlos Feria. Este oficial, que ha estado al lado de la familia Petro durante más de 10 años, desde su tiempo como jefe de seguridad en la Alcaldía de Bogotá de Petro, se ha convertido en una figura de confianza absoluta para el actual mandatario.
Sin embargo, recientemente el coronel Feria se encuentra en el centro de las investigaciones relacionadas con las chuzadas ilegales a las empleadas de Laura Sarabia, exjefe de despacho de Gustavo Petro. Según los indicios, las órdenes para interceptar los teléfonos de Marelbys Meza, niñera de Sarabia, y otra de sus empleadas, así como las pruebas irregulares del polígrafo, podrían ser del conocimiento del coronel Feria, quien se ha caracterizado por su lealtad hacia el mandatario y se unió nuevamente a su lado durante la campaña presidencial, después de comandar la policía en varios departamentos. Es importante destacar que Petro cuenta con simpatizantes dentro de algunos grupos de uniformados.
El coronel Feria, además de ser el jefe de la casa militar del Palacio de Nariño, una poderosa dependencia encargada de la seguridad del alto gobierno, también es el responsable del esquema de seguridad del presidente. Esto le brinda un conocimiento detallado de los movimientos de Petro y su círculo más cercano.
En su destacado currículo, Feria se ha especializado en inteligencia y protección de personalidades. Se le atribuye el liderazgo en las estrategias de protección de Petro, incluyendo la implementación de los escudos que resguardaron al mandatario durante su campaña en las plazas públicas. De hecho, algunos consideran que el coronel Feria es uno de los principales artífices de haber entregado un presidente vivo el pasado 7 de agosto de 2022, una tarea cumplida que fue recompensada generosamente.
Las investigaciones en torno a las presuntas chuzadas ilegales continúan, y se espera que se esclarezca la posible implicación del coronel Feria en estos hechos. Mientras tanto, esta situación plantea interrogantes sobre la transparencia y la ética en el ejercicio del poder y la seguridad del más alto nivel en el país.
Historia de un leal escudero
El coronel Carlos Feria está enterado de todos los movimientos del presidente y de lo que pasa a su alrededor. A sus audífonos llega información detallada de los casi 50 hombres que cuidan al presidente de la República. Por esta razón, muchos aseguran que puede guardar información clave sobre el caso de las chuzadas.
El coronel Feria lleva 26 años en la policía y buena parte se la ha pasado cuidando personalidades políticas. Graduado como capitán, a sus 25 años, entró al grupo de protección de la policía como escolta. En ese entonces, su jefe era el hoy general retirado William Salamanca, también muy cercano a Petro, y quien por esos días era el director de la Unidad de Protección.
Años después, el mismo Salamanca ubicó a Feria como líder de la seguridad de algunos congresistas. En el año 2012, con la llegada de Gustavo Petro a la Alcaldía de Bogotá, el general le entregó su mayor responsabilidad hasta el momento: cuidar la vida del hombre con el segundo cargo político más importante del país. La seriedad, su agilidad para analizar y tomar decisiones, y la discreción del policía, fueron fundamentales para que Salamanca confiara en él.
Al concluir la alcaldía de Petro, Feria salió con sus primeras condecoraciones, y con la gratitud del exalcalde. En ese momento, el policía nacido en Villavicencio se dispuso a hacer cursos para ascender en la pirámide policial.
Con el rango de mayor, después de haber comandado Ubate, el pueblito lechero de Cundinamarca, llegó a ocupar la comandancia de la policía de Chía, donde volvió a coincidir con su exprotegido, quien desde hacía muchos años vivía allí con su esposa Verónica Alcocer y sus hijos, en el condominio llamado Santa Ana.
Al tiempo que Gustavo Petro debatía en el congreso, el hoy coronel Feria, padre de dos hijos, se posicionó como jefe de la policía de Chía, sector donde viven muchos de los empresarios y políticos más ricos de la capital, al mismo tiempo que iba haciéndose a grados y ganándose las cinco medallas y las 31 condecoraciones que brillan en su hoja de vida.
Más adelante, en 2021, ya convertido en teniente coronel, Feria salió de Chía y llegó al Valle del Cauca. Allí lo nombraron comandante del Distrito de Buga, donde no permaneció mucho tiempo. En plena campaña presidencial, durante primeros días de febrero de 2022, el candidato que lideraba las encuestas, Gustavo Petro, solicitó tener hombres de su entera confianza al lado. Fue entonces, cuando el líder del partido Colombia Humana pidió como jefe de su seguridad y la de su familia, al policía que años atrás le cuidó la espalda.
En la actualidad, dentro del Gobierno Petro, no hay movimiento alguno que se haga sin que Feria esté enterado. Acompaña casi siempre al mandatario, se le puede ver a su espalda con un radio en la mano derecha y un audífono puesto en el oído. Con estos pocos elementos controla medio centenar de escoltas y prevé los atentados contra el mandatario.
Pero esta hoja de vida honorable parece mancharse con el caso de las chuzadas ilegales a las empleadas de Laura Sarabia, que ya está investigando la Fiscalía de Barbosa. Pronto, el coronel Feria será llamado a rendir declaración.